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Despoblación

La auténtica 'Asturias vacía': 15 pueblos abandonados en un año y más de 800 en total

La crisis demográfica ha acabado con la población de una aldea al mes en este siglo | Ocho de cada diez núcleos tienen ya menos de cien habitantes

Un total de 266 entidades de población han quedado vacías en lo que va de siglo.

La voracidad de la depresión demográfica asturiana, con su crisis de natalidad y su tendencia a la concentración espacial y al abandono rural, se ha “comido” la población de otros quince pueblos en un año. La actualización del recuento a enero de 2021 cuenta 266 entidades de población con la vida completamente desaparecida en lo que va de siglo y en total 811 núcleos deshabitados, y subiendo, en la última cuenta conjunta de la región. Es la más reciente actualización estadística de la 'Asturias vacía', la de verdad, la parte en la que ya literalmente no queda nadie. Confirma que se ha desocupado más de un pueblo al mes entre el arranque de 2020 y el de 2021 y que, lejos de remitir, el ritmo de avance de la carcoma del despoblamiento se acelera.

La cadencia media de lo que va de siglo deja algo más de trece pueblos sin habitantes cada año; en el último ejercicio computado se han añadido quince y añadiendo eso a todo lo muchísimo que ya había llovido antes Asturias rebasa por primera vez las ochocientas entidades singulares de población sin población. Se entiende por entidad singular cualquier área habitable “claramente diferenciada” dentro de un término municipal siempre que sea “conocida por una denominación específica que la identifica sin posibilidad de confusión”. El Principado tiene casi 7.000 y el desierto absoluto ha llegado ya a más de una de cada diez, a un preocupante 11,6 por ciento que no deja de engordar.

La cuenta que acaba de refrescar la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) sitúa en la antesala de la despoblación a 4.956 núcleos que tienen menos de cincuenta habitantes. Son 199 más que en 2001. De la acusada y creciente tendencia a la concentración que aqueja a la renqueante demografía asturiana da fe el cruce de dos datos singulares: ocho de cada diez entidades habitadas –5.574– tienen menos de cien habitantes mientras más de la mitad del millón largo de asturianos – 510.245– se concentra en las tres únicas localidades con más de 50.000, Gijón, Oviedo y Avilés. Estas dos magnitudes progresan a la vez mientras el cómputo total de la población asturiana decrece y se vacía más de un pueblo al mes, en un goteo sin pausa ni remedio visible que se expande por el mapa. El reparto espacial de los pueblos que ya se han quedado sin nadie sigue siendo desigual, y además de en las dos alas manifiesta una engañosa concentración en las cuencas mineras. A 1 de enero de 2021, en la clasificación de los municipios con más núcleos completamente despoblados manda Mieres con 141 y una abrumadora ventaja respecto a Villaviciosa (58), San Martín del Rey Aurelio (53), Langreo (52), Lena (44), Aller (36), Laviana (33), Tineo (33) y Piloña (31), por citar sólo los que rebasan la treintena.

Pero en este punto conviene mirar el mapa con las salvedades que le otorga la variabilidad que la definición de "entidad de población" presenta según los ayuntamientos, que tienen sus propios criterios a la hora de catalogar a esos núcleos como tales. Las singularidades del tipo de ocupación del espacio característico de las comarcas mineras determinan una cierta atomización en el modo de poblamiento y a su estela una inflación de pequeñas poblaciones contabilizadas oficialmente como tales en estos concejos, que tienen un número total de enclaves en algún caso superior al resto. Mieres es, por ejemplo, el municipio con más entidades registradas en total, con 520, así que no extraña que sea también líder en la proporción de pueblos deshabitados, aunque en este último dato influya además del criterio de catalogación la virulencia con la que la despoblación se ha cebado con las cuencas.

En porcentaje respecto al total de entidades de cada concejo, el municipio con más dolencia por el abandono rural es Proaza, con siete de 23 y tres de cada diez de sus núcleos desabastecidos de población. En una clasificación que manifiesta cierta querencia por las alas, las cuencas y en general el cinturón interior de la Asturias pegada a la Cordillera le siguen Grandas de Salime, con su 28 por ciento, y Amieva y Mieres, juntos en el 27. Lena se queda en el 26 y por encima del veinte vienen por orden Noreña, Pesoz, Santo Adriano, San Martín de Oscos, Belmonte, Langreo, Aller y Sobrescobio.

De momento, el acoso del despoblamiento ha vaciado completamente una única parroquia entera. San Adrianu lleva completamente deshabitada desde los años ochenta del siglo pasado y sobre ella pesan algunas paradojas. Pese al abandono, es objeto de un litigio territorial entre los municipios de Grado y Santo Adriano; geográficamente una de las ironías de la crisis demográfica asturiana, una más, la sitúa muy cerca del punto por el que el concejo moscón linda con el muy urbano municipio de Oviedo.

Foro acusa al Principado de "suprimir servicios en los pequeños núcleos" del medio rural

Adrián Pumares, secretario general y portavoz de Foro en la Junta, extendió a todo el medio rural asturiano el espíritu reivindicativo de la concentración organizada ayer para exigir el mantenimiento del servicio de psicología en la residencia de mayores de Infiesto. “A este Gobierno se le llena la boca hablando de mundo rural y de despoblación”, censuró, "pero no hace más que suprimir servicios en los núcleos pequeños". Era su forma de pedir al Gobierno regional que “recapacite y no traslade a Oviedo a la psicóloga” que presta servicio en el centro, porque “nuestros mayores tienen derecho a disfrutar de unos servicios dignos independientemente del lugar en el que vivan”. El dirigente forista reclamó además del mantenimiento del servicio en Infiesto su extensión a todas las residencias de la red pública asturiana y añadió a la lista de cuentas pendientes la necesidad de “cubrir con mayor rapidez las bajas laborales que se puedan producir y llevar a cabo todas las obras de accesibilidad pendientes”. El centro de mayores es desde hace un tiempo el centro de una reivindicación del personal, los residentes y sus familias, que han elevado la voz en varias ocasiones y han contado con el apoyo de distintas fuerzas políticas de la oposición.

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