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Conservatorio

«Un gran paso» para la danza en Ibiza y Formentera

Desde el pasado 4 de octubre doce jóvenes amantes del ‘ballet’ acuden en el Conservatorio de Ibiza a las clases del primer curso de Enseñanzas Profesionales de la especialidad de Danza Clásica, recién implantado

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Clases de ballet en el conservatorio de Ibiza

Poco antes de las 13.30 horas un grupo de doce estudiantes del instituto sa Colomina entran en tropel en el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Eivissa y Formentera ‘Catalina Bufí’ (Ceif). Suben hasta la planta primera y entran en la sala que el centro ha habilitado como comedor. Sacan sus táperes de la mochila y se disponen a comer antes de empezar sus clases. Cursan todas ellas primero de Enseñanzas Profesionales en la especialidad de Danza Clásica, que acaba de implantarse este mes de octubre. «Es un gran paso para el baile en Eivissa», comenta la jefa de estudios de Danza, Mabel Ribas, que es también su profesora de ballet.

Clase de danza clásica en una de las dos aulas del Conservatorio. J.A. Riera

Para poder acceder a este nivel, explica Ribas, las jóvenes tuvieron que pasar las pruebas de acceso del Conservatorio con el fin de demostrar sus «conocimientos de danza clásica y música». No era un requisito que las aspirantes hubieran cursado Enseñanzas Primarias en el Conservatorio de Eivissa y Formentera. Sí fue indispensable que se adhirieran al Programa d’Ensenyament Integrat (PEI), que en Eivissa solo se lleva a cabo en el instituto sa Colomina, en Vila. «El PEI permite compatibilizar los estudios de ESO y Bachillerato con los de danza. Al alumnado que se adhiere a este programa se le convalida música y está exento de hacer educación física», detalla Ribas.

Hay alumnas de danza del Conservatorio, como Ophelia Dolores Templeman, que no han tenido más remedio que cambiar de instituto para seguir formándose como bailarinas. Hasta el curso pasado esta adolescente de catorce años residente en Sant Joan estaba estudiando en Balàfia, ahora continúa sus estudios en sa Colomina, aunque el cambio, dice, ha sido para mejor. «Antes mi familia hacía cuatro viajes para llevarme primero al instituto y luego al Conservatorio, ahora hace solo dos porque me quedo a comer en Eivissa», explica.

También tuvo que cambiar de centro Anastasia Cortés, que antes estudiaba en Santa María. El sacrificio ha valido la pena. «Estoy muy contenta porque estoy con mis amigas y puedo formarme en lo que me gusta, la danza», afirma esta alumna de catorce años, que ha pasado directamente de tercero de Elemental a primero de Profesional. Este nivel, reconoce, es «más estricto». Va al Conservatorio de lunes a jueves de 14.15 a 16.45 horas y los viernes, de 15 a 17.30 horas. En total, cada semana ella y el resto de compañeras reciben diez horas de ballet; una hora y media de danza de carácter, que imparte Emma Torres, y una hora de música con el profesor Óscar Calatayud. En todas las clases de baile les acompaña al piano Aina Contestí.

Eva Ramon Tur explica que ella no tuvo que cambiar de instituto, porque el año pasado ya estaba en sa Colomina. Compartir momentos con sus compañeras y «aprender» es lo que más valora esta adolescente de sus clases en el Conservatorio. Ninguna de las tres jovencitas tiene claro todavía si quiere dedicarse profesionalmente al baile. Tienen mucho tiempo por delante para pensarlo.

Corren a los vestuarios para prepararse para las clases. En un rato bajarán al auditorio para ensayar su actuación de mañana en el homenaje a Ilenia Vilar y Cristina Cardona. Han preparado dos bailes, coreografiados por Mabel Ribas. En el evento actuarán también las alumnas de cuarto de Enseñanzas Elementales con un baile ideado por Emma Torres. Les acompañará al piano Júlia Vicent. Están muy ilusionadas, porque va a ser su primera función con público desde que estallara la pandemia de coronavirus.

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