Patente. Un enfermero alicantino, Bernardo Fernández, ha patentado a nivel nacional una mascarilla revolucionaria con la que se puede beber y comer, por lo que espera contribuir a paliar el problema que la crisis sanitaria está generando en el sector de la restauración. Se trata de un kit de un solo uso similar a las FFP2, que incluye los cubiertos y para el que ya ha solicitado también la patente internacional.