Organización mundial de la Salud

Un estudio alerta de que la obesidad infantil puede provocar que los niños vivan menos que sus padres

OTR/PRESS

Por ello un estudio realizado por la Fundación 'La Caixa', alerta de que si continúan así los hábitos alimenticios en la infancia los hijos pueden empezar a vivir, por primera vez, menos que sus padres debido a la aparición temprana de enfermedades asociadas al sobrepeso.

El informe 'Alimentación, consumo y salud' fue presentado hoy en Madrid, por el director general de 'La Caixa', José F. de Conrado, la profesora Titular de Sociología el Consumo de la Universidad de Oviedo, Cecilia Díaz y el profesor Titular de Sociología de la UNED, Cristóbal Gómez. En él se ofrece un análisis de las situaciones alimentarias que despiertan mayor preocupación social entre los ciudadanos, uno de ellos la obesidad infantil, un problema que, explican, induce a enfermedades que acortan la vida.

Así, del estudio se desprende que un joven entre 12 y 15 años que presenta una mala alimentación desarrolla factores de riesgo que apuntan a una muerte prematura. Esto supondría que por primera vez en la historia de la humanidad, los hijos tendrían menor esperanza de vida que sus padres, debido a la aparición de enfermedades degenerativas asociadas al sobrepeso y a ciertos hábitos alimenticios inadecuados, como diabetes o problemas coronarios. En este sentido, el médico especialista en medicina preventiva, Javier Aranceta, que también participó en el acto, señaló que se trata de una alerta intelectual que podría producirse si no de ponen medidas y se sigue por el mismo camino.

Las estadísticas sobre ese problema, muestran como en los últimos 20 años se ha doblado el número de niños entre 6 y 13 años que padecen obesidad. Estas cifras sitúan a España como el tercer país del mundo con mayor número de población infantil con sobrepeso, tan sólo superada por Estados Unidos y Reino Unido.

FACTORES DETERMINANTES

Entre los elementos que el estudio presenta como factores determinantes en la aparición de este trastorno, figuran: la ingesta excesiva de productos azucarados, bollería, embutidos y refrescos. Por el contrario, la tasa de obesidad baja considerablemente entre los chicos y chicas que realizan mayores consumo de frutas y verduras así como en aquellos que realizan un desayuno completo. En este sentido, la profesora Titular de la Sociología de Oviedo manifestó que además de una buena alimentación, hay que habla de "calidad en los alimentos", así como los hábitos.

Tan sólo el 64 por ciento de las familia, explicó Díaz, planifica la comida y muchas de ellas sufren signos de desestructuración en sus rutinas alimentarias. "La carencia de fruta en el desayuno, el descenso de alimentos sanos al mediodía y las cenas rápidas e informales componen un estilo de vida poco saludable", apuntó.

El tiempo medio dedicado a actividades sedentarias es también un elemento decisivo. Así, los menores que dedican más tiempo a ver la televisión o a los videojuegos, suelen presentar tasas más importantes de obesidad, frente a los que limitan este tipo de actividades y destinan parte de su tiempo a iniciativas que suponen un gasto calórico.

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