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Drogadicción

El drama de una madre de Castellón que pide ayuda para su hijo de 13 años adicto a la marihuana

En agosto firmó una guarda que la Generalitat valenciana aún no ha aplicado y temen que la tardía respuesta cause un daño irreparable en el menor

Un joven se lía un porro de marihuana, en compañía de otras dos chicas, en una imagen de archivo.

El último recurso para una madre de la localidad castellonense de Vall d'Uixó era denunciar públicamente su caso, pero se ha visto abocada a hacerlo ante la falta de premura con la que la Administración está tratando el problema de su hijo, un niño de 13 años adicto a la marihuana y con problemas de conducta y con el alcohol "que necesita una ayuda urgente que no le están dando".

La situación es dramática, de acuerdo con el relato que hace esta mujer desesperada que ya no sabe dónde acudir para frenar la caída en picado de su hijo.

El menor tiene reconocida una discapacidad del 38% por un TDH con conducta agresiva compulsiva. Al principio, cuando era más pequeño, la situación era complicada de gestionar pero accesible para la familia, que no ha escatimado en esfuerzos y recursos para prestarle la asistencia necesaria. "Recibe una beca que destino íntegramente a atenderlo", afirma.

Hace unos tres años sus circunstancias empezaron a cambiar para mal y en este tiempo la evolución no hace augurar nada bueno, tal y como reconoce su madre. Empezó a consumir marihuana, a la que en la actualidad es adicto, "y llega a casa borracho", reconoce afectada. Para conseguir lo que quiere no duda en quitarle dinero. Es todo cuanto ha hecho hasta el momento. "Temo que en cuanto no pueda cogérmelo a mí haga otras cosas".

Sin problemas legales

El menor no tiene denuncias ni antecedentes. Aún. Esa es la mayor angustia de quien en el mes de agosto firmó una guarda para que la Generalitat lo tutele en un centro "donde pueda desintoxicarse y tener una oportunidad". A día de hoy, no tiene noticias sobre esta cuestión. "La trabajadora social del Ayuntamiento de la Vall solo me dice que tenga paciencia, pero no puedo tener más paciencia, ya estamos llegando tarde".

Ella ha alcanzado su límite. No sabe qué más hacer por él. "Tengo una hija pequeña que está viviendo cosas que ninguna niña debería vivir", porque la convivencia con su hermano "es insoportable".

Le piden paciencia

Cuando transmite esa desesperación a la trabajadora social "me dice que lo deje a cargo de mi hermano, pero ¿cómo voy a hacer eso? Él ya no puede hacer más de lo que hace por nosotros, que es muchísimo, esa no es la solución". Porque su hijo requiere intervención profesional permanente.

"Esta semana lo han vuelto a expulsar del instituto, poco después de empezar el curso ya pasó lo mismo, nadie parece ver que le están dando lo que quiere", explica desde la desesperación de una mujer que quiere ayudar a su hijo y está agotada.

"Hablamos mucho con él, todos. Su hermana mayor, mi hermano, yo misma, pero no sirve de nada, hemos llegado a un punto que no está en nuestras manos". Aun así, insiste en afirmar que, pese a todo, no se ha rendido, está dispuesta a llegar hasta donde haga falta por el bienestar del menor. Cuando firmó la guarda en agosto creyó que tenía ante sí una puerta a la esperanza, pero por el momento está cerrada, para su desaliento. "No puedo estar tranquila ni puedo esperar más, no por mí, por él, cada día que sale de casa no sé lo que puede pasar, cuándo volverá o cómo", concluye.

Ver como un hijo de tan corta edad va degradándose de esta forma es una prueba difícil de asimilar para esta madre, que repite una y otra vez que "es mi hijo y lo quiero, quiero que se ponga bien y que tenga una oportunidad, pero a veces no tengo más salida que encerrarme en mi habitación con mi hija pequeña con un mueble detrás de la puerta", lamenta.

En el cuartel de la Guardia Civil, pese a no haber denuncias, conocen su caso, porque ya han tenido que acudir en más de una ocasión. La madre está aterrada porque un día la llamada sea para darle una noticia peor.

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