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El puerto de Sant Antoni seguirá sin tráfico de ferris por falta de interés de las navieras

El Govern balear no ha recibido ninguna solicitud medio año después de que se levantara la prohibición y, pese a ello, el conseller de Movilidad confirma que «de momento no se plantea ningún cambio» sobre las condiciones que impiden que se restablezcan las líneas

Los dos nuevos barcos de Trasmapi de casi 72 metros de eslora adquiridos en Alaska, amarrados frente a la estación marítima. | J. A. RIERA

El puerto de Sant Antoni seguirá con la estación marítima cerrada y sin tráfico de ferris debido a la falta de interés de las navieras. La conselleria balear de Movilidad y Vivienda confirma que, medio año después de que se levantó la moratoria y se diera luz verde de nuevo al tráfico marítimo en Sant Antoni, ninguna naviera ha solicitado autorización para operar en este puerto.

De hecho, el delegado de la Asociación de Patronales de Empresarios de Actividades Marítimas de Balears (Apeam) y gerente de Trasmapi, Rafael Cardona, ya advirtió entonces de que las condiciones impuestas por la Comunitat Autònoma hacían «inviable» la recuperación del tráfico de ferris en Sant Antoni.

En concreto, el consejo de administración de Ports de Balears, la empresa pública del Govern balear que gestiona los puertos de su competencia, acordó el 27 de mayo del año pasado el restablecimiento de la actividad marítima de las navieras pero sólo con embarcaciones de hasta 65 metros de eslora, cuando los que anteriormente operaban la ruta con la Península (Dénia) tenían 90 o más metros, y sin permitir el transporte de mercancías. Se autoriza, eso sí, que los pasajeros puedan embarcar con su vehículo.

Se aprobaron otras medidas para reducir el impacto del tráfico de ferris en la bahía, como la reducción de la velocidad de la entrada en la bahía, pero lo fundamental, lo que condiciona que las navieras no quieran operar en Sant Antoni, es la eslora de los barcos y la prohibición de la carga de mercancías.

El gerente de Trasmapi insiste en que con barcos de 65 metros de eslora no se pueden prestar los servicios de calidad actuales

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En este sentido, Rafael Cardona insiste en que, en su caso, la compañía Trasmapi no dispone de barcos de 65 metros de eslora y destaca que este tipo de embarcaciones «ni son confortables ni adecuadas para ofrecer los servicios que se prestan actualmente. De la eslora depende la calidad del servicio. Ni se ha planteado la posibilidad de hacerlo», indica Cardona, al tiempo que recuerda que con «la temporalidad» de la actividad marítima en Ibiza, «tampoco interesa» poner en marcha un servicio en el que no se permite el transporte de mercancías.

Dicho esto, Cardona reitera que, según su criterio, resulta «ilógico» que en la isla sólo opere un puerto, el de Vila, y advierte de las consecuencias de «la confluencia el próximo verano de cruceros y barcos de línea regular». «Actualmente, hay tres navieras que operan en Ibiza con Barcelona, Valencia y Palma, y hay seis atraques en es Botafoc», recuerda.

Por su parte, el conseller balear de Movilidad y Vivienda, Josep Marí Ribas, afirma que «de momento no se plantea ningún cambio» en las condiciones aprobadas para el restablecimiento del tráfico de líneas regulares en Sant Antoni. También recuerda que, en octubre de 2020, el Ayuntamiento de Sant Antoni debido a la mayoría de los dos grupos de la oposición (PSOE-Reinicia y Unidas Podemos) con el voto del primer teniente de alcalde, Joan Torres, del PI, aprobó en el pleno instar a Ports de Balears a que prohibiera el tráfico de ferris en la bahía y diera otro uso a la estación marítima como la creación de un museo del mar o un centro de interpretación del espacio protegido de es Vedrà y los islotes de Ponent. Sobre esta cuestión, Marí Ribas asegura que «no se ha tomado ninguna decisión» y «seguirá como está».

El alcalde califica de «absurda y surrealista» la situación en que se encuentra el puerto

El alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, sostiene que la decisión que adoptó Ports de Balears en mayo del año pasado fue «la peor de todas» las posibles porque, por un lado, al limitar la eslora de los barcos a un máximo de 65 metros, las navieras rehúsan operar en este puerto y, por otro lado, «el espacio marítimo no se destina a otros usos». «Es una zona para barcos que nunca llegarán. Con la falta de amarres que hay en cualquier puerto y, sobre todo en Sant Antoni, este espacio que no se usa para nada tiene un valor considerable», destaca.

Serra asegura que la situación actual es tan «absurda» y «surrealista» hasta el punto que desde hace meses frente a la estación marítima están atracados los dos barcos, de «más de 65 metros», que llegaron este verano procedentes de Alaska. «Tenemos una estación desaprovechada, con dos grandes barcos que no se mueven y que suponen dos pantallas enormes y que no dan ningún servicio».

En la última reunión de Ports de Balears, según el alcalde, al preguntar sobre si había alguna intención de cambiar la condición del eslora, el conseller respondió que «continuaba todo igual y apeló al acuerdo del pleno municipal en contra de los ferris».

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