Los hoteles de Ibiza y Formentera ingresaron por habitación disponible en septiembre 103,4 euros, un 216% más que en 2020, cuando sólo recaudaron 32,7 euros por estancia. Es una buena noticia para el sector, pues además de recuperar el terreno perdido por la pandemia, casi iguala los registros de 2019, cuando ascendieron a 104,6 euros. Son los quintos ingresos más altos de la historia de las Pitiusas en ese mes (el récord se remonta a 2017, cuando casi se llega a los 111 euros).
Y tal como sucedió en agosto, también se registró la tarifa media diaria (ADR) más elevada de estas dos islas desde que se realizan estas estadísticas: 153,3 euros, un 45% más que hace un año (cuando fue de 105,7 euros), y 30 euros mayor que la de 2019. Hasta ahora la tarifa más alta era la de 2017 (126,4 euros).
¿Cómo se han podido batir tantos récords en una temporada en la que, por segundo año consecutivo, se recibió menos turistas de los habituales? Porque al no estar abiertos todos los hoteles (sólo el 70%), la oferta de camas (muy inferior a la acostumbrada) ganó el pulso a la demanda (pues al final llegaron más viajeros de los esperados). Los empresarios, al darse cuenta de que tenían la sartén por el mango, decidieron aprovechar la ocasión y subir los precios.
Ingresos jugosos
El fenómeno se produjo en todo tipo de alojamientos, independientemente de su categoría. Los de cinco estrellas cobraron una media de 362 euros por noche, 116,5 euros más que en 2019 (no hay datos de 2020), lo que supone un 47,5% (rozando el doble) más que lo que se pagó entonces, y situarse cerca de su récord histórico (384 euros en 2016). Los ingresos por habitación disponible en esos alojamientos de lujo (los abiertos, claro) también fueron, paralelamente, muy jugosos: 220 euros, 27 euros más que hace dos temporadas.
Nunca se habían cotizado tan alto por estas fechas los hoteles de cuatro estrellas: 141 euros, 19 euros más (casi un 15% más) que en 2020, y cuatro euros más que en 2019
Nunca se habían cotizado tan alto por estas fechas los hoteles de cuatro estrellas: 141 euros, 19 euros más (casi un 15% más) que en 2020, y cuatro euros más que en 2019, año que ostentaba el récord hasta ahora. Los ingresos por habitación disponible fueron de 102,6 euros, un 131,6% más que hace un año, pero, en este caso, por debajo de los de 2019 (118 euros).
Y en los de tres estrellas, la mayoría de los que hay en las Pitiusas, el precio subió como la espuma: 123 euros, 30 euros más que 12 meses antes (+32%) y 16 euros más que en 2019. Han reventado el techo de 2017 (112,6 euros). Sus ingresos por estancia (84,3 euros) son cuatro veces superiores a los de 2020 (entonces fueron sólo de 21,7 euros; no hay que olvidar que Reino Unido y Países Bajos, entre otros mercados, pusieron barreras insalvables para poder viajar). Eso sí, quedaron 10 euros por debajo de los de 2019 y a la cola de los de los últimos siete años (descontando 2020).
La tarifa media diaria se disparó en todos los municipios, salvo en Formentera, donde fue de 128 euros, unos cuatro euros más que hace un año y siete menos que en 2019. En el resto se superaron todos los récords. En Ibiza se pagó 176 euros de media por estancia, 61 euros más que en la temporada pasada y 36 más que en la anterior. En Sant Antoni (90 euros) se mejoró en un euro la tarifa más alta que se conocía hasta ahora, la de 2019; en Sant Josep se llegó a casi 184 euros, 21 euros más que antes de la pandemia, la misma diferencia que hubo en Sant Joan (99 euros), mientras en Santa Eulària los precios se inflaron hasta los 160 euros, 72 más que un ejercicio antes y 38 más que hace dos, unos precios nunca vistos en ese municipio en septiembre.
Sin embargo, sólo se superaron los ingresos de 2019 en los casos de Ibiza (122 euros) y Sant Josep (117 euros). En Sant Antoni (51 euros) fueron los más bajos desde 2015 (con la excepción de 2020, cuando sólo se llegó a los 19 euros).
