Perder peso es un objetivo común que muchas personas persiguen. En efecto, muchos tipos de dietas son adecuados para lograr este objetivo de forma rápida y eficaz. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la nutrición es vital, por lo que no es aconsejable aplicar planes de dieta demasiado restrictivos.

Los alimentos son la principal fuente de energía y nutrientes del organismo. Gracias a la ingesta de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales, el cuerpo funciona como una máquina perfecta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que una dieta saludable debe incluir frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales. También recomienda el consumo de carnes magras, pescado y productos lácteos bajos en grasa.

Entre las diversas dietas que existen, algunas prometen resultados milagrosos, o las hay que sugieren saltarse ciertas comidas, limitar las porciones o privarse de ciertos alimentos. Para un proceso saludable, es fundamental mantener un equilibrio, por lo que un plan de alimentación debe priorizar los alimentos saludables y complementarse con hábitos saludables como la actividad física regular y el descanso adecuado.

Un dato importante que se cree que es fundamental en cualquier dieta es la cantidad de comidas que hay que tomar para perder peso. Sin embargo, lo que hace que una comida sea eficaz no es la frecuencia con la que se toma, sino la ingesta de nutrientes. Por ejemplo, una persona que haga cinco comidas al día, pero que cada una de ellas sea baja en calorías y favorezca otros nutrientes, como las proteínas, acabará teniendo un consumo energético menor que alguien que haga tres comidas al día y utilice alimentos de alto contenido calórico.

El complejo también está directamente influenciado por la intensidad de la actividad física que se realiza, ya que el movimiento es la forma que tiene el cuerpo de utilizar las calorías obtenidas de los alimentos. Acompañar una dieta saludable con ejercicio es la mejor manera de conseguir resultados. Esto no sólo reducirá su porcentaje de grasa corporal, sino que también fortalecerá sus músculos y mejorará su capacidad física en general. Algunas cosas a tener en cuenta son:

  • Sustituye las galletas por agua, ya que es muy común confundir la sed con el hambre, por lo que antes de llevarse a la boca productos envasados, sobre todo entre comidas, es mejor beber un vaso de agua;
  • No te saltes el desayuno. Varios estudios han demostrado que si te saltas el desayuno, comes más después. Además, esta comida es crucial para incorporar los hidratos de carbono y las calorías necesarias que permiten al cuerpo tener energía durante todo el día;
  • Dormir bien: la calidad del sueño está estrechamente relacionada con el aumento de peso. Esto se debe principalmente a problemas hormonales, pero también a que si el cerebro y el cuerpo no tienen energía, la buscan en los alimentos más calóricos.