Benedicto XVI pidió ayer a los europeos que «no permitan» que su modelo de civilización, «cuyas raíces están en el cristianismo» se «rompa, a trozos» y que salvaguarden el medio ambiente y defiendan la vida en todas sus etapas y la familia basada en el matrimonio entre hombre y mujer.

El Pontífice alemán así lo manifestó en el discurso que dirigió al jefe de la delegación de la Comisión de la Comunidad Europea ante la Santa Sede, Yves Gazzon, que ayer le presentó las cartas credenciales.

«Los valores de Europa son el fruto de una larga y tortuosa historia, en la que ninguno puede negar que el cristianismo ha jugado un papel de primer plano», afirmó el Papa, que añadió que cuando la Iglesia recuerda las raíces cristianas de Europa «no busca un privilegio para ella».

«La Iglesia busca una memoria histórica, recordando en primer lugar una verdad cada vez más silenciada», afirmó Benedicto XVI, que añadió que la Iglesia desea mostrar que la base de los valores proviene, especialmente, de la herencia cristiana «que todavía continúa alimentándola».

El Papa alemán manifestó que es importante que Europa no permita que su modelo de civilización «se rompa, trozo a trozo» y que su ímpetu original no debe ser ahogado por el individualismo o el totalitarismo.