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Restricciones covid

Espantada española e incertidumbre en la frontera entre Galicia y Portugal

La confusión con las medidas impuestas por el país vecino han provocado que los ciudadanos de los pueblos gallegos cercanos teman ser multados al desplazarse

La céntrica plaza de la fortaleza de Valença, vacía ayer a mediodía.

La confusión generada ante las nuevas restricciones de movilidad decretadas por el gobierno portugués provocó ayer la espantada de españoles al otro lado de la “raia” (la frontera que separa Galicia de Portugal). Lo notaron sobre todo los feriantes de Valença, que calcularon en un 40% el desplome de la afluencia de clientes a su tradicional feria de los miércoles. A las puertas del puente de la Constitución están “deseando que dejen las cosas claras para que la gente se anime a venir; este puente es muy importante para nosotros, nos jugamos la campaña de Navidad”, reclamó Rui Pereira, un portavoz de los feriantes.

Las limitaciones del estado de calamidad entraron en vigor luego de varias jornadas de información contradictoria por parte de las autoridades lusas, que en el día de ayer aclararon que para los gallegos solo será necesario enseñar el pasaporte COVID europeo para cruzar a Portugal debido al nivel de incidencia medio de contagios que presentaba Galicia en el momento en el que se establecieron las nuevas normas. Es decir, a día de hoy no es necesario realizar un test de antígenos ni PCR para ir a Portugal en la “raia” miñota, al menos hasta que no se revisen los cambios de nivel.

Para controlar el cumplimiento de las restricciones, el Ejecutivo portugués anunció que se realizarían controles aleatorios en las fronteras terrestres, aunque estas inspecciones nada tienen que ver con los controles fijos que provocaron atascos kilométricos en anteriores cierres de la frontera. La Guardia Nacional Republicana realizó ayer algún control en el puente que une Tomiño y Cerveira, pero no interfirió en el tráfico de la vía, un alivio, sobre todo, para los trabajadores transfronterizos.

“Fuimos a Valença a tomar el café y compré dos verduras para justificar algo por si me paraban”

Rosa y Carmen - Vecinas de Tui

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Con todo, muchos de los españoles que cruzaron a Valença por el viejo puente internacional de Tui lo hicieron sin tener muy claro si estaban infringiendo la ley. Es el caso de las tudenses Rosa Martínez y Carmen Diz, dos “yonkis” confesas del café de Portugal. “Fuimos a tomar el café y compré dos verduras para justificar algo por si me paraban”, comenta Rosa, cuyo día a día transcurre entre Tui y Valença. Aunque asegura que las nuevas restricciones no van a trastocar su rutina y va a seguir haciendo vida en Portugal, reconoce que es un varapalo importante para el comercio luso. “Se nota el miedo de los españoles en que hay sitio donde aparcar”, relató a FARO.

“Nos hicimos el test de antígenos para venir; era un viaje que teníamos planeado y no lo quisimos cancelar”

Susana y Pilar - Vecinas de Ourense

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Y tenía razón, ya al otro lado del puente se intuía la falta de gallegos en la cantidad de plazas de aparcamiento libre a pie comercio y en la propia feria. “La gente tiene miedo a que le pongan una multa”, comentó uno de los feriantes. Precisamente para evitarlo, las ourensanas Susana Cudeiro y Pilar Rodríguez cruzaron la frontera bien preparadas. “Nos hicimos el test de antígenos para venir; era un viaje que teníamos planeado y no lo queríamos cancelar”, confesaron las turistas.

“El test de antígenos espanta a la gente y las zonas ‘raianas’ funcionamos de manera diferente”

Isabel Rodríguez - Comerciante

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“El test de antígenos espanta a la gente”, valoró Isabel Rodríguez, dependienta de uno de los comercios ubicados en la fortaleza, con incertidumbre y esperanza a partes iguales. “Esperábamos a muchos españoles en el puente, pero ahora no sabemos que pasará”, comenta esta comerciante, haciendo hincapié en que “las zonas ‘raianas’ funcionamos de manera diferente”.

“Que dejen las cosas claras para que la gente se anime a venir; nos jugamos la campaña de Navidad”

Rui, Carolina y Américo - Feriantes

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Aunque el estado de calamidad en Portugal comenzó en el día de ayer, empezó a notarse en la "raia" tudense a última hora de la tarde del martes, donde el acceso de vehículos lusos a las gasolineras de Tui para llenar sus depósitos y surtirse de garrafas de combustible quedó completamente colapsado. También fueron muchos los españoles que cruzaron a Portugal para apurar sus compras antes de las limitaciones de movilidad anunciadas por el gobierno portugués, lo que incrementó el embotellamiento en la Avenida de Portugal, siendo necesario que la Policía Local regulase el tráfico en uno de los puntos más críticos: junto a la gasolinera más próxima al viejo puente internacional de Tui.

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