Según los datos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el año pasado solo se registraron en España 12 casos de gripe.

Sin embargo, esta enfermedad infecciosa aguda ha vuelto con fuerza tras dos años oculta por la pandemia del coronavirus. La temporada de gripe, que normalmente arranca en enero y finaliza el 31 de marzo, se está alargando este año con un pico de la incidencia en las últimas tres semanas.

"Todos los indicadores de vigilancia indican un aumento en la circulación de virus gripales", alerta en uno de sus últimos informes el Instituto de Salud Carlos III

Las mayores tasas de gripe en Atención Primaria, explica el organismo, se observan en el grupo de edad de 0-4 años, en donde se ha alcanzado un pico en la semana del 7 al 13 de marzo y una tendencia descendente hasta la semana del 28 de marzo al 3 de abril. 

El porcentaje de positividad a gripe ha aumentado desde la semana del 24 al 30 de enero (7,4%) hasta alcanzar el 41% en la semana del 13 al 19 de marzo, y se ha estabilizado a la baja en las semanas siguientes, aunque muy por encima en comparación con las dos últimas temporadas. 

Este aumento, dice el ISCIII, "coincide con el descenso en la positividad a SARS-CoV-2". En la semana del 21 al 27 de marzo, el porcentaje de muestras positivas de gripe fue del 36,8%, frente al 5,3% de coronavirus. 

Respecto a los pacientes que han requerido de hospitalización, la mayor tasa “se observa en el grupo de 80 o más años, en donde se mantiene una tendencia descendente desde la semana del 28 de marzo”. 

Desde el inicio de la temporada 2021-2022 se han notificado dos brotes de gripe en Aragón durante el mes de marzo y ambos se produjeron en residencias geriátricas. 

Gripe, ¿cómo protegerte del virus? Freepik

¿Qué es la gripe y cuáles son sus síntomas?

La gripe está producida por el virus influenza, que afecta al aparato respiratorio, y se transmite de persona a persona. Se distinguen varios tipos:

  • Gripe “estacional” (la de todos los inviernos).
  • Gripes pandémicas (por ejemplo; H1N1 de 2009-2010 o denominada también gripe “porcina”).

La Sociedad Española de Medicina Interna (FESEMI) señala que, aunque la mayoría de las personas contagiadas con gripe se curan por sí solas y no tiene ningún problema posterior, “en pacientes crónicos puede ser peligrosa”.

Tanto que algunos de ellos necesitan hospitalización y, en algunos casos, este virus respiratorio puede llegar a causar la muerte. “Esto se debe a que la gripe puede causar una infección pulmonar grave llamada neumonía”. 

Los síntomas de la gripe aparecen de repente y pueden incluir:

  • Fiebre.
  • Escalofríos.
  • Dolor de garganta.
  • Congestión nasal.
  • Dolor muscular.
  • Cefalea.
  • Fatiga y/o cansancio.

En los niños, además, es frecuente que junto a estos síntomas, también se produzcan vómitos y diarrea. 

Pero una vez que ya hemos eliminado las mascarillas en espacios cerrados (a excepción de hospitales, centro sociosanitarios y transporte público), ¿Cómo podemos diferenciar la gripe, un resfriado común, la COVID-19 y la alergia estacional?

Los síntomas del coronavirus, y más tras la llegada de la variante ómicron, complican su diferenciación de un catarro por la sensación de afectación faríngea, fiebre, tos, malestar general o escalofríos.

La principal diferencia del SARS-CoV-2 frente a la gripe, resfriado y alergia estacional es que los síntomas de la infección comienzan en torno al tercer día tras haber estado en contacto con un contagiado.

En el caso de la gripe, aparecen de uno a siete días después de entrar en contacto con el virus influenza. Mientras que los síntomas del resfriado suelen aparecer de dos a tres días después de exponerse a la infección.

Si se trata de una alergia primaveral, lo notaremos nada más estar expuesto a alérgenos como el polen o las gramíneas.

Archivo - Una enfermera pone una vacuna contra la gripe en una imagen de archivo María José López - Europa Press - Archivo

¿Es COVID-19, gripe, catarro o alergia?

Los síntomas comunes de las cuatro patologías son tos, congestión y goteo nasal.

No obstante, este último síntoma, la mucosidad, es más acuosa y transparente en las alergias, y amarillenta en el caso de infecciones como la gripe, el resfriado y el coronavirus.

Sin embargo, otros síntomas como fiebre, cefalea, dolor muscular, fatiga y cansancio son propios de la COVID-19 y la gripe. Y aunque el resfriado también comparte alguno de estos síntomas, no es nada habitual que produzca fiebre ni febrícula (no superior a 38º C).

La alergia primaveral se manifiesta, además de con pitidos en el pecho, dificultad para respirar, tos seca... con picor de ojos, nariz, estornudos y conjuntivitis.

Una forma clara de saber si se trata de alergia (y no de otra patología) es vigilar si los síntomas aumentan al aire libre por la exposición a polen o gramíneas, o en interiores (debido a los ácaros del polvo o el pelo de mascotas domésticas). 

¿Cómo evitar la gripe?

Como ocurre con otros virus, hay que seguir una serie de medidas sencillas para prevenir su contagio.

  • Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. También se puede recurrir al uso de geles hidroalcohólicos si no tenemos acceso a agua corriente.
  • Evitar el contacto físico con las personas contagiadas hasta que pasen al menos 24 horas sin fiebre, tal y como recomienda la Sociedad Española de Medicina Interna (FESEMI).
  • Como la manera más habitual de contagio son las manos, hay que cubrirse la boca y la nariz con la parte interna del codo al toser o estornudar. 

Si estás contagiado, "quédate en casa, descansa y bebe mucho líquido. También puedes tomar paracetamol para aliviar la fiebre y los dolores. Y si los síntomas empeoran (dificultad para respirar o falta de aire, dolor o presión en el pecho, vómitos intensos…) o padeces alguna enfermedad crónica debilitante consulta a su médico de familia", especifican desde la sociedad.