NUTRICIÓN

Escombroidosis: así es la peligrosa intoxicación que puede provocar una lata de conserva en la nevera

Es muy importante saber que el atún, rico en vitaminas, se debe conservar de forma correcta para evitar intoxicaciones alimentarias

En el mercado nos encontramos con conservas con latas de atún al natural, en aceite de girasol o en aceite de oliva. La opción más saludable es al natural, con el que podremos beneficiarnos de sus importantes propiedades nutricionales: Omega-3

Se trata de un ácido graso fundamental para fortalecer las neuronas y para mantener el corazón sano y protegido frente, por ejemplo, a un accidente cerebrovascular. También es rico en vitaminas del grupo B. 

Según recomiendan los expertos, el Omega 3 debe representar entre el 5 y el 10% de las calorías totales ingeridas a lo largo del día. Y además de en el atún, está presente en el salmón, la caballa, la trucha y las sardinas.

En nuestro país, el atún en lata es uno de los alimentos ultraprocesados más consumidos.

Entre las razones para convertirse en el rey de las cocinas españolas está su precio, en torno a los 10 euros/kilo, y su facilidad para crear platos. No solo para ensaladas y pastas, también para sándwiches, croquetas y otros platos más elaborados como el tartar de atún.

Sin embargo, una mala conservación del envase, una vez abierto, puede repercutir en nuestra salud. Es lo que han advertido las pediatras Enith Mena Dávila, Lorena Sánchez y María Valls a través de la Asociación Española de Pediatría

Un caso concreto

Tal y como explican, a la consulta de Pediatría llegaron dos mellizos de 9 años después de la “aparición súbita de exantema macular eritematoso -piel rosada y descamada- y muy pruriginoso (picor) que compromete todo el cuerpo, asociado a hiperemia conjuntival bilateral (conjuntivitis)”.

La madre, con síntomas similares, señala que no presentan fiebre ni síntomas gastrointestinales o respiratorios. 

La progenitora, no obstante, hace referencia a que, una hora antes del inicio de la sintomatología, habían comido un bocadillo de atún, cuya lata se encontraba abierta en el frigorífico desde hacía varios días.

Según señalan las especialistas, el diagnóstico es claro. Son los efectos de la escombroidosis.

¿Qué es la escombroidosis y cómo se trata?

Se trata de una de las intoxicaciones alimentarias más frecuentes por consumo de pescado azul, como puede ser atún, sardinas, anchoa o pez espada.

También puede ocurrir tras el consumo de queso suizo, similar al Emmental, de color amarillo, y que son elaborados generalmente con leche de vaca. 

Como especifican las pediatras:

“La mala refrigeración del pescado (temperatura superior a 4 °C) produce un sobrecrecimiento de bacterias (la más frecuente es la Escherichia coli). Y eso favorece la conversión de la histidina presente en los tejidos del pescado, a histamina mediante la acción de la enzima bacteriana histidina decarboxilasa”.

Los síntomas suelen comenzar una hora después de la ingesta del alimento en mal estado y pueden ser:

  • Dolor abdominal.
  • Náuseas.
  • Vómitos. 

Muy similares a una gastroenteritis.

En el caso de los menos frecuentes, son:

  • Hipotensión (presión arterial por debajo de la media: 90/60 mmHg y 120/80 mmHg)
  • Broncoespasmo (obstrucción temporal de los bronquios)
  • Arritmias cardíacas, que puede ser taquicardia, latido del corazón demasiado rápido, o bradicardia, ritmo cardíaco muy lento. 

Como especifican, no hay que confundir esta reacción con una alergia al pescado, pues aunque también se pueden presentar lesiones cutáneas como prurito (picazón), muy característico de las alergias, es una reacción por su mala conservación.

El tratamiento principal es la prescripción de antihistamínicos orales.

Si los síntomas son muy graves, fluidoterapia (para tratar la deshidratación como consecuencia de los vómitos) y fármacos vasopresores (indicados para aumentar la presión arterial).

Una lata de atún

Una lata de atún / Freepik

¿Cómo conservar las latas en la nevera?

Para evitar una intoxicación alimentaria por escombroidosis, lo más importante es una correcta refrigeración del pescado. Si hemos abierto una lata, y no vamos a consumir todo el contenido en el día, hay que tomar una serie de precauciones.

  • Conservar por debajo de los 4ºC. Es preferible, además, que se encuentre en la zona más fría de la nevera, que no es otra que la que está cerca del congelador. Así, podrá mantenerse a una temperatura cercana a los 0ºC.
  • No guardar en la propia lata. Hay que evitar la entrada de aire, por lo que es recomendable trasladar todo el contenido a un táper hermético.
  • Consumir lo antes posible y en un plazo máximo de dos días.