La nave espacial Kepler de la NASA, dedicada a la búsqueda de exoplanetas orbitando la Tierra a 154 millones de kilómetros, se está quedando sin combustible y finalizará en cuestión de meses.

En 2013, la misión principal de Kepler terminó cuando se rompió una segunda rueda de reacción, lo que impidió mantener la mirada fija en el campo de visión original. La nave espacial recibió una nueva oportunidad de vida al usar la presión de la luz solar para mantener su orientación, como un kayak que se dirige a la corriente.

Renacida como K2, esta misión extendida requiere que la nave espacial cambie su campo de visión a nuevas porciones del cielo aproximadamente cada tres meses en lo que se denomina una «campaña». Inicialmente, el equipo de Kepler estimó que la misión K2 podría realizar 10 campañas con el combustible restante. Al final se han completado 16 campañas, y este mes entró en la 17.

«Nuestras estimaciones actuales son que el tanque de Kepler se secará dentro de varios meses, pero ya nos ha sorprendido su rendimiento antes», explica en un comunicado Charlie Sobeck, ingeniero de sistemas de la misión.

El equipo Kepler está planeando recolectar la mayor cantidad posible de datos científicos en su tiempo restante y enviarlos a la Tierra antes de que la pérdida de los propulsores signifique que ya no se puede apuntar la nave espacial para la transferencia de datos.