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Día mundial contra el cáncer de mama

Mayte Martínez, paciente de cáncer de mama en Ibiza: «Me ha ayudado mucho tener la mente ocupada y cosas que hacer»

«La gente alucinaba conmigo, salía de una sesión de quimio y me iba a cenar con las amigas. No he querido nunca pararme y siempre ahuyento los pensamientos negativos», explica Mayte Martínez, que lleva tres años haciendo frente a un cáncer de mama

Mayte Martínez con un diseño cedido por David Pomar, ayer en las instalaciones de Diario de Ibiza. J.A. RIERA

Mayte Martínez tenía 43 años cuando le diagnosticaron cáncer de mama. El bulto en el pecho, «supergrande», lo detectó de casualidad al tocarse debajo de la axila. Enseguida fue al médico de cabecera, que pidió una mamografía. En el Hospital Can Misses, en Ibiza, le explicaron que esa prueba la tenía que solicitar un cirujano o un ginecólogo. Transcurrieron tres meses hasta que comenzó el tratamiento.

A la cita médica en la que le dieron el diagnóstico, Mayte Martínez fue con su madre, que reside en Alicante pero que en ese momento estaba en Ibiza. Cuando le dieron la noticia , lo primero que hizo es preguntarle a ella si estaba bien. Luego preguntó por lo que tenía que hacer para hacer frente a la enfermedad. «La cirujana me explicó que al ser el bulto tan grande, cuatro centímetros, me tendrían que extirpar el pecho», recuerda. Antes, para reducirlo, le iban a dar quimioterapia durante seis meses. Recibió 16 sesiones en el Hospital Can Misses, cuatro cada 21 días y después doce cada semana. «Las primeras sesiones son bestiales, las semanales se llevan bastante bien», comenta. Después de la primera quimio y antes de que se le empezara a caer el pelo decidió raparse.

Enfrentó todo el proceso con gran entereza y «sin miedo». «Desde el primer momento me metí en la cabeza que iba a terminar la batalla como vencedora. Soy muy optimista y lo he llevado muy bien», asegura. Prueba de ello, añade, es que «cada vez que iba al hospital a recibir una sesión de quimioterapia montaba fiesta». «La gente alucinaba conmigo. Salía de una quimio y me iba a cenar con amigas». comenta.

«Me ha ayudado mucho tener la mente ocupada y cosas que hacer», explica. «Aunque no pudiera con mi alma me ponía constantemente obligaciones. No he querido nunca pararme y cuando me viene un pensamiento negativo lo borro de mi mente». Esa es su fórmula, afirma, para afrontar la situación. También le han dado mucha fuerza, dice, sus hijos, un niño de ocho años y una niña de seis, y el apoyo que le han dado su familia, sus amigos, los profesionales sanitarios y las asociaciones de lucha contra el cáncer.

"Me ayudó mucho ver cómo le había quedado el pecho a otra mujer trans la reconstrucción"

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Tras las sesiones de quimioterapia, en mayo de 2019 le operaron para extirparle el pecho. Por aquel entonces el Área de Salud de Ibiza y Formentera ya había incorporado a su plantilla una cirujana plástica, Ainhoa Placer, lo que permitía asumir en Can Misses la cirugía reparadora de mama con la reconstrucción inmediata tras las mastectomías por cáncer. «Tuve la suerte de que se incorporó esta especialista porque lo que llevaba peor desde que me dijeron que tenía cáncer era pensar que tendría que dejar a mi hijos y viajar a Palma para operarme», explica. La de Mayte Martínez, según ella misma apunta, «fue la primera reconstrucción de mama que se hizo en Can Misses». «Entré a quirófano, me quitaron el pecho en el que tenía el tumor y me hicieron otro en la misma operación. Yo no he llegado a verme sin pecho. Solo me queda una cicatriz en la espalda, de donde me quitaron un músculo para hacer la reconstrucción», detalla.

A la hora de hacer frente a la operación, asegura, le ayudó mucho ver cómo le había quedado el pecho a otra mujer tras la reconstrucción. «Al ver que quedaba bien me dio un subidón», comenta. «El trabajo de Ainhoa Placer es impecable, hace magia», afirma antes de explicar que en febrero de 2020 le reconstruyeron el pezón.

Esta cocinera que ahora tiene 46 años tuvo que dejar su trabajo mientras duraba todo el proceso. Lo retomó en abril de este año. «Arranqué con fuerza, tenía ganas de volver. El trabajo es salud», afirma con convicción.

Durante los dos años y medio que estuvo de baja no paró de hacer actividades, entre ellas, un videoclip y un calendario de la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico. También desfiló dos veces en la pasarela solidaria ‘Contra el cáncer nos mojamos todos’, que organiza cada año la modelo ibicenca Laura Ferrer, a la que está muy agradecida. Lo explica mostrando el vestido que lleva, un diseño de David Pomar, con el que desfiló en esta última edición.

"Conozco gente con cáncer que se quedó en el camino por culpa del covid"

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Esta cocinera del hotel Royal Plaza explica que cuando comunicó en el trabajo que tenía cáncer, sus jefes, que pertenecen a la asociación Ibiza y Formentera Contra el Cáncer (IFCC), se volcaron con ella. «En cinco minutos me trajeron a su presidenta, Helen Watson, y al psico-oncólogo», señala antes de contar que se apuntó a las clases de pintura de IFCC.

Mayte Martínez también se refiere a la pandemia. En su caso, explica, no supuso importantes contratiempos. «Una de las revisiones rutinarias que tenía se retrasó tres meses, pero conozco gente con cáncer que se ha quedado en el camino por culpa del covid», afirma.

En estos momentos, Martínez continúa en tratamiento con una pastilla diaria de Tamoxifeno que tendrá que tomar diez años. Además, cada 28 días le pinchan Zoladex para quitarle el periodo, porque su cáncer es hormonal. Explica que come sano y hace ejercicio para mantener el cuerpo fuerte para hacer frente a una enfermedad de la que,dice, «se puede salir y que no tiene que ser sinónimo de muerte».

En Balears hay diagnosticados 750 casos de cáncer de mama

La Asociación Española Contra el Cáncer en Balears se sumó ayer a la campaña estatal ‘Saca pecho’ para «transmitir la importancia del cáncer de mama para la sociedad, el segundo más frecuente, con más de 33.000 casos al año en España y 750 solo en Balears», explicó su presidente, José Reyes. Es un tipo de cáncer, recalcó, «con un impacto socioeconómico muy importante», de manera que, del total de mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, un 15 % están en situación de riesgo grave de exclusión social en el momento del diagnóstico. Un 30 % tiene problemas graves en el ámbito laboral derivados del cáncer, y llegan a perder el trabajo, y en un 70 % «tiene impacto sobre su capacidad económica ».

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