«Estamos en el aeropuerto de Ibiza con vuelos cancelados por Vueling, sin reubicar a todo el mundo. Nos dan solución para el 1 de enero de 2022. Organización lamentable, teniéndonos siete horas con retrasos, dejando a la gente tirada en Fin de Año, trabajadores con la mascarilla bajada... un auténtico caos». Así explicaba T. V., una pasajera afectada por las más de 30 cancelaciones provocadas por la niebla, su pesadilla en el aeropuerto de Ibiza el jueves por la tarde, víspera de Nochevieja. Su vuelo, el VY3420 con destino Madrid, que debía salir a las 18.55 horas, fue cancelado. Ante esta situación la compañía reubicó a algunos de los pasajeros, pero no a todos. Esto provocó el enfado de las más de 20 personas que, según detalla T. V., se quedaron «en la calle», ya que no les dieron tampoco un alojamiento porque, según les explicaron, habían cubierto el cupo de plazas hoteleras con las que la aerolínea tiene convenios.
T. V. es madrileña, aunque reside en Ibiza, por lo que pudo volver a casa cuando finalmente el vuelo se canceló. Pero no todos tenían esa opción. Ella y su pareja, explica, tuvieron que alojar a una chica de Formentera en su casa porque la aerolínea no le dio ninguna solución y la alternativa era que durmiera en la calle.
« Nos dan solución para el 1 de enero. Organización lamentable, siete horas con retrasos...»
T.V. esperaba poder llegar a Madrid a pasar con su familia la Nochevieja porque compró otro billete, ya que desde Vueling, denuncia, no les dieron ninguna solución: «Están dejando a la gente tirada en Fin de Año», critica.
Maletas «tiradas» en la cinta
Además, detalla, la compañía daba toda la información sobre el estado del vuelo por SMS, no por megafonía, lo que provocó que muchas personas mayores no se enterasen de qué ocurría. De las maletas facturadas «tiradas» en la cinta también se enteraron de casualidad, ya que nadie les avisó y no saben cuánto tiempo estuvieron allí, denuncia T.V. El caos fue tal que incluso la Guardia Civil tuvo que intervenir para intentar calmar los ánimos ya que «la gente desesperada y sin soluciones» comenzaba a alterarse y podía convertirse en un «problema de seguridad ciudadana», agrega.
La espesa niebla obligó a cancelar 14 vuelos de llegada y 13 de salida en Ibiza a lo largo de la tarde y la noche del jueves 30, según informó AENA. Estas cancelaciones afectaron a vuelos que tenían origen o destino en Palma, Barcelona, Alicante, Valencia, Madrid, Eindhoven, Ámsterdam y Sevilla. Además, la niebla obligó a cancelar al menos otros tres vuelos el jueves por la mañana, y provocó retrasos y desvíos a otros aeropuertos. Hubo pasajeros que a las siete de la mañana del jueves estaban ya embarcados en Madrid y que bajaron del avión, de Iberia Exprés, a las doce, tras haber sido su avión desviado a Palma; cinco horas en las que no pudieron salir del avión. Otros tuvieron que aguardar hasta dos horas en la aeronave, en la pista de la terminal de Ibiza, a que la niebla se levantara y permitiera el despegue con seguridad.
Desde Barcelona a Ibiza viajaba otro pasajero que denuncia que Vueling dejó el jueves en el aeropuerto de El Prat a «500 pasajeros de tres vuelos distintos», sin darles más solución que la de reubicarles el 1 de enero. «Nos obligan a quedarnos en Nochevieja en Barcelona», critica. Ryanair tampoco da más facilidades, aparte de reembolsar a los afectados el precio de sus billetes o recolocarlos en otros vuelos de la misma compañía.
Pérdida de enlaces
Otros pasajeros no sólo se quedaron en tierra, sino que el retraso o la cancelación de sus vuelos también les hizo perder otros enlaces que tenían comprados para llegar a su destino final. Para hacerlo a tiempo de llegar a las celebraciones de Nochevieja, apenas les quedaba tiempo, las combinaciones eran escasas y los precios de los billetes, desorbitados en algunos casos. Algunos viajeros procedentes de Barcelona optaron por viajar en barco para poder celebrar el Fin de Año en la isla.
El viernes por la mañana se cancelaron dos vuelos con destino Palma, uno de Air Europa y otro de Air Nostrum, y hubo retrasos en prácticamente todos los vuelos programados, aunque a medida que avanzó la mañana y se disipó la niebla, el aeropuerto recuperó la normalidad.
