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Una feria matutina, el mejor regalo para niños con autismo

La Feria de Navidad de Ibiza invita a 25 alumnos con trastornos de la conducta del colegio de Amadiba, que visitaron ayer por la mañana sus instalaciones, adaptadas a sus necesidades

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Una feria matutina, el mejor regalo para niños con autismo. C. Pi

Pasar una mañana en la feria disfrutando de las atracciones y de un rico chocolate con churros fue ayer el mayor regalo para 25 alumnos del colegio que Amadiba (Asociación de Padres y Madres de Personas con Discapacidad en Balears) tiene en Sant Josep. La Feria de Navidad de Ibiza, instalada en Can Misses, abrió sus puertas a los niños y niñas de este centro, todos ellos con trastorno de la conducta, a los que, por diferentes circunstancias, les resulta imposible visitarla en una tarde cualquiera.

Las luces, la música y la afluencia de personas, habituales en cualquier día de feria, resultan un contratiempo para estos jóvenes, muchos de ellos con autismo. Cuando hay ruidos y aglomeraciones de gente, «se ponen muy nerviosos, algunos incluso se autolesionan», explica Paula González, tutora del grupo de Transición a la Vida Adulta (TAVA), mientras supervisa que todo está en orden en las mesas de la churrería, donde los niños disfrutan del chocolate con churros, también cortesía de la casa.

«¿Ponemos música?», pregunta uno de los responsables de la feria, que quiere asegurarse de que todo esté adaptado a las necesidades de sus invitados. «Sí, podéis poner, pero no muy fuerte», responde Paula, quien explica que lo más delicado para sus alumnos son las luces nocturnas, «pero al ser de día no hay problema».

Los feriantes abrieron por la mañana en exclusiva para los niños del colegio Amadiba. | C. PI

Diversión y aprendizaje

De los 25 alumnos que han participado en la visita, los de la clase de TAVA han ido en autobús de línea, acompañados por su tutora y auxiliares, para continuar fomentando su autonomía personal. «Han ido subiendo al bus y mostrando su carné al conductor, como harían si fueran solos. Nos han dejado en el Cetis y, desde allí, hemos venido fijándonos en que los semáforos estuvieran en verde». Precisamente ése es el objetivo de la clase de TAVA: que, cuando cumplan 21 años, edad en la que dejan de ir al colegio, estos jóvenes puedan desenvolverse solos en la sociedad.

Este tipo de salidas a la calle, que sirven de experiencia y aprendizaje, dejan al descubierto las carencias que hay en la isla para personas con necesidades especiales, según la tutora de la clase de TAVA. «Ibiza no está adaptada a nadie. Precisamente ahora estamos haciendo un proyecto de mejora para el pueblo de Sant Josep, que es donde se encuentra nuestro centro», añade.

Está de acuerdo con ella una mediadora de la Fundación de Atención a Personas Sordociegas de la ONCE, Esperanza Rigo, que acompaña a una de las alumnas de esta condición. «Necesitamos dar más visibilidad a las personas sordociegas», comenta, subrayando las carencias que hay en las calles para dar respuesta a estas personas.

Además de estas dos profesionales, los alumnos van acompañados por los tutores del resto de clases que han participado en la salida, de varios auxiliares técnicos y un psicólogo, que verifica que el entorno sea protector en todo momento y que los jóvenes puedan realizar la actividad de un modo seguro y adecuado para ellos.

El agradecimiento del centro a los feriantes venía preparado desde el colegio: les han traído galletas y objetos fabricados por los alumnos. Pocas veces les tienen tan en cuenta y, el regalo que les han hecho va a ser, para algunos, el más importante de la Navidad.

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