Así, mientras Millet afirmó que él no intervenía en esas decisiones y que sólo firmaba las operaciones económicas, Montull se escudó en que se limitaba a obedecer las órdenes de su superior. Los imputados trataron de exculpar de la administración fraudulenta del Palau a sus familiares, con quien comparten algunas sociedades y algunos de los cuales están relacionados con la gestión de la institución cultural. En ese sentido, Montull insistió en que su hija Gemma, que era directora financiera del Palau de la Música, no ocupaba más que un cargo simbólico en la entidad, ya que era él quien tomaba todas las decisiones en ese ámbito. En un interrogatorio que el juez circunscribió sólo a los hechos sucedidos en el año 2003 y a la carta de confesión de los imputados, Millet y Montull se remitieron al informe pericial que están elaborando los técnicos de la Agencia Tributaria sobre el desvío de fondos en las distintas ocasiones en que se les preguntó sobre operaciones irregulares.