El boom que está viviendo la demanda de bicicletas en España durante los últimos meses, tras el fin del estado de alarma, hará que previsiblemente el sector se convierta en uno de los pocos de la economía española que cierre 2020 en positivo e incluso crezca más de lo que creció en 2019.

"No es descabellado afirmar que se podrá cerrar el año bastante por encima de los 1.871 millones de euros de volumen de negocio y las más de 1.260.000 bicicletas vendidas en 2019", asegura a la Agencia Efe Carlos Núñez, secretario general de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE).

Y es que los números hablan por sí solos: según la AMBE, las tiendas y grandes superficies han experimentado en los meses más recientes un incremento de la demanda del 400% respecto al periodo previo al confinamiento. Por ello, y aunque aún es pronto para hacer balance, el sector espera un aumento de ventas "muy considerable", superando incluso el 20% que crecieron las de 2019 respecto a 2018.

La demanda ha sido tal que las tiendas han llegado a tener problemas de stock para algunos modelos, principalmente los más económicos. Estos modelos de bicicletas, las llamadas de "primer precio", son las que más han triunfado estos meses, tanto de categoría urbana como para uso recreativo ('mountain bike' o todo terreno), y en un rango de precio de entre 400 y 1.000 euros.

Según Núñez, la falta de unidades empezó a notarse en junio y julio, provocando que durante el mes de agosto "haya sido muy difícil poder encontrar bicicletas económicas en todo el país".

Los factores principales que han provocado este aumento en la demanda de bicicletas han sido dos: las ganas de los ciudadanos de disfrutar del aire libre tras el confinamiento y la elección de la bicicleta como medio para ir a trabajar y evitar así el transporte público. Por ello, las bicicletas urbanas con precios más ajustados, ideales para desplazarse al trabajo, han sido las más vendidas durante los últimos meses.

La alta demanda, sin embargo, no ha provocado un encarecimiento del precio de las bicicletas, sino todo lo contrario: "Como la demanda se ha concentrado en modelos más económicos, esperamos que el precio medio se reduzca ligeramente respecto a los 204 euros de 2019", explica Núñez.

Impulso de las autoridades

Los diferentes gobiernos autonómicos también han impulsado este crecimiento con algunas medidas, como la peatonalización masiva de calles y la ampliación de carriles bicis en algunas ciudades. Grandes urbes como Madrid o Valencia también han puesto en marcha planes de ayuda para comprar bicicletas, urbanas o eléctricas, que pueden alcanzar los 600 euros.

Para la AMBE, pese a que todas las medias "están muy bien intencionadas", las de la Comunidad de Madrid, que pueden llegar a bonificar el 50% del precio de la bicicleta eléctrica, "son el modelo a seguir". En este sentido, la venta de bicicletas eléctricas también han sufrido un "incremento notable".

De estas ayudas podrán aprovecharse también los recién llegados al sector, ya que según la AMBE muchos de los compradores durante estos meses han sido personas que no usaban anteriormente la bicicleta, una tendencia que se observa "a nivel mundial".

Pero para que el sector siga creciendo, Núñez cree necesario llevar a cabo "medidas de impulso de la oferta de movilidad ciclista", entre otros lugares en Madrid, que se encuentra actualmente "a años luz del resto de capitales europeas".

Un problema de oferta global

El boom del sector no se reduce solo a España: el fenómeno de la venta de bicicletas en los últimos meses se ha extendido por muchos países con economías punteras.

En mayo, en el Reino Unido creció la demanda un 200% y se llegó a agotar el stock en superficies como Decathlon. En Estados Unidos ocurrió algo similar: a finales de abril se habían agotado los modelos de gama baja, con un crecimiento del 121% en las bicicletas urbanas y un 85% de las eléctricas.

Cabe que recordar que la paralización de las fábricas en Asia, en las que se fabrican muchos de los componentes de las bicicletas, empezó incluso antes que en España, por lo que la cadena global de suministros se empezó a ver afectada ya en el primer trimestre del año.

Esta situación ha provocado que a la alta demanda de bicicletas se haya sumado una oferta limitada provocada por el parón económico mundial de los últimos meses.

Pese a la incertidumbre económica actual, las perspectivas a corto plazo del sector son halagüeñas, habiendo tenido incluso que adelantar el inicio de la temporada 20/21 para hacer frente a la exagerada demanda que tienen los distribuidores.