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Música

Un viaje a las profundidades del patrimonio musical de Ibiza y Formentera

Los musicólogos Jaume Escandell y Cati Marí son los autores del estudio ‘Els gèneres cantats a Ibiza i Formentera’, que se presentó el viernes en Sa Nostra Sala de Vila y ayer en el Consell de Formentera

Presentación en Sa Nostra Sala, en Vila, con la directora del Arxiu d’Imatge i So del Consell de Ibiza, Lina Sansano; la consellera de Cultura de Ibiza, Sara Ramón, y la musicóloga Cati Marí. Consell de Ibiza

En diciembre de 2004 el formenterés Jaume Escandell, doctor en Musicología, y la ibicenca Cati Marí, también musicóloga, se embarcaron en un ambicioso proyecto, analizar en profundidad los géneros cantados que forman parte del rico patrimonio musical de las Pitiusas. La laboriosa investigación la realizaron con una beca que les concedió la conselleria de Patrimonio del que entonces era Consell de Ibiza y Formentera. El resultado de este trabajo, que finalizaron en noviembre de 2005, se ha convertido ahora en un libro, ‘Els gèneres cantats a Ibiza i Formentera’, que el viernes se presentó en Sa Nostra Sala, en Ibiza, y ayer en el antiguo salón de plenos del Consell de Formentera.

El doctor en Musicología Jaume Escandell. | CARME LLUCH

Lo que tiene de original este estudio con respecto a trabajos anteriores sobre la misma materia, es su planteamiento. «Quisimos dar una visión más global y completa de las diferentes manifestaciones cantadas de Ibiza y Formentera, analizándolas no solo desde una vertiente musical sino también social. Eso es algo que no se había hecho hasta entonces», explicó ayer Escandell.

Para poder sacar adelante esta investigación etnomusical, los autores llevaron a cabo un intenso trabajo de campo recorriendo todos los municipios de las Pitiusas. Según detalló Marí, entrevistaron y grabaron «a más de medio centenar de personas» vinculadas con la canción tradicional, la mayor parte ya mayores, lo que les permitió analizar la evolución de estas manifestaciones cantadas «desde principios del siglo XX hasta inicios del siglo XXI».

A partir del relato de los informadores y del contexto social y el periodo del año en el que se interpretaban las canciones, los musicólogos determinaron que hay cinco géneros cantados propios de las Pitiusas,que están explicados al detalle en su libro: la cançó, las gloses, estribots y tiraloques; las caramelles de Nadal y de Pasqua; los passos, y las històries y vides de sants.

Diferencias entre norte y sur

Además de establecer estas cinco grandes categorías, la conclusión «más sorprendente» a la que llegaron los autores del estudio es que existen dos modelos de cantar diferentes: el del norte, que, detalló Escandell, «abarca sa Cala, Sant Miquel, Sant Joan y Sant Llorenç, y el del sur, que se localiza en Formentera, Sant Josep, es Cubells y Sant Agustí principalmente». En medio, añadió, «hay una franja de transición en la que se mezclan características del norte y del sur».

Es en la cançó, el género que socialmente tiene más importancia, donde se aprecian más claramente las diferencias entre las dos modalidades. Como explican los musicólogos, en el sur se cantaba redoblant y con tambor. Sin embargo, en el norte no practicaban ese estilo, sino el de la cançó glosada, lo que quiere decir que a cada mot (verso largo) se le aplicaba una melodía, que llamaban tono o tonada.

Según la definición que facilitó ayer Cati Marí, la cançó «es una composición narrativa extensa formada por varias cobles (estrofas)» que se podía cantar tanto en espacios privados como públicos. Abundan las cançons amorosas, pero también la puntoses, canciones con las que se pretendía mostrar enfado o recriminar algo. Es el género con más complejidad tanto a la hora de componer como de interpretar. Los cantadores, que podían ser hombres o mujeres, tenían que tener cualidades vocales y mucha memoria. «El repertorio de un cantador de renombre podía estar entre las 25 y 30 canciones. Hay que tener en cuenta que cada tema podía durar quince minutos y que se interpretaba de memoria, nunca había un papel delante», señaló Escandell.

Fotos de una 'cantada' que aparecen en 'Els gèneres cantats a Eivissa i Formentera'. Arxiu d'Imatge i So del Consell de Ibiza

Los temas que se abordaban en las cançons, que nunca se improvisaban sino que se componían previamente, se referían a la actualidad del momento.

«La improvisación tiene muy poca presencia dentro de los géneros cantados de las Pitiusas. El único género que admitía cierta posibilidad de improvisar era el de la glosa», detalló Escandell. La glosa es mucho más sencilla y corta que la cançó y la cantaban, por ejemplo, grupos de jóvenes en un contexto festivo o de entretenimiento mientras iban de camino de un pueblo a otro.

El género de mayor complejidad musical, como afirmó Marí, es el de las caramelles, ya sean de Nadal o de Pasqua, que interpretan con estilo redoblat «esquadres de caramellers, formadas como mínimo por un sonador, que toca tambor y flaüta, y dos cantadors, uno con espasí y otro con castanyoles».

Los passos son composiciones cantadas por hombres en las parroquias del norte de Ibiza siguiendo las catorce estaciones del viacrucis.

Las històries y las vides de sants, formalmente muy similares aunque las últimas con temática religiosa, eran «composiciones atemporales que tenían una finalidad educativa», destacaron los autores.

El libro de Escandell y Marí, que próximamente se podrá adquirir en librerías, va acompañado de un USB en el que se recogen ejemplos sonoros de todos estos géneros cantados.

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