Cerca de un millar de inmigrantes marroquíes, de ellos 425 menores de edad, permanecen todavía acogidos en Ceuta justo cuando se cumplen seis meses del primero de los dos días de las avalanchas fronterizas registradas en la ciudad los días 17 y 18 de mayo.

La presencia de estas personas todavía constituye el principal lamento del Gobierno ceutí que preside Juan Jesús Vivas (PP), que sigue reclamando el apoyo del Gobierno para que estos marroquíes puedan regresar a su país de origen para poder clausurar los recursos provisionales habilitados para dar respuesta a esta emergencia humanitaria.

El nuevo boletín del Ministerio del Interior, emitido este martes, sigue sin actualizar las cifras de llegadas a Ceuta en esos días, estimadas en cerca de 10.000 inmigrantes, si bien el Gobierno autonómico ha calculado que fueron en torno a las 12.000 personas las que consiguieron entrar en esas jornadas de mediados de mayo.

Según ha podido comprobar Efe, la frontera esta mañana no tiene nada que ver con lo acontecido esos días. Hoy reina la tranquilidad, Marruecos ha reforzado su lado del vallado con nuevos concertinas y obstáculos para dificultar el acceso a la playa y sólo un vehículo de la Guardia Civil está junto al espigón fronterizo.

Menores

La situación de los menores es el asunto que más preocupa al Gobierno ceutí, que siempre ha mantenido que estos niños deben volver con sus familias y a su entorno en Marruecos.

De los 1.109 menores que se censaron en los dos días en los que se produjeron las avalanchas, en la actualidad quedan en la ciudad 425, la mayoría de ellos acogidos en el albergue provisional de Piniers.

El Gobierno ceutí, según ha apuntado a Efe la consejera de Presidencia, Mabel Deu (PP), tiene constancia de que más de 550 menores regresaron a su país en los días posteriores y que otros 60 han podido ser reagrupados con sus familiares en distintas zonas de España e incluso de Europa.

Sin embargo, desde mediados de agosto se paralizó judicialmente el retorno de estos menores a su país de origen, después de que únicamente se pudiera llevar a cabo el regreso de 61 -de los que posteriormente seis resultaron ser mayores de edad- durante cuatro días consecutivos.

La practica totalidad de estos menores han sido escolarizados en colegios y en cinco institutos de la ciudad -estos últimos en horario de tarde-, sobre todo con clases de alfabetización y de inmersión lingüística.

"En el centro se están adaptando perfectamente, la gran mayoría acude con asiduidad y eso es muy bueno para su propia formación", ha comentado a Efe uno de los profesores que dan clases por la tarde a estos menores.

Asilo

Mientras tanto, los adultos que entraron han seguido caminos distintos. Muchos de ellos -hasta un total de 3.683- decidieron volver a su país de forma voluntaria y otros 2.500 más han optado por recurrir a la vía del asilo político.

Esta petición de asilo -a la que también se han sumado 33 menores-, que conlleva poder circular libremente por el territorio nacional, ya ha permitido que 1.968 marroquíes hayan logrado salir de Ceuta hacia la península.

Esta vía del asilo ha motivado que durante muchos días se produjeran largas colas de personas tanto en la propia aduana fronteriza como en el entorno de la Jefatura Superior de la Policía Nacional.

Mientras tanto, la ciudad mantiene acogidos en las naves del Tarajal a otros 580 adultos -principalmente núcleos familiares- que están a la espera de resolver su situación.

Asimismo, se tiene constancia de una bolsa de inmigrantes que están ocultos en montes y en las escolleras del puerto ceutí, sin una cifra determinada, a la espera de poder viajar ilegalmente a la península en algún vehículo, barco o en alguna embarcación.

Asentamientos

Más de 140 asentamientos irregulares han sido desmantelados por el Gobierno ceutí, a través de diferentes brigadas medioambientales, a lo largo de estos meses, principalmente en lugares próximos a la costa o en zonas de los montes, donde se habían asentado estas personas.

Estos inmigrantes son los que, preferentemente, intentan llegar ilegalmente a la península en alguna embarcación. De hecho, fuentes de la Guardia Civil han informado a Efe de que desde que se produjeron las avalanchas se han registrado decenas de intervenciones donde se han intervenido pateras, neumáticas o otro tipo de embarcaciones.

Entre 2.000 y 4.000 euros por persona se estima que pagan muchos inmigrantes a las redes ilegales, si bien también se han dado casos de robos de embarcaciones en el puerto deportivo ceutí que posteriormente han sido utilizadas para estas travesías ilegales por el Estrecho de Gibraltar.

Fuentes policiales han dicho a Efe que esta última acción -la de hacerse con una neumática o una patera- está siendo la más utilizada por estas personas, que adquieren las mismas a las redes clandestinas.

La cara más dramática se ha traducido en el hallazgo de hasta doce cuerpos en las costas de la ciudad, entre ellos al menos dos menores, algunos de los cuales habrían intentado entrar a nado desde Marruecos y otros de los que ya estaban en Ceuta y pretendían huir por la vía marítima.

Lo cierto es que, seis meses después de las avalanchas, la ciudad todavía sigue recordando lo que ha sido el episodio migratorio más complicado de la historia de Ceuta. Las cifras y las consecuencias así lo acreditan.