En seis años

El tigre en India, en peligro tras perder la mitad de su población

EFE

El polémico informe, realizado por la Autoridad Nacional para la Conservación del Tigre (NTCA en inglés), ha sido desaprobado por varios expertos en la materia y hasta por el jefe de Gobierno de la región oriental de Orissa, Naveen Patnaik.

Según Patnaik, citado por la agencia india IANS, el número de felinos que habita en esta región es "superior a cien", mientras que el informe indica que quedan cerca de 60, por lo que calificó el estudio de "impreciso".

Pero éste no es el primer censo de tigres que desata la polémica en el país asiático.

El penúltimo, difundido en 2002, generó tantas críticas que hasta el propio Gobierno puso en duda su fiabilidad.

"Esta vez hemos usado métodos adicionales para elaborar el censo", afirmó el secretario de la NTCA, Rajesh Gopal, quien sostuvo que el descenso del número de tigres se debe a la caza furtiva, la destrucción de su hábitat y la desaparición de sus presas.

Para contar los tigres, los técnicos del NTCA se han valido de cámaras por control remoto que han instalado en las reservas que habitan estos felinos.

Según Gopal, los tigres que quedan en el país están repartidos en reservas de 17 regiones, por lo que ya no quedan tigres salvajes, aunque esta última afirmación ha sido rechazada por otros expertos.

Sin embargo, no todo han sido críticas al nuevo censo.

La Sociedad para la Protección de la Fauna y Flora (WPSI), mantiene que, gracias a los nuevos métodos usados, el estudio es fiel a la realidad.

"El principal enemigo de los tigres son los cazadores furtivos.

Aunque el Gobierno indio ha hecho un gran esfuerzo desde 2005 para proteger la especie, aún hay muchos puestos de vigilante vacantes en varias reservas, lo que facilita el trabajo a los cazadores", dijo a Efe Joseph Tito, responsable de proyectos de WPSI.

Mientras, en la reserva de Sariska, en el estado occidental de Rajastán, el Gobierno regional ha decidido permitir la entrada gratuita al parque debido al gran número de templos que alberga, lo que implicará un incremento de vehículos en la reserva y un menor control de las personas que circulen por ella.

La mayoría de los tigres cazados ilegalmente en la India acaban en mercados negros de China, en los que cada ejemplar alcanza precios astronómicos debido al gran valor que tiene su piel y a las supuestas propiedades terapéuticas de algunas de sus piezas.

En el país vecino, se hace negocio con casi cada parte del animal: las pieles, las garras o los huesos se usan tanto en la medicina oriental como para la decoración.

La desidia de las autoridades indias para proteger a los tigres contrasta con algunas medidas que favorecen a los leones.

En el zoo de Jaipur, situado en el noroeste del país, diez de sus leones serán trasladados a la reserva de Nahargath, donde se organizarán safaris al estilo africano, según IANS.

En el vasto territorio indio quedan en la actualidad menos de 2.000 tigres, un animal característico del continente asiático que, hace apenas un siglo, contaba con 40.000 ejemplares en el subcontinente.

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