La principal acusada del crimen de Permanyer niega su implicación

De izquierda a derecha: Anabel Toyas, Joan Sesplugues y Carme Badia / Efe

De izquierda a derecha: Anabel Toyas, Joan Sesplugues y Carme Badia / Efe

Barcelona | Europa Press

La principal acusada por el asesinato de la psicóloga barcelonesa Anna Permanyer en 2004 negó ayer «rotundamente» su implicación en el crimen y aseguró que el día de la desaparición, el 27 de septiembre, ambas habían quedado para la entrega de las llaves de un aparcamiento, pero que Permanyer no llegó a presentarse.

En la segunda sesión del juicio con jurado en la Audiencia de Barcelona, Carmen B.L. explicó que el 10 de septiembre ya había firmado el contrato de arras por la compra del piso donde hasta entonces estaba de alquiler, el 18-J del edificio Atalaya de la avenida Diagonal, propiedad de Permanyer.

Según ella, durante la firma de ese contrato, en el ya desaparecido restaurante La Oca, estuvieron también, como testigos, dos empleados de banca andorranos y un conocido de Permanyer. El estado de ánimo de la psicóloga, según Carmen B.L., era «normal», aunque tras la desaparición de la mujer, pensó que ésta fue «voluntaria».

El pago de 420.000 euros se hizo, según Carmen B.L., en billetes de 500 euros que ella misma sacó de sus cuentas andorranas junto a los 180.000 euros que faltaban para el precio total de 600.000 euros. Tras ser investigada, admitió que transfirió el resto de su dinero a cuentas de las Islas Caimán.

El día de la cita, a las 18 horas del lunes 27 de septiembre, Permanyer tenía que presentarse en el piso 18-J, pero, según Carmen B.L., no llegó a hacerlo nunca. Aunque no era la primera vez que quedaban para encontrarse y Permanyer no había faltado nunca a las citas, a Carmen B.L. no le extrañó que no llegara, pero tampoco hizo nada para localizarla ni saber lo ocurrido.

Según ella, estuvo hasta la noche en casa, con su hija de ocho años y sus amigos Joan S.B., de 81 años y también acusado, y la esposa de éste, que pasaban unos días en su casa. A última hora del día el portero de la finca le llamó por el interfono y preguntó por Permanyer. Posteriormente llegó la Policía, que registró el piso.

A preguntas de la Fiscalía, Carmen B.L. negó que alguna vez se hubiera retrasado en el pago del alquiler.

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