Una gran mancha compuesta por diferentes tonalidades de rojo ocupa casi toda la superficie extremeña. Tiene continuidad hacia al sur, ocupando el oeste de la comunidad andaluza hasta llegar al Atlántico, y también persiste, si bien de forma bastante menos ostensible, al este, ocupando parte de las provincias de Ciudad Real y Toledo. Sin embargo, al llegar al límite que separa Extremadura de Portugal, se detiene de forma abrupta y coincidiendo con la frontera el rojo da paso en la mayor parte del otro lado de la Raya a los verdes a menudo intensos. Este es el dibujo que muestra el mapa correspondiente al riesgo relativo de morir por cáncer de pulmón incluido dentro del ‘Atlas de Mortalidad por Cáncer en Portugal y España 2003-2012’. En él se recoge la incidencia de una decena de cánceres (esófago, estómago, colorrectal, páncreas, laringe, mama, próstata, vejiga, pulmón, y leucemia) en toda la península Ibérica y los archipiélagos de ambos países, con datos municipio a municipio que se presentan a través de una serie de mapas. 

En el caso extremeño, las zonas fronterizas muestran pautas similares en algunos de los tumores estudiados, de forma que las manchas rojas, las que indican un riesgo superior al promedio de fallecimiento (o los verdes, si indican lo contrario) se prolongan de forma más o menos homogénea traspasando la línea divisoria, lo que apuntaría a la existencia de factores comunes desencadenantes de la enfermedad. Sin embargo, en otros ocurre lo contrario y la frontera parece impermeabilizar a alguno de sus lados, lo que daría a entender que hay agentes específicos que, a partir de la información que ofrece ahora este estudio, podrían tratarse de identificar con fines preventivos.

"Nos han sorprendido mucho los ‘efectos frontera’ que han aparecido al afinar municipio a municipio"

Pablo Fernández Navarro - Investigador del Centro Nacional de Epidemiología y coordinador del estudio en España

Este trabajo ha sido desarrollado por investigadores del Centro Nacional de Epidemiología (Instituto de Salud Carlos III), por parte española, y del Instituto Nacional de Salud Doctor Ricardo Jorge, de la portuguesa. Es, se asegura, una iniciativa pionera a nivel mundial, al ser la primera vez que un atlas de este tipo ofrece imágenes de la distribución espacial de la mortalidad de países limítrofes por distintos tipos de cáncer descendiendo hasta el nivel municipal. Los datos se presentan en términos relativos (respecto a la media conjunta de los dos Estados) y estandarizados —representan la mortalidad de las regiones como si todas tuvieran la misma composición por edad—, para evitar que se produzca una distorsión en las poblaciones más envejecidas (a mayor edad es también mayor la probabilidad de sufrir un tumor).

"Dado que los patrones geográficos de mortalidad no son hechos aislados y pueden extenderse más allá de las fronteras de los países, la posibilidad de preparar mapas para ambos países juntos puede permitir una nueva visión más realista de la situación del cáncer, y proporcionar información para dos países vecinos con el fin de identificar posibles áreas que podrían beneficiarse de políticas conjuntas de investigación o prevención", defienden los autores del estudio en su introducción.

Formular hipótesis

"Nos han sorprendido muchísimo los ‘efectos frontera’ que han aparecido al afinar municipio a municipio", recalca el doctor Pablo Fernández Navarro, que ha coordinado el estudio en España. "Lo que permite este atlas es empezar a hipotetizar sobre qué factores están operando en cada caso" y provocando las divergencias entre territorios, sostiene. "En una segunda o tercera fase —apostilla— es cuando empezaremos a comprobar estas hipótesis".

Mapa de riesgo relativo de fallecer por cáncer de laringe.

Ningún otro cáncer mata tanto en España y Portugal como el de pulmón. Del total de muertes cuyos datos se han analizado para elaborar este estudio (cerca de 840.000 entre 2003 y 2012), 234.323 correspondieron a esta patología (200.536 en España y 33.787 en Portugal, 197.798 eran hombres y 36.525 mujeres). Extremadura, donde cada año fallecen unas 600 personas por esta causa, es la comunidad autónoma que aparece con unos riesgos más disparados en este mapa. Nada que ver con lo que ocurre en la región Centro de Portugal y poco con la situación en el Alentejo. En sus municipios, algunos a apenas unos kilómetros de los españoles, hay unas prevalencias mucho menores. ¿Por qué este comportamiento tan dispar? El tabaquismo parece ser la razón más evidente. Los extremeños son los españoles que más fuman, y entre los que lo hacen, los que presentan un grado de adicción más acentuado. Más de una cuarta parte de los extremeños que tienen 15 o más años (25,32%) fuma a diario, superando de lejos el promedio estatal (19,78%), según la Encuesta europea de salud en España. Entre los hombres la tasa alcanza el 32,21%, frente al 18,6% de las mujeres, lo que explicaría también el distinto aspecto que presentan los mapas cuando se separan por géneros. En Portugal, la proporción de fumadores es muy inferior y cae hasta el 14,2%, conforme a Eurostat.  En cualquier caso, los tonos verdes de los municipios lusos "no quieren decir que haya ausencia de mortalidad, sino que se alejan de la media", incide este investigador científico del Centro Nacional de Epidemiología.

El estudio analiza los datos de casi 840.000 muertes durante una década a causa de una decena de tumores

El cáncer de laringe es otra patología que está vinculada al consumo de tabaco, y también a la ingesta de alcohol, circunstancias que ayudarían a explicar de nuevo por qué los mapas de riesgo se asemejan poco cuando se desdoblan entre hombres y mujeres. No obstante, hay otros factores, como la alimentación deficiente, la infección por el virus del papiloma humano o la exposición a determinadas sustancias en el lugar de trabajo (serrín, vapores de pintura o amianto, entre otras). La región ofrece un riesgo relativo por encima de la media, sobre todo en la provincia de Badajoz. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con el de pulmón, aquí el patrón geográfico es compartido con el país vecino. Además, se repite en otras zonas peninsulares, como en gran parte de la cornisa cantábrica o en las provincias de Burgos y Palencia. "Que dos regiones estén en rojo puede ser porque estén operando los mismos factores, pero también es posible llegar a las mismas intensidades de riesgo conjugando distintos elementos", precisa Fernández Navarro.

Mapa de riesgo relativo de fallecer por cáncer de estómago.

Estómago y próstata

Las fotografías de los riesgos relativos de fallecimiento por cáncer de estómago y el de próstata son otras de las más llamativas que ofrece este estudio. La práctica totalidad del territorio portugués es en ambos mapas una superficie roja. En el tumor estomacal traspasa la frontera hispanolusa en una porción significativa de su recorrido, en especial en la provincia de Cáceres y en las dos colindantes gallegas, pero solo lo hace en las zonas más cercanas a ella. Luego este color aparece ya de forma esporádica en algunos puntos de la Península, con la excepción de varias provincias castellanas, donde la incidencia vuelve a ser muy alta. En Portugal, el de estómago es el quinto tumor más detectado. En España, el noveno. Aunque hay otras como el tabaquismo o los hábitos alimenticios, la infección por la bacteria helicobacter pylori está considerada como la causa principal de cáncer de estómago. Se trata de una de las infecciones humanas más frecuentes, si bien el aumento de su prevalencia se vincula a menores niveles socioeconómicos y peores condiciones sanitarias. 

Mapa de riesgo relativo de fallecer por leucemia.

En cuanto al cáncer de próstata, está todavía más focalizado en Portugal, aunque en la parte extremeña de la frontera el rojo franquea a los municipios más cercanos. Este es un tumor con una tasa muy alta de supervivencia cuando se detecta en una fase temprana. En este sentido, este investigador recuerda que, al trabajar con datos de mortalidad, estos están condicionados no solo por factores ambientales o los hábitos de vida, también por la atención sanitaria que se presta en cada país o región, que puede hacer oscilar la tasa de fallecimientos.

Programas de detección

Algo parecido podría suceder con las divergencias en otros cánceres como el de mama o el colorrectal. Este último se relaciona con el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas y de carne roja o procesada. En la Península las zonas con una mayor mortalidad relativa se concentran sobre todo en Portugal. "España tiene programas de ‘screening’ [pruebas para la detección precoz] a nivel nacional, pero en algunas regiones son algo todavía muy joven", aclara, por lo que con el tiempo lo normal es que las diferencias que ahora se deban a que su aparición no se detecta a tiempo vayan a menos "y se suavice mucho más el patrón de este tumor". En Portugal "posiblemente" estos programas sean aun más recientes, lo que explicaría que "las tasas sean más altas que las españolas", aclara este experto.  

Mapa de riesgo relativo de fallecer por cáncer de vejiga.

Las transiciones al cruzar la frontera son bastante homogéneas en los cánceres de esófago (verde al oeste y el este del borde fronterizo) o en el de mama en mujeres (elevada mortalidad en el suroeste de la región, baja en el norte y niveles medios en casi todo el resto del territorio extremeño), para el que el estudio esgrime que "los patrones presentados en este atlas parecen señalar factores de riesgo genéticos o ambientales más que conductuales". En el cáncer de vejiga (fuertemente relacionado también con el tabaco), la mortalidad es mucho más acusada respecto al promedio hispanoluso en muchos de los municipios de provincia de Badajoz, frente a la que se registra en Portugal o en la provincia de Cáceres. En esta última, por contra, hay más zonas con exceso de riesgo de leucemia (en los de la mitad oeste).

En muchos de los tumores que analiza en este estudio Extremadura queda por encima de la media de España y Portugal. "Seguramente hay más factores de riesgo que en otras regiones", razona Fernández Navarro, que puntualiza que solo con la información de los fallecimientos no es posible responder a la pregunta de cuáles son los factores que determinan esta peor situación. "En este atlas se han considerado solo el sexo y la estructura por edad. Si tuviéremos en cuenta las estructuras socioeconómicas habría que ver cómo quedaban los mapas", aventura.