Diario de Ibiza

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Belén Matesanz
Belén Matesanz Coordinadora de Metges del Món en Balears

Belén Matesanz, coordinadora de Metges del Món en Balears: «Un efecto de la pornografía es que los puteros son cada vez más jóvenes»

Matesanz reclama la abolición de la prostitución y talleres de educación afectivo sexual en Primaria

Belén Matesanz, durante el curso impartido en Ibiza

Belén Matesanz, coordinadora de Metges del Món en Balears, ha estado esta semana en Ibiza para impartir un curso a los profesionales sociosanitarios del Consell para mejorar la atención que prestan a las mujeres en situación de prostitución.

¿El putero es cada vez más joven?

Sí, la pornografía tiene ese efecto. Se consume cada vez más pronto y cada vez es más violenta y agresiva. Lo más habitual en ella son gangbangs (orgías), grupos... Eso no lo consigues así como así cuando sales de marcha, no te atreves a pedirlo porque eres consciente de que no son relaciones sexuales habituales o porque ya lo has pedido y te han rechazado. «¿Sexo anal? Paso. ¿Tres conmigo? Paso». Así que pagas. Vivimos en una sociedad que lo quiero todo ahora y en la que todo lo puedo conseguir ya. También en el sexo. Y estamos acostumbrados a un cambio inmediato y constante. El iPhone, por ejemplo, modelos nuevos constantemente y gente que se lo cambia cada vez. Pues se cambia de pareja sexual con la misma velocidad. La idea es: «Quiero probar mujeres de todos los colores, tipos, tamaños, formas y nacionalidades». Y eso no lo consigo en mi día a día.

¿Algo tan íntimo como la sexualidad es ahora como un coche o un móvil?

Correcto, se ha convertido el sexo en una mercancía, un producto, como si el cuerpo de las mujeres estuviera separado de nosotras como personas. Mira lo de la campaña publicitaria de Dolce & Gabbana que comentaba Rocío (López, técnica de intervención social en Ibiza). ¿Qué está vendiendo una imagen en la que sólo se ve a una mujer con cuatro hombres, uno de ellos completamente encima y los otros tres mirando? ¿Dónde está el perfume? Son campañas hipersexualizadas.

Casi pornográficas.

La pornografía vende la vulva de la mujer infantilizada hasta el punto de que la de una niña de nueve años ya no cumple con sus cánones. ¡Nueve años! ¿Qué sexo estamos vendiendo? Pederastia, el cuerpo de mujeres de cuatro o cinco años. Sin labios, sin pelo… ¿Realmente vivimos en una sociedad pederasta? ¿Es lo que buscan los hombres o es lo que busca la industria pornográfica y en lo que se está educando?

Por lo que cuenta, la industria pornográfica tiene un poder brutal en nuestro día a día.

Sí, al final las grandes campañas de publicidad, de marketing y venta de productos van muy ligadas a la prostitución. ¿Cómo aumento la demanda de prostitución? Pues vendiendo pornografía, anunciando pornografía. Durante el confinamiento, páginas como Pornhub se hicieron gratuitas, algo en plan, «pobrecitos, estáis confinados, tened sexo gratis en la tele». La consecuencia es que cuando se levanta el confinamiento se busca más prostitución. Pornhub ha multiplicado sus ingresos por veinte. Ya no es gratis, pero sigo consumiéndolo. Es publicidad pura y dura. Psicología. Si veo algo todo el día en la tele es lo que voy a querer. Como los anuncios de los dibujos ahora que llega Navidad: juguetes, juguetes y juguetes para los Reyes Magos. Pues lo mismo con los adultos. No nos venden juguetes, nos venden sexo. Nos venden mantener a la mujer como objeto porque así puedo mantener mi poder de hombre. Hay que empezar a romper con eso. Todos somos personas, seres humanos e iguales.

¿Eso pasa por la abolición?

Sí, pasa por la abolición, pero es un camino largo, una carrera de fondo. No es algo tan sencillo como que salga una ley y ya está. Para abolir hay que dar alternativas a las mujeres, que en su mayoría son migrantes, sin opciones laborales. Hay que empezar por facilitarles documentación administrativa, formación, inserción sociolaboral real, alternativas que no sean «como tienes un coño puedes prostituirte». Y, por otro lado, hay que hacer una campaña de sensibilización, de educación afectivosexual, de deconstruir género para lograr que los hombres dejen de demandar prostitución. Para lograr la abolición se necesitan reglamentos y subvenciones, una financiación muy valiente. Hay que empezar con la educación afectivosexual desde Primaria, tienen móviles desde los ocho años en los que si ponen «teta» les va a aparecer prostitución. Hay que empezar a trabajar en ambas líneas para lograr la abolición. Pasa una cosa curiosa en esto que me hace siempre comparar la prostitución con la esclavitud.

Eran los propios esclavos los que estaban en contra de la abolición.

Exacto. Los propios esclavos estaban en contra. Su pensamiento es el mismo: «Me maltratan, no tengo ingresos, estoy en la mierda, pero tengo casa, comida y trabajo. Una base. Cuando abolas la prostitución me quedo tirada en la calle, sin trabajo, sin casa, sin comida sin seguridad. No quiero la abolición». No. Lo que no quieres es morirte de hambre, la pobreza, aunque la alrternativa sea peor. No quieren estar en situación de prostitución, pero ¿cuál es la alternativa? Su argumento es: «Si la aboles, sin alternativas ni ingresos me voy a morir de hambre. Quiero la prostitución». Cuando hablas con mujeres reglamentaristas que ejercen la prostitución el mensaje final siempre es que no tuvieron una alternativa: «Cómo mantengo a mi hijo si no trabajo y no tengo ingresos». Al final, la idea que verbalizan es que la prostitución las ha empoderado. ¿Maravilloso de qué? Se elige algo libremente cuando tienes dos o tres o más opciones, si sólo tienes una opción no has elegido libremente, te has agarrado a un clavo ardiente para no ahogarte. Eso es lo que ocurre en la prostitucon y hay que darles alternativas reales a las mujeres para que puedan salir.

Matiza mucho lo de las alternativas reales.

Sí, es que esas alternativas no pueden ser trabajos precarios, en negro, que como son mujeres las opciones sean sólo limpieza y cuidado de ancianos o de niños. No, señoras, las mujeres valemos para más. Tenemos mujeres en situación de prostitución que son juristas, periodistas, enfermeras... Pero no pueden homologar su documentación, sus titulaciones, y no pueden encontrar trabajo. Señores, solucionemos eso y no estarán ejerciendo la prostitución.

¿Perdón?

Durante el confinamiento, tanto aquí como en Mallorca, nos encontramos con una búsqueda desesperada de enfermeras para trabajar en hospitales y teníamos enfermeras tituladas ejerciendo la prostitución y muriéndose de hambre porque estaban confinadas, mujeres con títulos en su país de origen y sin poder trabajar por falta de documentación y porque la homologación tarda más de dos años. Enfermeras que se tienen que prostituir en vez de ayudar en los hospitales porque hay unas leyes injustas que no les permiten avanzar. Eso es lo que hay que cambiar, desmontar la Ley de Extranjería, facilitar que la homologación de sus títulos no sea un proceso de un mínimo de dos años, como ya te advierte la web. ¡Dos años para que te digan que te falta una asignatura! No, agilicemos procesos. No puede ser un «llego aquí y me quedo en situación irregular tres años, abocada a la pobreza extrema, porque no se me permite tener acceso a ayudas ni a nada porque no tengo papeles». Luego, si consigues una oferta de trabajo, puedes empezar a regularizar tu situación, pero, después de tres años sin un currículum, quién te va a hacer una oferta de trabajo.

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