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Hepatitis A: síntomas, contagio y prevención

La enfermedad está muy asociada al consumo de agua y alimentos insalubres

La hepatitis A es un virus ARN de transmisión fecal-oral.

La hepatitis A es un virus ARN de transmisión fecal-oral. / JComp. Freepik.

Ibiza

La hepatitis A es una inflamación del hígado debida al virus de la hepatitis A (VHA), que se propaga principalmente cuando una persona no infectada (y no vacunada) ingiere agua o alimentos contaminados por heces de una persona infectada, según informa en su web la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La enfermedad está muy asociada al consumo de agua y alimentos insalubres, el saneamiento deficiente, la mala higiene personal y el sexo bucoanal. El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de entre 14 y 28 días.

Síntomas

Los síntomas van de moderados a graves y pueden incluir fiebre, malestar, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos). Los infectados no siempre presentan todos esos síntomas.

Los adultos presentan signos y síntomas con mayor frecuencia que los niños. De hecho, la gravedad y la mortalidad de la enfermedad aumentan con la edad. Los menores de seis años infectados no suelen experimentar síntomas apreciables, y solo el 10% presentan ictericia. En ocasiones, la hepatitis A puede recidivar, es decir, que la persona que se acaba de recuperar puede caer enferma de nuevo con otro episodio agudo, aunque, por lo general, se acaba recuperando.

Vacunación

El presidente de los hepatólogos, Manuel Romero, indica que la mejor forma de luchar contra la enfermedad es la vacunación. "Mientras, debemos intentar evitar que haya fuentes contaminadas. En países donde la hepatitis A es muy prevalente, hay que evitar el contacto de estas aguas contaminadas con productos que comemos, sobre todo con los crudos", concluye el médico.

No hay ningún tratamiento específico para la hepatitis A. Los síntomas tras la infección pueden remitir lentamente, y esta recuperación puede prolongarse a lo largo de varias semanas o meses. Es importante evitar medicamentos innecesarios que pueden afectar negativamente la función hepática, como el acetaminofeno o paracetamol, señala la OMS

En ausencia de insuficiencia hepática aguda, la hospitalización es innecesaria. El tratamiento tiene como objetivo mantener el bienestar y el equilibrio nutricional del paciente, incluida la rehidratación tras vómitos y diarreas

Insuficiencia hepática fulminante

En cuanto a la insuficiencia hepática fulminante, que es la complicación más grave de la hepatitis A, su incidencia es de aproximadamente 0.015-0.5% de los casos, especifican. "Esta condición representa una emergencia médica con una alta tasa de mortalidad si no se trata con prontitud, siendo el trasplante hepático la única opción terapéutica efectiva en muchos casos", señala Romero.

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