Más avales, más tiempo de fianza o incluso la puerta cerrada al alquiler por ser una madre sola con hijos: las mujeres que están al frente de familias monoparentales sufren con frecuencia múltiples discriminaciones en el acceso a la vivienda.

"Se nos piden más requisitos porque entienden que una mujer sola con menores a cargo tiene más dificultades para afrontar el pago de la vivienda, que el hecho de cuidar a sus hijos puede hacer que su empleo sea inestable o incluso perderlo y eso provoca que se le esté pidiendo más tiempo de fianza o más avales. Esto es discriminatorio", denuncia la presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS), Carmen Flores, a 'El Periódico de España'.

"Desgraciadamente pasa que no se quieren alquilar viviendas a madres solas, también si es para compartir piso o alquilar una única habitación. Es una dificultad a la que se enfrentan muchas mujeres, les resulta difícil alquilar una habitación por tener menores a cargo y también porque convivir con niños parece que no gusta", explica Flores.

En España hay más de 1,5 millones de familias monoparentales que están lideradas por una mujer (el 81 % del total). La presidenta de FAMS asevera que las mujeres que estas mujeres aún son penalizadas socialmente, especialmente las madres solteras: "A un hombre se le cuestiona menos".

"A la hora de alquilar, a una mujer siempre se le pregunta con quién vive, si tiene hijos y si puede hacer frente al cuidado de los hijos. (...) Parece que genera desconfianza, que tiene menos posibilidades de mantener su empleo porque está sola para el cuidado y puede presentar riesgo de impago", lamenta Flores.

Esta semana, Tamara Domínguez -madre soltera- compartía su testimonio con este diario, en el que denunciaba las dificultades que estaba encontrando para alquilar una casa en la que vivir con su bebé.

La estabilidad de las familias se tambalea

"Por supuesto que es ilegal discriminar, pero es algo que ocurre. (...) La vivienda es una de las patas más importantes para lograr la estabilidad personal y familiar. Es fundamental, te permite tener una vida digna y ofrecer un hogar a tus hijos. La dificultad de acceso a la vivienda hace tambalear la estabilidad de las familias", señala Flores.

El Congreso de los Diputados tramita en la actualidad la proposición de ley para la igualdad de trato y la no discriminación, conocida como la ley Zerolo, que pretende prohibir la discriminación a la hora de comprar o arrendar una vivienda.

El Instituto de las Mujeres subraya en el estudio "Las familias monoparentales en España" que "la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a la vivienda son problemas estructurales que afectan a las familias monoparentales en mayor medida que al resto de familias, en gran parte por su falta de reconocimiento legal y por la ausencia de políticas públicas que tengan en cuenta sus particularidades, sus problemáticas y sus demandas". 

En este sentido, la responsable de FAMS urge a reconocer en la legislación a las familias monoparentales como paso necesario para empezar a atajar las discriminaciones que padecen.

"Nos enfrentamos a que hay una falta de visión de que la familia monoparental es un modelo de familia más y que la desprotección que existe es por esa falta de empatía tanto a nivel político como social. (...) Cada uno forma la familia que puede o que quiere, no se trata de juzgar por qué tienes marido o hijos o no los tienes, cada persona es libre", apunta.

Las mujeres que están al frente de familias monoparentales se enfrentan a una mayor vulnerabilidad económica, como atestiguan múltiples estudios.

Según un informe de La Caixa relativo a 2020, el 57 % de estos hogares presentan vulnerabilidad económica y para la mitad los gastos de vivienda representan una sobrecarga que apenas pueden sostener.

Los hogares monoparentales, según el estudio del Instituto de las Mujeres, tienen una menor estabilidad en el régimen y en las condiciones de habitabilidad, y se sitúan, en mayor proporción, en entornos degradados, además de tener dificultades a la hora de afrontar los gastos correspondientes a la vivienda habitual y para llegar a fin de mes.

"Para hacer frente a estas situaciones de precariedad y vulnerabilidad, muchas familias monomarentales comparten vivienda y gastos con otros familiares, con amigos o con otras personas con las que no tienen vínculos afectivos; también con otras madres en su misma situación", añade el estudio.

Al no reconocerse como unidades familiares, sino de convivencia, y de compartir casa, las posibilidades de acceder a vivienda social son muy limitadas.

"Son discriminaciones que hay que corregir de manera urgente y que se deben a la falta de visión de lo que significa una familia monoparental", insiste Flores.

Según el informe de FOESSA, el 49 % de las familias monoparentales se encuentra en riesgo de exclusión social y EAPN alerta de que el 13,8 % de los hogares monoparentales se encuentran en una situación de privación material severa.