En una suerte de déjà vu del comienzo de la pandemia, cuando los casos del virus de Wuhan se anunciaban a cuentagotas por los gobiernos, Europa vive estos últimos días pendiente de las confirmaciones de ómicron, la nueva variante declarada «de preocupación» por la OMS y de la que se estudia su transmisibilidad y posible escape vacunal.
El Gobierno anunció ayer el endurecimiento de los controles a los países considerados de riesgo, una lista en la que se incluye a Reino Unido, que ha confirmado dos positivos. Alemania, que anunció ayer dos casos en Múnich, e Italia, se unen a Reino Unido y a Bélgica como los cuatro países europeos donde se han detectado casos de ómicron, variante del SARS-CoV-2 con un número récord de mutaciones.
Ya no vale sólo la PCR
España, que no ha detectado por ahora ningún caso de esta nueva variante, ha endurecido los controles en las entradas para los viajeros de varios países africanos, que deberán presentar una prueba negativa aun estando vacunados, y a los de Reino Unido, que ya solo podrán ingresar en el país con el certificado de vacunación.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo el pasado sábado, en la apertura del 14º Congreso Autonómico del PSOE de Castilla y León, que la mejor receta para combatir el covid es «responsabilidad, vacuna y mascarilla».
«El Gobierno de España trabaja con la máxima coordinación con los Estados miembros y con la Comisión Europea. Trabajamos para tomar las decisiones con la mayor de las celeridades», aseguró el presidente del Ejecutivo central con respecto a las últimas novedades, pero no citó expresamente la nueva variante.
