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Geografía

Los municipios de Ibiza tienen que catalogar 5.000 kilómetros de caminos públicos rurales

El Consell concluye el documento marco para que los ayuntamientos ibicencos elaboren los catálogos de sus respectivas vías de manera homogénea

Naihara Cardona, Mariano Juan y Joan Costa en la presentación del documento marco. | VICENT MARÍ

El departamento de Gestión del Territorio, Infraestructuras Viarias, Ordenación Turística y Lucha contra el Intrusismo del Consell ha presentado el documento marco, aprobado previamente por el Consell de Alcaldes, que servirá para la redacción de los cinco catálogos (uno por cada municipio) de caminos municipales que ahora tienen que redactar los ayuntamientos de la isla y que servirán para inventariar los caminos públicos y así diferenciarlos de los privados.

No son pocos. Los redactores del documento marco, la empresa Cent Mans, señalan que en el mapa topográfico de Balears aparecen grafiados más de 3.500 kilómetros lineales de viales, una cifra a la que habría que sumar todos los senderos y antiguos caminos de herradura, la mayoría de los cuales no figuran en la cartografía oficial y que representan centenares de kilómetros. De hecho, Joan Costa, coordinador del documento, calcula que en total superan los 5.000 kilómetros.

«Se tiene que prever que el equipo de catalogación trabaje, en función de los recursos humanos y materiales disponibles, entre dos y cuatro años en cada término municipal. Obviamente, para el municipio de Ibiza los plazos pueden ser más cortos»

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El propósito del Consell es que, ya con el documento marco listo, los consistorios impulsen la redacción de esos catálogos, pues de ellos es esa competencia, «para dar respuesta a la necesidad de administrar la extensa red viaria rural ibicenca y a la obligación legal de inventariar los bienes públicos municipales», indica el conseller de Territorio, Mariano Juan. Juan admite que es una tarea ardua, «de hormigas» y «tediosa», pues necesita mucho trabajo de campo. De ahí que los consistorios «tiendan a dejar esa labor para más adelante». Confía en que no sea así y que, tal como se comprometieron en el Consell de Alcaldes, avancen lo suficiente en 2022, si bien reconoce que ni en tres años estarán todos listos. De hecho, el propio documento habla de que va para largo: «Se tiene que prever que el equipo de catalogación trabaje, en función de los recursos humanos y materiales disponibles, entre dos y cuatro años en cada término municipal. Obviamente, para el municipio de Ibiza los plazos pueden ser más cortos».

La institución insular, dice Juan, ya ha hecho su trabajo al presentar el documento marco, con el que «los ayuntamientos ya saben cuáles son los criterios y por dónde deben comenzar». El principal criterio es que el resultado sea homogéneo, pues muchos caminos cruzan por varios municipios. Dada su complejidad, Juan recomienda que encarguen ese trabajo a empresas especializadas. La directora insular de Gestión del Territorio, Naihara Cardona, reitera que «es importante tener un criterio único porque si no podría darse el caso de que un mismo camino que discurre por dos municipios fuera declarado público por un Ayuntamiento y privado por otro». El objetivo es que los catálogos municipales sirvan para establecer una base de datos única que confeccionará el Consell y que se irá actualizando conforme los municipios hagan lo propio con sus catálogos municipales.

Además de ser «una obligación legal de los ayuntamientos», el conseller explicó que el inventario de caminos permitirá «vertebrar el territorio». Además, «dará seguridad jurídica a los ayuntamientos», pues en innumerables casos tienen problemas para determinar su titularidad. Se reducirán así los litigios sobre la privacidad y sobre si es posible pasar o no por esa vía. Por ejemplo, a la hora de tender tuberías. También destacó su importancia como producto turístico, «sobre todo en temporada baja», dado su uso por ciclistas y peatones.

Juan asegura que «se han privatizado muchos caminos que, indubitablemente, eran públicos». Lo han hecho, asegura, propietarios «venidos de fuera» de la isla que desconocían las tradiciones.

En el documento marco se advierte de que los consistorios se enfrentan a varios retos a la hora de gestionar esa red viaria, como «el creciente cierre de las fincas privadas, que además afecta a las vías públicas»; el abandono de una parte de los caminos históricos, lo que conduce a «la pérdida de patrimonio público y a la disminución de la conectividad»; la presión de las actividades de ocio y de los usos indebidos en el espacio rural, que «pone sobre la mesa la necesidad de regular los usos del viario público, especialmente del tráfico motorizado», y una creciente demanda ciudadana que «defiende el uso común de los caminos públicos».

Casi todo por hacer

El municipio de Sant Josep es el único que cuenta con un inventario de vías públicas, aprobado el 1997, «con una relativa ambición», se indica en el documento marco. Ese Ayuntamiento «también ha encargado diferentes trabajos de actualización de este inventario». Este año se aprobaron dos licitaciones al respecto: una en Santa Eulària (210.000 euros para documentar 400 kilómetros de caminos en tres años) y otra en Formentera (170.000 euros para investigar 300 caminos en tres años).

«El trabajo de identificar y documentar los caminos públicos está, en su mayor parte, pendiente de hacer. La necesidad de realizar la catalogación de los caminos públicos es reconocida de forma unánime por todo tipo de actores sociales y políticos"

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«Sin embargo, en la isla el trabajo de identificar y documentar los caminos públicos está, en su mayor parte, pendiente de hacer. En este contexto, la necesidad de realizar la catalogación de los caminos públicos es reconocida de forma unánime por todo tipo de actores sociales y políticos», se señala en ese documento.

Sant Josep, el más avanzado, pero con datos «poco fiables»

El catálogo de caminos constará de dos partes. Primero, de una memoria con la explicación de la metodología de trabajo y de la estructura interna de la ficha de caminos, la reseña de las fuentes documentales empleadas y las conclusiones sobre las vías catalogadas (titularidad, valores patrimoniales e interés excursionista). Además contendrá una colección de fichas de los caminos catalogados. Cada ficha incluirá, entre otros datos, la denominación, los límites de la vía, la descripción de las características por tramos y la planimetría georeferenciada.

Sant Josep es, de todos los municipios, el que «más ha avanzado en el estudio de las vías públicas rurales y el único ayuntamiento que dispone de un inventario de caminos vigente», según el documento marco presentado. Aun así, no es perfecto: «A pesar de contener abundante información aprovechable, presenta múltiples deficiencias. No incluye una memoria técnica que especifique los criterios de inclusión de los caminos ni se adjunta ninguna documentación que lo justifique, no se conserva la cartografía original, las vías urbanas están mezcladas con los caminos rurales, no figuran las servidumbres públicas y, en general, los datos que contiene son poco consistentes y fiables».

La revisión del inventario de caminos públicos de Sant Josep (2016-2017), que incluye 179 fichas de caminos y cartografía en formato SIG, registró decenas de alegaciones durante el periodo de exposición pública. Eso, según los redactores del documento marco, «puso de manifiesto la carencia de consistencia técnica y jurídica del trabajo, y también su limitado alcance». El equipo de gobierno «anuló la tramitación» de esa revisión. En un nuevo trabajo de actualización del inventario de caminos públicos (2018-2019), «se incluyeron provisionalmente 319 caminos o carreteras municipales, con un total de 350 km de longitud». Pero tampoco fue perfecto.

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