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Los cuerpos hallados en Formentera son de dos jóvenes migrantes, según sus familias

Feriel Leroul, de 23 años,se embarcó en una patera con su marido y su hijo de dos años, y Oussama Bouhraoua, de 20 años, iba en la misma barca

Vidas naufragadas.

La familia argelina formada por Feriel (23 años, madre), Aissa (27 años, padre) y el niño pequeño de dos años y medio Amjed salió el pasado 5 de octubre a bordo de una patera desde el norte de Argelia con rumbo incierto, con el objetivo de alcanzar la costa española, en este caso Balears. En esa misma patera viajaba Oussama, un joven de 20 años, aficionado al mar, y que en ese viaje decidió enfundarse su neopreno ante las previsibles inclemencias del tiempo. Sus familias están convencidas de que los dos cadáveres hallados en Formentera el mes pasado pertenecen a Feriel y Oussama.

Oussama Bouhraoua, desaparecido desde el 5 de octubre D.I.

El 20 de octubre llegaron a la costa sur de Formentera, a s’Estufador, los restos de un cuerpo en avanzado estado de descomposición, según fuentes oficiales. Esos restos, pocos días después fueron confirmados como los de una mujer. El 24 de octubre, mientras se celebraba un torneo de kite foil entre ses Illetes y s’Estufador, en Formentera, el GEAS de la Guardia Civil tuvo que ir a recuperar un cadáver enfundado en un neopreno en s’Espalmador.

Collar que llevaba Feriel Leroul D.I.

Establecer una relación directa entre estas personas desaparecidas y los citados restos humanos aparecidos en Formentera es lo que buscan las familias de estas personas. El reconocimiento de los cuerpos pasa por un largo protocolo administrativo que requiere que los familiares envíen pruebas de ADN, a través del Consulado Español en Argelia para que las autoridades nacionales puedan certificar la identidad. Ese proceso genera incertidumbre entre los familiares, que siempre terminan pensando que el desenlace es el peor.

Feriel, justo antes de emprender el viaje en patera a Balears. D.I.

De forma paralela se encendieron las alarmas en el norte de Argelia. La familia se puso en contacto con Diario de Ibiza para explicar la situación por la que pasan y transmitir su inquietud. La portavoz de la familia, que además está en contacto con la del matrimonio también desaparecido. Durante la conversación telefónica se escucha la voz de su padre, y de su madre, que señala que carecen de todo tipo de información y que la buscan. La madre del joven desaparecido afirma: «Solo quiero saber si mi hijo está vivo o muerto, desde hace un mes y diez días, mi niño salió de casa y no sé de él». El relato de esta madre angustiada pide colaboración para acabar con su incertidumbre, que según relata no le deja «no dormir ni vivir».

Feriel teñida de rubio para su viaje a Europa. D.I.

Esta familia, como muchas otras, sigue esperando respuestas para dejar de vivir en la incertidumbre de si sus hijos o hermanos están vivos o muertos.

El reconocimiento de los cadáveres que arroja el mar para su identificación está en manos de los juzgados y especialmente de los forenses. Cuando se trata de cuerpos sin identificar existe un registro nacional, la base de datos de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin Identificar (PDyRH), gestionada por el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) en el Ministerio del Interior, pero que se dedica más a los casos nacionales. En el caso de los extranjeros queda en manos de ONG que están en contacto con los familiares de los países de origen de la inmigración como Argelia.

Preparativos para un sueño sin retorno

Los preparativos del joven matrimonio Feriel y Aissa y su hijo de dos años y medio para su viaje en busca de una vida mejor en Europa, seguramente en Francia, fueron cuidadosamente calculados. La madre, Feriel, hizo caso a las recomendaciones que dan a los ‘harragas’, como llaman en Argelia a los emigrantes irregulares, antes de emprender ese peligroso viaje. De esa forma, antes de partir hizo fotos de la sudadera que llevaba, de los zapatos y de ella con su hijo bien abrigado. Su hermana la fotografió teñida de rubia, con el aspecto que soñaba con tener en Europa. En esa patera que salió en la noche del 5 de octubre también viajaba un joven de 20 años, Oussama . Decidió enfundarse el único bien que tenía, un neopreno, para protegerse del frío y el mar. Ninguna de estas cuatro personas ha dado señales de vida a sus familiares, que sospechan que los cuerpos aparecidos en Formentera el 20 y 24 de octubre podrían ser los de sus seres queridos.

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