Los trabajadores del Centro Penitenciario de Cáceres se han visto aquejados por un brote de Covid-19, que se suman al brote originado recientemente entre los empleados de la prisión de Badajoz, según ha informado desde la sección sindical de ACAIP-UGT, que asegura que "los primeros casos se detectaron el pasado fin de semana después de compartir una comida navideña, en la que participaron mayoritariamente los funcionarios que trabajan en dos turnos de guardia, teniendo que confinarse en sus domicilios hasta 13 empleados positivos" y hasta que se realicen la prueba PCR. Desde el sindicato solicitan un cribado masivo entre los trabajadores como medida preventiva y para evitar su transmisión.

Estos hechos han aconsejado extremar las medidas en el interior de la cárcel siguiendo el protocolo para aislar los posibles casos que se puedan detectar y evitar su propagación. Para paliar esta situación, se ha decidido desde la dirección cubrir los turnos de los trabajadores afectados por empleados de turnos opuestos, lo que según el sindicato "supone una carga añadida para estos trabajadores, dado el déficit de empleados que arrastra este centro". A juicio de ACAIP-UGT no se ha tenido "la mínima empatía con los empleados a la hora de repartir la productividad de diciembre, beneficiando sólo al 10% de los trabajadores".