El primer proyecto de Ricardo Bofill fue una ‘casa de verano’ en Ibiza, en Cala Nova, que se terminó de construir en 1960. El mismo Bofill lo explica en un artículo publicado en la página web de su estudio: «Se nos solicitó diseñar una casa que formara parte integral del paisaje, sin romper con la tradición arquitectónica local. Teniendo en cuenta que la arquitectura vernácula en Ibiza era la respuesta más clara y más directa a las necesidades vitales de los ibicencos, intentamos responder con la misma expresión arquitectónica a otra serie de necesidades. Tratamos de comprender la esencia de la arquitectura tradicional ibicenca, la forma en que su gente, su clima, su paisaje, sus materiales interactúan para crear esta expresión arquitectónica». «La fascinación por lo local se combina con un estilo internacional orgánico, expresado mediante gruesas paredes curvas, perforadas por ventanas pequeñas».
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