En los últimos años, ha habido mucho interés en un tipo particular de dieta, a saber, la dieta cetogénica. En pocas palabras, se trata de una dieta que implica una disminución del consumo de hidratos de carbono, y un aumento del consumo de proteínas y sobre todo de grasas.

En concreto, si las dietas más habituales suelen consistir en un 50% de hidratos de carbono, un 30% de grasas y un 20% de proteínas, en la dieta cetogénica la situación se invierte. De hecho, se basaría en una ingesta de un 44% de grasas (en comparación con la ingesta energética diaria), un 43% de proteínas y sólo un 13% de carbohidratos. En las próximas líneas veremos con más detalle en qué consistiría la dieta cetogénica, analizando lo que ocurriría en el organismo.

El objetivo principal de esta dieta sería desequilibrar a propósito las proporciones de macronutrientes para obligar al organismo a utilizar las grasas como fuente principal de energía. De hecho, las células suelen utilizar los hidratos de carbono como fuente de energía para llevar a cabo sus actividades.

Al disminuir la ingesta de carbohidratos (a sólo 20-50 g diarios), todas las células, excepto las nerviosas, comenzarían a consumir grasa. Esto iniciaría un proceso llamado cetosis, que llevaría a la formación de los llamados cuerpos cetónicos, que también pueden ser utilizados por el cerebro.

Esta estrategia promovería la pérdida de peso en poco tiempo, pero no sería un régimen fácil de seguir. De hecho, bastaría con desviarse en el consumo de carbohidratos para bloquear la cetosis e inducir al organismo a reutilizar los azúcares como principal fuente de energía.

¿En qué consistiría la dieta cetogénica en el caso de la obesidad?

Sin embargo, una pregunta que surge es: ¿puede la dieta cetogénica ser una solución para la obesidad? La respuesta, como veremos, podría ser afirmativa, siempre que no se confíe en el "hágalo usted mismo" y se cuente con la supervisión de un especialista.

En el tratamiento de la obesidad, la dieta cetogénica podría tener una serie de beneficios. En primer lugar, el alto consumo de grasa promovería la saciedad, y la presencia de cuerpos cetónicos en el cuerpo podría reducir los antojos de comida.

En segundo lugar, los estudios han demostrado que quienes siguen esta dieta experimentan una mayor pérdida de masa grasa que de masa magra. Además, habría un aumento del gasto energético en el acto de convertir las grasas y las proteínas en glucosa.

Cómo se mantendrá el peso después de la dieta cetogénica

En el tratamiento de la obesidad, la dieta cetogénica podría aplicarse siguiendo un protocolo que consta de tres fases:

  • activación;
  • reeducación;
  • mantenimiento.

La primera fase consistiría en una ingesta energética baja (600-800 kcal al día) durante un periodo de 8-12 semanas en el que se esperaría una pérdida de peso del 70-80%. La fase de reeducación, en cambio, serviría para recuperar la variedad de la dieta, con vistas a mantener el nuevo peso corporal en el tiempo. Después, los carbohidratos podrían volver a la mesa y la ingesta de energía aumentaría a 1.500-2.000 kcal por día.

Además de ayudar a la pérdida de peso, este proceso también mejoraría el metabolismo y reduciría la hipertensión y los niveles de colesterol en la sangre.

Principales efectos secundarios que pueden ocurrir durante este régimen de dieta

Sin embargo, la dieta cetogénica puede tener efectos secundarios. Pueden producirse trastornos como deshidratación, halitosis, hiperuricemia (concentración elevada de ácido úrico) o hipoglucemia. Además, pueden aparecer trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarrea, o más raramente cálculos renales y biliares, pérdida de cabello o de masa ósea.