Diario de Ibiza

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Obituario Vicente Sais Ballester

El último adiós del Hermano Luis

El pasado 14 de enero falleció en un convento de Benicàssim Vicente Sais Ballester, el Hermano Luis de Santa Teresa, un carmelita descalzo muy ligado a la vida de Ibiza y muy recordado en la Marina, donde montó durante años los espectaculares belenes, cabalgatas del Domund y Casas Santas en la iglesia de Sant Elm. El Hermano Luis había desembarcado en la isla en 1957

El Hermano Luis, junto a uno de los belenes que montaba en la iglesia de Sant Elm. | MOISÉS COPA Por Juan Antonio Torres

Al leer el libro del Génesis 28, 17: « Et timuit et dixit: Quam terribilis est locus iste! Non est hic aliud, nisi domus Dei, et porta caeli», que traducido al castellano dice: «Temió y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo», los frailes hacían inclinación de cabeza. El novicio Vicente Sais, que no entendía ni una papa de latín, se preguntaba ¿cuán grande debe ser lo que digo que hay que hacer inclinación de cabeza? Desde entonces, al Hermano Luis de Santa Teresa le llamaron Luis El Terrible por su carácter alegre, bromista y emprendedor (extraído de sus memorias inéditas e inconclusas que le estaba redactando en 2014).

El Miércoles Santo de 1957, el vapor ‘J.J. Sister’, procedente de Valencia, llegó a las 5 de la madrugada al puerto de Ibiza. Como pasajero viajaba el joven carmelita descalzo de 24 años, Luis de Santa Teresa. Había profesado sus primeros votos el 6 de mayo de 1956 en el convento del Desierto de Las Palmas de Castellón. Después de pasar una breve temporada en Benicàssim fue destinado a la comunidad de carmelitas descalzos de Ibiza, que había fundado el Padre Alberto de Jesús, junto con otros dos frailes, en el mes de marzo de 1945, para regentar la nueva iglesia de Sant Elm, inaugurada en el mes de abril de 1947. El Convento de los frailes carmelitas descalzos estaba a espaldas de la popular iglesia de Sant Elm.

El fraile, en 2020.

El fraile, en 2020. J.A.T.P.

Vitalidad e inventiva

Desde el inicio de su servicio religioso en Ibiza, el Hermano Luis se dio a conocer entre sus compañeros y feligreses por su voluntad de servicio y gran vitalidad e inventiva, como miembro que era de la tropa de los religiosos de órdenes de vida consagrada.

En la iglesia de Sant Elm ayudó como sacristán al Padre Alberto y a los sacerdotes Bartolomé Roselló y Jaime Morey, más conocido como Padre Morey, que ejercían de vicarios de la parroquia, y destacó adornando con mimo las imágenes o montando altares especiales para el día de la Virgen del Carmen. La iglesia de Sant Elm era la más popular en aquella época, llenándose siempre los domingos hasta los topes para oír la misa.

Tal era su creatividad que, el año 1958, montó un enorme belén en la plaza de Sant Elm, que fue la admiración de todo el público, gracias a sus gestiones entre algunas feligresas que donaron o fueron comprando numerosas figuritas de belén. Gracias a ello pudo seguir montando durante varios años aquellos belenes nunca vistos entre nosotros para la época.

«Tal era su creatividad que, el año 1958, montó un enorme belén en la plaza de Sant Elm, que fue la admiración de todo el público»

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A principio de la década de 1960, el Hermano Luis, cogió el testigo al Padre Morey (marchó de Ibiza en octubre de 1959) de organizar cabalgatas del Domund entre los adolescentes de la ciudad. Durante varios años, las cabalgatas del Domund que organizaba el Hermano Luis fueron la admiración del público por su creatividad y espectacularidad. La dedicación del Hermano Luis a adornar la iglesia de Sant Elm le llevó también a montar unas espectaculares Casas Santas en la tarde del Jueves Santo. Ningún año esta instalación eucarística era igual a otra, siendo la admiración de los feligreses.

El año 1979, fue destinado a Valencia, donde profesó sus votos perpetuos. A partir de aquí fue siendo trasladado a prestar sus servicios de hermano en diversos conventos de España o del extranjero: Las Batuecas (Salamanca), Ávila, Palencia, Santuario del Monte Carmelo en Israel, Santuario de Santa Teresa en El Cairo, Roma, Reygada (Cantabria), Valencia, Burriana o Castellón, ayudando en las cocinas, en las porterías o cuidando a sus hermanos frailes ya mayores y enfermos. Para su trabajo no dudó en obtener el título oficial de masajista y aprender a hacer primeras curas y poner inyecciones.

Decadencia de la Marina

A finales de la década de 1980, el hermano Luis regresó al convento de Ibiza, en la iglesia de Sant Elm, donde prestó sus servicios hasta que, en 1992, fue destinado nuevamente a la península. A finales de la década de 1990, regresó otra vez a la isla a petición propia, prestando sus servicios en la parroquia de El Salvador y el convento de los Carmelitas Descalzos.

Esta última etapa le afectó profundamente al ver la decadencia habitacional de los barrios de la Marina y sa Penya y la decadencia vocacional en su querida orden carmelitana. Cada vez había menos novicios que quisieran ingresar en la secular orden religiosa, lo que conllevaba el cierre de conventos y la agrupación de sus miembros en otros conventos.

El año 2009, el Hermano Luis pudo celebrar en Ibiza y por todo lo alto sus Bodas de Oro de fraile carmelita. Pero el año 2014, el Hermano Luis y sus otros compañeros fueron destinados fuera de la isla, cerrando el convento de Ibiza. Fue entonces cuando ingresó en el convento para frailes carmelitas ya mayores que tiene su orden en Benicàssim.

En julio de 2019, regresó unos días a Ibiza para asistir a las Bodas de Oro sacerdotales de Enrique Torres Riera y participar en la procesión de la Virgen del Carmen. El pasado día 14 de enero falleció en el convento de Benicàssim en gracia de Dios.

Vicente Sais Ballester, Hermano Luis de Santa Teresa en la vida religiosa, mantuvo su fe en Dios y en la Iglesia Católica desde su Orden de los Carmelitas Descalzos hasta su muerte. Dios le habrá acogido en su seno. Descansa en paz, Hermano.

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