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Medio Ambiente

Salvem sa Badia de Portmany celebra que las navieras rehúsen operar en el puerto de Sant Antoni

La plataforma reivindica que a medio plazo se prohíba de forma definitiva para que se den otro usos a las instalaciones

Los dos barcos de Trasmapi de más de 65 metros de eslora amarrados frente a la estación marítima de Sant Antoni.

La plataforma Salvem sa Badia de Portmany celebra que, a pesar de que la vuelta de los ferris al puerto de Sant Antoni aprobada por el Govern balear hace medio año, «no fue la solución que se reclamaba», la realidad es que las condiciones impuestas por Ports de Balears tienen «un resultando positivo para la bahía». «Lo demuestra el hecho de que, en estos seis meses en que podía haberse retomado el tráfico comercial, ninguna naviera ha solicitado hacerse cargo del servicio y la bahía ha continuado con el proceso de recuperación que se inició con la implantación de la moratoria del tráfico comercial, en 2019», afirma este colectivo a través de una nota en la que valora la información publicada por este diario sobre el nulo interés de las navieras en operar en Sant Antoni.

La imposición de que los barcos deben tener una eslora máxima de 65 metros ha resultado «clave» para que las compañías marítimas no retomen el servicio. «Dicha decisión se ha acabado revelando como una solución inteligente por parte de la conselleria de Movilidad y de Ports de Balears, ya que, en la práctica, se ha traducido en la desaparición del tráfico comercial en la bahía», afirma la plataforma a través del comunicado, que agrega: «Además, se ajusta a la ley y a las presiones de las propias navieras, que no querían que el puerto se mantuviera cerrado».

Durante estos años sin tráfico de ferris, «la bahía ha mejorado sustancialmente su situación ambiental, lo cual se constata en el hecho de que el agua de las playas ha registrado un mejor nivel de transparencia».

Por ello, la plataforma Salvem sa Badia de Portmany reivindica que, a medio plazo, «se apruebe definitivamente la paralización del tráfico comercial para que las instalaciones portuarias puedan hacerse compatibles con otros usos sociales o culturales, al tiempo que se dejen preparadas para posibles emergencias». «Ha quedado claro que el futuro del turismo en la bahía de Portmany pasa por su cuidado medioambiental y la puesta en valor de su patrimonio natural. Entre todos tenemos que seguir trabajando para eliminar los impactos que perjudican a este entorno», añade la nota.

También produce cierta inquietud, añade el comunicado, la presencia de los dos ferris de una naviera local que llegaron de Canadá el pasado septiembre y que aún permanecen amarrados en el puerto, realizando trabajos de mantenimiento a pesar de que ambos superan el límite máximo de eslora marcado por el Govern balear.

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