A.F., británica de 21 años que habitualmente trabaja en temporada en Ibiza como bailarina y tragafuegos, ha contado a la prensa el suplicio que ha vivido desde que un hombre también británico de 37 años y cuya identidad se corresponde con las iniciales J.S., la acosara constantemente, llegando a presentarse incluso en Ibiza cuando ella había venido a trabajar.

La historia la ha contado la propia víctima al periódico The Sun. La pesadilla duró un año y ha finalizado gracias a la denuncia de la joven, que ha conseguido que J.S. haya sido acusado de acoso por un tribunal y condenado a 14 meses de prisión.

"J. hizo de mi vida un infierno", cuenta la bailarina al rotativo británico. Todo comenzó en junio de 2020, cuando A.F. fue a celebrar su cumpleaños a la casa de sus padres. Muchos de sus amigos, relata, se acercaron para felicitarla y llevarle un regalo, pero su sorpresa fue mayúscula cuando en la casa de sus padres apareció un hombre que no creía conocer de nada con una botella de champán. Ella pensó que sería un compañero de la escuela al que no recordaba, pero cuando leyó la tarjeta que acompañaba la botella de champán y leyó el nombre se dio cuenta rápidamente de que era uno de sus suscriptores de su perfil de OnlyFans (una plataforma online en la que para ver determinadas fotos y contenidos hay que pagar).

La joven no entendía cómo ese hombre había conseguido la dirección de casa de sus padres, por lo que le envió un mensaje invitándole a no ponerse en contacto con ella nunca más. Él se disculpó y le aseguró que así lo haría.

Pero la historia no había hecho más que empezar.

A.F. explica a The Sun que a los pocos días volvió a ver a su acosador en las inmediaciones de su propia vivienda mientras hacía unas compras y aunque ella intentó escabullirse él la abordó para decirle que la amaba y que quería estar con ella. La bailarina entró en pánico y aunque pidió ayuda y un cajero del supermercado en el que se encontraban echó del local a J.S., este la volvió a seguir.

Acosada también en Ibiza

La británica llegó esa misma semana a Ibiza ya que había conseguido un trabajo de tres meses como bailarina y tragafuego. Cuenta que se quedó horrorizada cuando, a los dos días de haber aterrizado en la isla, recibió un mensaje de su acosador diciéndole que él también estaba en Ibiza.

Esa misma noche, mientras A.F. estaba tomando algo con sus amigos en un bar, vio a J.S. observándola desde fuera del establecimiento a través de una ventana. Sus amigos y ella salieron del bar por otra puerta y pensaban que habían podido darle esquinazo, pero cuando llegaron a la vivienda que habían alquilado en Ibiza al poco rato el acosador se presentó en la casa. En esta ocasión los amigos de la víctima se encararon con él y le amenazaron para que dejase de perseguir a la joven. Ante esta situación J.S. se fue de Ibiza, pero volvió a su obsesión en septiembre de 2020, cuando ella regresó a Gran Bretaña.

Empezó a bombardearla con mensajes en todas las redes sociales de las que disponía y aunque ella lo bloqueaba sistemáticamente, el acoso se mantuvo de todas las formas posibles. Cuando la bailarina regresó a la universidad él empezó a seguirla casi diariamente. Cuando se lo encontró metido en el cobertizo de su casa llamó a la Policía, quien emitió una orden de alejamiento, pero a las dos semanas el acoso volvió. De nuevo se comunicó con la Policía, que arrestó de nuevo al acosador, aunque en esta ocasión el resultado ha sido distinto, ya que su acosador se enfrent ahora a a una condena de 14 meses de prisión.