El Gobierno dará una nueva vuelta de tuerca a la reglamentación de tráfico para mejorar la seguridad de colectivos vulnerables. Los repartidores que utilizan la bicicleta para desempeñar su trabajo, los denominados 'riders', deberán llevar obligatoriamente casco, los motoristas deberán usar guantes y se les permitirá circular por los arcenes en caso de atascos, pero a una velocidad máxima de 30 km/h.

Así lo ha anunciado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante su comparecencia para dar cuenta del balance de la siniestralidad en las carreteras del 2020. Debido a su trabajo, los 'riders' "se mueven permanentemente por los viales de las ciudades y hay que garantizar su seguridad personal", ha señalado. En la actualidad el casco sólo es obligatorio en las ciudades para los usuarios de la bicicleta que tengan hasta 16 años. El resto sólo están obligados a portarlo en carretera.

La exigencia de guantes para los motoristas va también en la misma línea de "dotar del equipamiento correcto para garantizar la integridad personal", según el ministro, que ha recordado como en otros países, como Francia, ya es obligatorio.

Una idea del 2011

La utilización de los arcenes por parte de los motoristas cuando existe un colapso en la carretera viene a regular una práctica habitual que puede ser peligrosa sólo si se realiza demasiado rápido. Por esta razón se limitará a la velocidad a ese máximo de 30 km/h. Se trata de una vieja reivindicación del sector, ha puntualizado el director general de Tráfico, Pere Navarro.

Ramón Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial, ha dado la bienvenida a una medida que, ha recordado, ya figuraba en el proyecto de reforma del reglamento de circulación del año 2011.

Marlaska no ha dado plazo para esta reforma que se encuentra ya en el trámite de información pública.