Un avión de la compañía Condor tuvo que aterrizar el viernes de emergencia en el aeropuerto de Fuerteventura después de sufrir una avería al introducirse un ave en uno de los dos motores nada más despegar de Lanzarote-César Manríque con destino a la ciudad alemana de Hamburgo. La aeronave consiguió tomar tierra sin mayores incidencias después de que incluso los habitantes de Playa Honda vieran llamaradas y escucharan los estruendos que salían desde el fuselaje.

El incidente se produjo en torno a las dos de la tarde. El aparato, un Boeing 757-330 con matrícula D-ABOB y 23 años de antigüedad, despegó desde Guacimeta a las 13.58 horas. Por delante tenía un vuelo de cuatro horas y media hasta el norte de Alemania. Sin embargo, a los segundos de estar en el aire sufrió una avería en el motor derecho.

El fuerte ruido que se desprendía alarmó a las personas que estaban en las inmediaciones de la instalación aeroportuaria. Varios testigos que se encontraban en ese momento en la localidad de Güime (San Bartolomé) vieron cómo de uno de los motores salían "llamaradas varias veces", según relataron a La Provincia. "El ruido era impresionante", lo que llevó a los vecinos de este barrio a salir de sus casas para ver lo que estaba pasando ante la proximidad del vuelo sobre sus hogares. Incluso, uno de los pasajeros grabó lo que ocurrió cuando registraba el despegue. En las imágenes se puede apreciar más de una decena de llamaradas en apenas diez segundos hasta que comandante y piloto paran el motor y cortan el suministro de combustible. Según declaró a Televisión Canaria el gerente del Consorcio de Emergencias de Lanzarote, Enrique Espinosa, el incidente se produjo al introducirse un ave en las turbinas.

La tripulación decidió, nada más percatarse de lo ocurrido, cambiar de rumbo para volver a tierra y dar aviso a la torre de control. Los testigos añadieron que el avión no llegó ni a Montaña Mina y "giró a la altura de la rotonda entre Güime y Arrecife" para regresar al lugar de origen. Sin embargo, los controladores aéreos le ordenaron que se dirigiera al aeropuerto de Fuerteventura.

Según informaron los propios controladores en su cuenta de Twitter, "probablemente" se escogió la opción de aterrizar en Maxorata por la longitud de la pista, que es poco más de un kilómetro más larga que la de Lanzarote (3.405 metros por 2.400, respectivamente), aunque en ambos casos la distancia de aterrizaje permitida es la misma (2.400). Otras fuentes precisaron que también se puede deber a que Fuerteventura tiene menos obstáculos que Lanzarote, como la presencia de montañas en las proximidades, en caso de un posible go-around para volver al aire.

La operación fue rápida. Dada la avería, el avión ni siquiera quemó el combustible que tenía en los tanques para soportar las más de cuatro horas que estaba previsto que durara el vuelo y en cuestión de 34 minutos el Boeing 757-330, que tiene capacidad para unos 225 pasajeros y que cubría la ruta con el código DE1439, aterrizó en Fuerteventura sin que se produjera contratiempo alguno.