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Pesca

El Govern instala dispositivos en 77 barcos pitiusos para controlar la pesca

El sector ibicenco, «cansado de tanto control», reclama más inspectores

Mae de la Concha y Joan Mercant explican en el puerto de Ibiza la utilidad de las cajas verdes. J.M.L.R.

Los 77 barcos de pesca de artes menores de las Pitiusas (22 de Formentera y 55 de Ibiza) portarán unos dispositivos (cajas verdes, aunque son azules) de localización y seguimiento que permitirán identificarlos y conocer la fecha y hora de su posición geográfica, su rumbo y su velocidad. La instalación de esos artilugios, que habrá concluido antes del 11 de noviembre, forma parte del Plan de Gestión para la Pesca Profesional Artesanal en las aguas interiores de las Pitiusas, que aún está en fase de borrador, pero que la consellera de Agricultura y Pesca, Mae de la Concha, quiere que entre en vigor en marzo, cuando comience la próxima temporada pesquera. De la Concha, que viajó ayer a Ibiza para dar detalles sobre las cajas verdes, explicó que ese plan «se ha conseguido con bastante consenso», aunque admitió que «siempre queda algún escéptico». Se ajusta, dijo, al modelo de explotación pesquera de las Pitiusas, marcadamente estacional.

La consellera considera que las ventajas que aportan las cajas verdes «son tan evidentes que, a corto plazo, todo el mundo estará convencido» de que suponen una importante mejora para el sector. Por ejemplo, permitirán saber el grado de cumplimiento del futuro plan de gestión, que contiene una importante novedad: gracias a las cajas verdes, los pescadores podrán distribuir como quieran los 210 días en los que pueden trabajar al año. «Podrán pescar durante el verano los días que quieran, sin que se tomen obligatoriamente los días de descanso estipulados hasta ahora (30 horas). Eso se compensará en invierno con las paradas que consideren convenientes», detalló De la Concha, que sugirió que esa solución «es la mejor teniendo en cuenta la temporalidad tan grande que hay en la isla, con una demanda muy superior en verano», además de coincidir con la época de las capturas de la langosta. «Lo lógico -añadió la consellera- es que el grueso de los días los usen cuando haya más demanda».

«Podrán pescar durante el verano los días que quieran, sin que se tomen obligatoriamente los días de descanso estipulados hasta ahora (30 horas). Eso se compensará en invierno con las paradas que consideren convenientes»

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Precisamente, introduce otro cambio relacionado con ese crustáceo: «Hasta ahora no se podía salir a pescar langosta y pescado a la vez. O lo uno, o lo otro. Con el nuevo plan de gestión -que está listo «a falta de unas revisiones para ir ya a información pública», según De la Concha-, se podrán combinar en el mismo día, con la condición de que las redes de langosta no estén echadas más de 24 horas en el mar (antes, 48 horas)».

«Menos días, más provecho»

El director general de Pesca y Medio Marino, Joan Mercant, que también viajó a Ibiza, reconoció que los pescadores «faenarán menos días con el nuevo plan de gestión, pero sacarán más provecho a la pesca, que es de lo que se trata». Desde el departamento de Pesca del Govern se afirma que las cajas verdes ayudarán a demostrar que «con una reducción de esfuerzo pesquero, podrán intensificar el trabajo durante el verano, que es cuando tienen más trabajo. En definitiva, pescar menos días y sacar más provecho. Este plan de gestión tiene que permitir una actividad económicamente más rentable y más sostenible, y también más libertad de organización para los profesionales del sector».

Los dispositivos, que incluyen una placa solar para evitar problemas de conexión, permitirán conocer la rentabilidad de los caladeros y de las zonas protegidas, así como el control del esfuerzo y los horarios de la flota. La dirección general de Pesca y Medio Marino ha invertido 138.000 euros en 2021 en la adquisición de las cajas verdes, que no tienen ningún coste para los pescadores. En 2022 se instalarán un centenar más en esta Comunitat Autònoma.

El plan de gestión prevé la creación de una comisión de seguimiento «en la que el propio sector decidirá y vigilará su cumplimiento». Estará integrada «por los consells, las cofradías y ONG conservacionistas», según informó De la Concha.

"Podrían poner más inspectores de pesca. Sólo hay dos en Ibiza para controlar restauración, transportes que llegan con pescado, pesca profesional… No dan abasto, van sobrecargados de trabajo».

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Ningún pescador acudió a la presentación de la cajas verdes en la cofradía de Vila. De la Concha y Mercant los disculparon por estar trabajando o porque, en el caso del gerente, atendía un asunto personal. Tampoco participó Pere Valera, responsable comercial de Peix Nostrum, que sí estaba en la cofradía y que parecía uno de esos escépticos a los que poco antes se había referido la responsable del departamento de Pesca del Govern: «Es una medida más de control que, a la larga, irá bien para tareas rutinarias, como demostrar dónde vamos a pescar cada día, si se hace dentro o fuera de la reserva, lo que se captura... Pero es lo mismo de siempre: imposiciones, más normativas y restricciones a la pesca profesional, cuando sabemos que en Balears los destructores del mar no son los profesionales del mar, cuando se conoce que el 50% de la pesca capturada en las islas no proviene del sector profesional». Valera afirma que «la pesca profesional ya está cansada de tanta normativa y control» y que «va siendo hora» de vigilar la de recreo y de desarrollar más medidas de control: «Pero no sólo en la pesca profesional. Podrían poner más inspectores de pesca. Sólo hay dos en Ibiza para controlar restauración, transportes que llegan con pescado, pesca profesional… No dan abasto, van sobrecargados de trabajo».

Cajas verdes que son azules

Como ocurre con las cajas negras de los aviones, las verdes de los pesqueros no son de ese color, sino azules. Son «un equipo robusto, resistente, que se puede sumergir, a prueba de todo», señala José Luis Beloso, portavoz de Satlink, empresa que las fabrica. «No es manipulable, absolutamente. Es una de las cosas que más se han cuidado en este proyecto, su inviolabilidad». «Si el equipo se separa de la embarcación, avisa, gracias a un sensor que controla que no sea manipulado». Cada uno cuesta unos 700 euros. 

El peligro de que «no haya pescado en Navidad»

 Lo que, de momento, más trae de cabeza a los pescadores ibicencos es la normativa europea de barcas de arrastre, que limita faenar a 170 días por barco y año. Y de ese cupo anual, a cada uno de los tres arrastreros de Vila ya sólo les quedan 10 días para el resto de este año: «Si sólo pueden salir 10 días -avisa Pere Valera, responsable de Peix Nostrum-, no habrá pescado para la campaña de Navidad, lo que supondrá aumentos de precios y subastas al alza… ¿Qué hacemos, paramos todo el mes de noviembre para tener pescado en diciembre?». j.m.l.r. eivissa

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