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Pepe Rodríguez
Pepe Rodríguez Chef y jurado de Masterchef

Pepe Rodríguez: «En Ibiza se come de maravilla, es un lujo total»

El cocinero analiza a los concursantes de la sexta edición de MasterChef Celebrity, su esfuerzo y miedo durante la pandemia, la cocina tradicional española y las claves de su éxito televisivo y personal

«En Ibiza se come de maravilla, es un lujo total»

El El afamado chef y jurado del 'talent show' de cocina más famoso de España ha pasado unos días en Ibiza y participado en la cena benéfica contra el cáncer de la Asociación Elena Torres. Rodríguez alaba la excelente gastronomía local y su simpatía por la isla, donde le gustaría tener casa.

Parece que le atrae Ibiza.

Venir a Ibiza es un lujo, los que venimos en verano descubrimos en esta época atípica otra isla con sol, un mar espectacular y color. Es una joya, quiero vivir aquí, me compraría una casa pero los precios se me van de las manos.

¿Qué significa para usted?

Vengo a la isla a comer porque se come muy bien y esto es sorprendente porque cuándo hablas con gente que conoce bien la isla piensa que vienes de copas o de fiesta y ese lado me interesa lo justo o nada. Hay una Ibiza gourmet y gastronómica donde se come, se disfruta y se alterna, que me encanta. Es bonito ir en barco, a las playas y demás, pero siempre yendo a comer porque aquí se come de maravilla.

¿Por qué cree que la gastronomía de la isla es conocida a nivel nacional e internacional?

Ibiza ha sido siempre un destino importante y por eso han venido cocineros famosos y chefs de renombre a montar sus restaurantes, había negocio, una temporada de verano espléndida y eso le da un punto añadido de renombre. Todo esto suma a los atributos naturales de la isla.

¿Cómo compagina la grabación de un programa semanal como MasterChef, su propio restaurante, la familia y el sueño?

No me puedes imitar porque soy tonto. El ritmo que llevo no es normal, trabajo todos los días de la semana, lo cual no tiene ninguna gracia. Estar un fin de semana aquí ha sido una válvula de escape, un relax total, porque no lo hago nunca. Tengo que estar los fines de semana en el restaurante porque esta lleno y requiere de mi presencia. Me esclavizo en mi restaurante, pero soy feliz, llevo un ritmo trepidante de trabajo: lunes, miércoles y viernes grabo programa y martes, jueves , sábado y domingo tengo restaurante. Esa es mi vida y en esa vorágine busco una noche para cenar en casa con mi familia y me parece el día más bonito del mundo, una fiesta total, ya solo busco momentos pequeños para el ocio.

¿La edición de MasterChef de este año está siendo la más difícil, simpática o complicada?

Para mí es de las más simpáticas pese a que a priori no había personajes simpáticos al uso, solo Micky Nadal que es humorista o el año pasado Flo. Juanma Castaño es un descubrimiento total y el tándem que ha formado con Micky Nadal es rompedor ya que es un periodista deportivo, que no tiene nada que ver con la cocina, y está haciendo un papelón fantástico. Si le sumas al personaje más histriónico de la historia del programa como es Verónica Forqué, que es maravillosa, nos sale un programón.

¿Con Verónica Forqué mantiene un rifirrafe televisivo o el pique surge de forma natural?

La tengo que domesticar, apaciguar, hacer yoga con ella, decirle que no se fume esos humos y ordenar sus cosas, pero es una joya.

Ustedes han grabado en plena pandemia y no han suspendido el programa. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Hemos tenido la suerte que la productora le echó un par de narices y nunca dejamos de grabar. En abril, la época más dura del covid, fuimos a grabar con más miedo que vergüenza, con todas las protecciones habidas y por haber, con los PCR que hacemos cada lunes, miércoles y viernes y con toda la seguridad del mundo. No le perdimos el pulso a grabar.

¿Ha sido duro mantener ese pulso durante la pandemia?

El covid nos ha asustado a todos, sobre todo en la época dura, mantener esa regularidad nos ha servido para quitarnos un poco de miedo y mantener el programa en parrilla con éxito. Ahora se está relajando un poco pero mantenemos los controles de PCR y toda la seguridad todavía.

¿Cómo se imagina el MasterChef postpandemia?

Me lo imagino igual, pero sin controles y restricciones.

Hágame un favor y dígame el ganador de esta edición.

No puedo decírtelo, antes me tiro al mar y me ahogo.

¿Se considera un encantador de serpientes?

Depende de a lo que llames serpiente, a lo mejor encantaría a alguna. Soy un tipo normal que he tenido la suerte de caer en un programa que perece hecho para mí y de tener un restaurante en el que disfruto tanto. Al final estoy haciendo lo que me gusta y si eso es encantar serpientes seré un encantador, pero no me lo creo.

¿Cómo se ve a sí mismo?

Soy el tío más elemental del mundo, tengo poco recorrido.

¿En qué radica su éxito personal y televisivo?

No lo sé, quizá es una mezcla de empatía, amabilidad y simpatía. Vengo de un mesón familiar donde mi abuela y mi madre trabajaban duro, provengo de la bondad y la sencillez y no tengo ningún derecho ahora, por salir en la tele y que me paren para hacer fotos o que me llamen artista, a creerme nada. No se me ocurriría, somos seres humanos ante todo y trato a cualquier persona como me gustaría que me tratasen a mí. A partir de ahí todo es mucho más sencillo, parece difícil ser normal, y lo que hay que ser en la vida es justamente normal.

Usted regenta un restaurante de cocina tradicional. ¿Es difícil rentabilizar este tipo de cocina actualmente?

La cocina tradicional como la conocemos se está transformando continuamente como todas las cocinas porque la cocina está global izada. O te vas a un asador castellano duro y puro donde dan ensalada, mollejas, judías con chorizo o un cuarto de lechazo, lo cual sería cocina muy popular o te encuentras el resto de locales que vamos incorporando cosas nuevas a la cocina tradicional, sin contar las cocinas exóticas que están en boga y fusionan sabores y salsas.

¿También evoluciona?

Siempre habrá una cocina popular que evoluciona lentamente lo cual es interesante. Todas los tipos de cocina tienden a evolucionar en la globalización. Hay momentos para la vanguardia, lo experimental y lo tradicional.

¿Los restaurantes dan muchos dolores de cabeza?

Los negocios en general dan dolores de cabeza. Para que un restaurante funcione han de intervenir muchas cosas y el factor humano, lo cual es complicado.

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