"Entre el 40 y el 60 por ciento de las pacientes a las que se les diagnostica un cáncer de mama a los 40 años o menos están preocupadas por su futura fertilidad, sobre todo si la enfermedad se produce antes de que puedan decidir si quieren ser madres o no”, afirma, Ann Partridge, vicepresidenta de oncología médica en el Instituto del Cáncer Dana-Farber y profesora de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard. 

Esta es la realidad a la que se enfrentan las mujeres afectadas por el cáncer de mama, una disyuntiva entre paralizar el tratamiento contra el tumor para ser madres o no hacerlo. 

Para dar respuesta a estas mujeres los grupos de investigación SOLTI y Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama en España, han realizado el estudio clínico POSITIVE, según el que las pacientes con cáncer de mama receptor hormonal positivo que interrumpen temporalmente su tratamiento endocrino para intentar quedarse embarazadas experimentan tasas de recaída del cáncer de mama a corto plazo similares a las de las mujeres que no pausan su tratamiento. 

Además, la mayoría de las pacientes incluidas en el estudio llegaron a concebir y dar a luz a bebés sanos. 

Según la Dra. Cristina Saura, coordinadora del estudio POSITIVE en España, miembro de la junta directiva de SOLTI y jefa de la unidad de cáncer de mama del Hospital Vall d’Hebron y VHIO, “el estudio POSITIVE se diseñó para dar respuesta a la preocupación de las mujeres que se diagnostican de cáncer de mama en edad temprana, sin haber completado su deseo de ser madres y que reciben la recomendación de realizar un tratamiento hormonal de al menos 5 años”. 

La tasa de recaídas en pacientes que pausaron el tratamiento para quedarse embarazadas fue del 8,9%.

Embarazo seguro

“Los primeros resultados de este estudio pionero demuestran que el embarazo sería seguro para aquellas mujeres cuyo tumor expresa receptores hormonales positivos -que es el que más puede preocupar por el aumento de estrógenos durante el embarazo- ya que tras un seguimiento medio de 41 meses, la tasa de recaídas en estas pacientes que pausaron el tratamiento para quedarse embarazadas dentro del estudio fue del 8,9%, frente a un 9,2% en pacientes de condición equivalente en cuanto a edad y tratamiento que no lo hicieron. El seguimiento a largo plazo será fundamental para corroborar estos datos”.

Para el doctor Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del estudio POSITIVE en España, miembro de la Junta Directiva de GEICAM y jefe de la unidad de Cáncer de Mama del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, “los resultados del estudio POSITIVE resuelven una duda muy importante para las mujeres jóvenes con cáncer de mama precoz y receptores hormonales positivos que reciben tratamiento después de cirugía y que quieren ser madres".

  • "Con los resultados de este estudio, pueden serlo con cierta seguridad, interrumpiendo la terapia durante un periodo de tiempo para retomarla después, al haber comprobado que no hay una diferencia entre la evolución de estas pacientes y las que realizan el tratamiento hormonal continuo”.

Para examinar el impacto de la pausa de la terapia endocrina con el objetivo de buscar un embarazo, se realizó el seguimiento durante 5 años de 518 mujeres de 42 años o menos con cáncer de mama de receptores hormonales (RH) positivos que deseaban quedarse embarazadas. Antes de interrumpir su tratamiento, estas mujeres ya habían completado entre 18 y 30 meses de terapia endocrina adyuvante. 

El embarazo tras el tratamiento contra el cáncer de mama es posible. Freepik

El embarazo tras el tratamiento es posible

“De 497 mujeres a las que se hizo seguimiento para ver si se habían quedado embarazadas, 317 dieron a luz al menos a un hijo y nacieron un total de 365 niños”, afirma la doctora Cristina Saura. 

La doctora Olivia Pagani, coautora del estudio, apunta que “las tasas de concepción y parto estaban a la par o eran superiores a las de la población en general”. Así, de las mujeres a las que se les hizo un seguimiento del estado de embarazo en el estudio, el 74% tuvieron al menos un embarazo y en el 63,8% se produjo el nacimiento al menos de un hijo vivo. 

Tal y como explica el doctor Ruiz Borrego, al impacto psicológico de la enfermedad se suma que estas pacientes ven limitada la posibilidad de quedar embarazadas. “Si una mujer recibe el diagnóstico de cáncer de mama con 37 o 38 años y comienza un tratamiento hormonal, además de la quimioterapia, al finalizar el tratamiento se sitúa en los 44-45 años, edad en la que es más difícil plantearse un embarazo”, subraya.

Además, durante el estudio se recomendó encarecidamente a las participantes en el ensayo que reanudaran el tratamiento endocrino tras un intento de embarazo o un paréntesis de tratamiento hormonal de dos años para intentarlo. Hasta la fecha, el 76% ha reanudado su terapia, afirman los autores. 

Según la doctora Pagani, “sólo entre el 5 y el 10 por ciento de las pacientes jóvenes con cáncer de mama se quedan embarazadas. Aunque algunos estudios retrospectivos han demostrado que el embarazo después del cáncer es factible y seguro, a muchas mujeres les preocupa que el tratamiento del cáncer de mama dificulte la concepción o que el embarazo pueda agravar el cáncer de la mujer”. 

En esta línea y según la Dra. Saura, “los resultados de POSITIVE son tranquilizadores, no obstante, cualquier decisión de este tipo debe tomarse junto a los profesionales de la salud implicados en el seguimiento de cada paciente”.