La Cooperativa Agrícola de Sant Antoni ha dejado en suspenso durante esta semana la recepción de algarroba hasta que vacíen suficientemente sus almacenes. El notable aumento experimentado en la recogida de este año, que ya ha superado ampliamente a la cosecha de 2020, ha desbordado la capacidad de sus instalaciones.
«Tenemos la trituradora [de algarrobas] todo el día en marcha para vaciar los dos almacenes y volver a abrir en cuanto consigamos suficiente espacio», anunciaba ayer el gerente de la cooperativa, Juan Antonio Prats. Por ello, hace un llamamiento a todos los agricultores para que pidan cita telefónica antes de trasladar sus cosechas hasta las instalaciones del camí de sa Vorera.
De hecho, tal y como se aprecia en la foto que acompaña esta noticia, en el exterior de los almacenes quedan montones de sacos porque el interior de las naves «está lleno hasta arriba», señala Prats.
Hasta el momento, la cooperativa ha recibido cerca de un millón de kilos de algarroba
Hasta el momento, y cuando aún quedan varias producciones por recibir, la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni ha recibido cerca de un millón de kilos de algarroba, muy por encima de los 700.000 del año pasado. Solo en último mes de septiembre, se gestionaron 700 toneladas, frente a las 400 de 2020. Además, en los 18 primeros días de octubre, con 272 toneladas, prácticamente se había conseguido equiparar las 300 cosechadas en todo el mes entero durante 2021.
Aumento de los precios
La razón de este crecimiento se debe a que, por segundo año consecutivo, se han disparado los precios que se pagan por este fruto, valorado principalmente por el garrofín, un aditivo natural cada vez más demandado. Así, este año se pagan 0,85 euros por el kilo de algarroba, un 42% por encima que en 2020, cuando su precio era de 0,60 euros.
«La crisis también ha influido en que haya más interés en recoger la cosecha, además de que ha sido un año con una producción muy buena»
Se da la circunstancia de que, en 2019, se pagaba 0,48 euros por kilo y, un año antes, solo 0,40, mientras que en 2017 tan solo valían 0,28 euros el kilo. Así y todo, el precio de la algarroba ibicenca se encuentra lejos de la mallorquina por el hecho de que su contenido en garrofín es de inferior rendimiento y, consecuentemente, su valor en el mercado es menor.
«La crisis también ha influido en que haya más interés en recoger la cosecha, además de que ha sido un año con una producción muy buena», subraya Prats. El gerente de la Cooperativa Agrícola apunta que la semana que viene se habrá recuperado la normalidad en los almacenes.
