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Violencia machista - Oficina de atención a las víctimas del delito

Mari Lina Ribas, psicóloga: «Muchas víctimas de violencia de género no quieren denunciar»

La psicóloga Mari Lina Ribas, de la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito de Ibiza, anima a las mujeres que sufren malos tratos por parte de su pareja a que lo cuenten y busquen ayuda, aunque no quieran denunciar al hombre que las agrede

Mari Lina Ribas y Paco Marín, psicóloga y gestor de la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito de Eivissa. | VICENT MARÍ

Ven y cuéntalo. Esto es lo que le diría la psicóloga Mari Lina Ribas a una mujer que sufre violencia por parte de su pareja: «No estás sola, hay recursos, estamos aquí para informarte sin necesidad de que pongas una denuncia. No tienes que decidir ni hacer nada más, sólo ven y cuéntalo. Sea cual sea la situación, te informaremos, te apoyaremos, te daremos herramientas para cuando decidas que quieres tomar una decisión. No te voy a obligar». Ribas es la psicóloga de la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito de Ibiza, ubicada en el edificio de los juzgados, pero que depende del Ministerio de Justicia. Esta oficina presta asistencia gratuita a las víctimas de cualquier delito, pero las de violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja son la mayoría. No hace falta denunciar, ni antes ni después, para pedir asesoramiento en esta oficina. También pueden acudir mujeres en situación irregular: «Piensan que si vienen al juzgado se pueden meter en un lío, pero no es así, aunque no tengas papeles tienes absolutamente todos los derechos de cualquier otra mujer», aclara.

El gestor de la oficina, que presta asistencia jurídica a las víctimas, Paco Marín, insiste en que es importante que las mujeres que sufren malos tratos a manos de sus parejas «busquen apoyo, entre familiares, amistades... Para una mujer sola es muy difícil salir de esa situación». Independientemente de que decidan denunciar o romper la relación con su agresor.

Un proceso de destrucción

A menudo las víctimas de violencia de género no quieren denunciar al hombre que las maltrata, e incluso ni siquiera se identifican como víctimas, como resultado del lento pero implacable proceso de destrucción de la autoestima y confianza en sí misma al que somete el agresor a la mujer con la que tiene una relación afectiva. «Muchas no quieren denunciar. A veces creen que denunciar les va a reportar más inconvenientes que ventajas. Prefieren separarse. Lo he escuchado muchas veces: ‘no quiero que le pase nada a él, lo único que quiero es que me deje vivir’», explica Ribas, que recuerda que «el principio de la violencia de género es precisamente el dominio del hombre sobre la mujer, es una propiedad para ellos, no la va a soltar así como así, y aunque se separen, le sigue haciendo la vida imposible».

Ribas insiste en que no es preciso que las mujeres pongan una denuncia para acudir a la oficina, donde incluso pueden recibir tratamiento psicológico. También subraya la importancia de que las mujeres tengan «apoyo social». «En un sitio tan pequeño como Ibiza es más fácil tener apoyos sociales, lo que es un buen pronóstico para poner fin a la relación», añade la experta, que alerta no obstante de que cuando una mujer está «absolutamente aislada de amistades o familiares», vivir en una sociedad pequeña como la de Ibiza o Formentera «es un hándicap tremendo, porque temen al juicio público, a qué dirá la gente, a dónde me voy yo y qué hago, si no tengo trabajo, tengo tres niños, qué va a ser de mí...».

Ribas advierte de que el hecho de que haya denuncias que acaben sin condena no significa que no hubiera malos tratos, sino que no había pruebas suficientes para demostrarlos: «En muchos casos en los que tenemos clarísimo que hay violencia de género, no se ha podido probar».

Esta psicóloga trabaja con mujeres víctimas de violencia de género desde 2007, y desde entonces ha observado una mayor concienciación y sensibilización hacia este tipo de delitos. Considera que la legislación es «muy buena», tanto la estatal como la balear, pero que falta que todas las ayudas a las que tienen derecho las víctimas puedan llegar a ellas: que aumente la dotación y se simplifique la tramitación, «que no sea tan complicado». Ribas también considera necesaria una formación continuada y especializada en atención a víctimas para los profesionales (judiciales y policiales, entre otros) que están en contacto con mujeres maltratadas, porque dice que aunque hay cursos y en general están formados, «no es suficiente».

El confinamiento provocado por la pandemia de coronavirus ha perjudicado especialmente a mujeres que sufren malos tratos por parte de su pareja, encerradas con el agresor y con menos posibilidades de pedir ayuda, al haberse limitado los contactos sociales. Esta circunstancia ha provocado un repunte de casos que afloran ahora, como se observa por ejemplo en la Oficina de la Dona (un 17% más que en 2020), pero en el caso de la Oficina de Víctimas no tienen aún datos, aunque sí la percepción de que hay un aumento este año respecto al pasado.

Una de las funciones de Ribas es el acompañamiento a las mujeres que deciden denunciar: les explica los detalles del proceso, lo que va a pasar, se encarga de que no se encuentren con el maltratador... «Gran parte de la seguridad del ser humano está en la anticipación, en saber lo que va a pasar», explica, y este trabajo «ayuda mucho a bajar la revictimización», agrega.

Ribas alerta de que se está produciendo un aumento de casos de violencia de género entre los más jóvenes. La psicóloga considera que la educación «es primordial»: «Si educamos a niños sanos y con valores en igualdad tendremos una sociedad sana e igualitaria, la educación es la base de la prevención, no de esto sino de todos los males. Si somos capaces de educar a nuestros pequeños en autocuidados, autoestima, respeto, no tendremos que afrontar luego todo esto. Si han crecido en el igualitarismo ni se les pasará por la cabeza que yo pueda estar por encima de ti. La base es la educación y es donde hay que invertir», sentencia, refiriéndose a la educación mucho más allá de los centros escolares: la de las familias y otros ámbitos sociales.

El alto precio de la vivienda, un obstáculo para romper con el agresor

Ribas pide más recursos para que las mujeres puedan pagar la renta de un piso y rehacer su vida. El alto precio de la vivienda en Ibiza es un grave obstáculo para que mujeres que sufren malos tratos se planteen iniciar una vida lejos de su agresor. Los pisos de acogida no son una solución en muchos casos, porque a menudo las mujeres tienen una vida normalizada, con trabajo, y rechazan el estigma que supone entrar en el circuito de los servicios sociales, según explica la psicóloga de la Oficina de Atención a las Víctimas de Ibiza, Mari Lina Ribas: «Muchas mujeres no se quieren ir a los hogares de acogida, pero no pueden pagar una vivienda». Ribas considera «absolutamente necesario» un aumento de dotación de viviendas sociales o recursos de este tipo para mujeres con especial vulnerabilidad en Ibiza. «Muchas dicen ‘a dónde voy yo con los niños’. Si no tienen familia o amigos a los que poder acudir, si han venido a trabajar, y se encuentran en esta situación, ‘¿a dónde voy, a los pisos de acogida, con el estigma social que ello puede llegar a suponer? ¿Tengo que entrar en el sistema? Si yo trabajo, tengo una vida normal, no bebo…’. Entrar en el sistema de los servicios sociales a las mujeres les da mucho reparo y es perfectamente comprensible. Imagínate tú misma, tienes una vida normal, sufres un episodio de este tipo y te dicen que te tienes que ir a los hogares de acogida a compartir piso con cuatro mujeres que están igual», reflexiona Ribas.

La psicóloga señala que la crisis provocada por la pandemia ha empeorado aún más la situación, y se ha traducido en pérdida de empleos y/o reducción de ingresos. «¿Cómo te vas a meter con tres críos en una habitación, y tú ganas 800, 900, de qué vives? No puedes. Eso, si lo ganas. Porque con el covid, los ERTE y todo eso la cosa está fatal. Es un impedimiento a la hora de tomar la decisión de marchar», alerta Ribas.

Si eres víctima de violencia de género

El 016 atiende a las víctimas de todas las violencias contra las mujeres. Es un teléfono gratuito y confidencial que presta servicio en 53 idiomas y no deja rastro en la factura. También se ofrece información a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y asesoramiento y atención psicosocial mediante el número de Whatsapp 600 000 016. Además, los menores pueden dirigirse al teléfono de ANAR 900202010.

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