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Pesca

El fin de una saga de pescadores en Ibiza

La costa de es Cubells se queda sin ningún profesional de las pesca tras la retirada de los hermanos ‘Pujolet’

El ‘José Antonia’, en la procesión del Carmen 2016 | FIRMA FOTÓGRAFO

Nada más llegar al mirador de es Cubells para posar ante el fotógrafo, Pep Cardona, Pujolet, propone que al fondo salga Cala Llentrisca. Ese rincón de la costa ha garantizado su sustento durante más de tres décadas, siguiendo el oficio que conocía desde bien pequeño. «Mi padre fue pescador toda su vida, sus hermanos, mi abuelo... toda mi familia», sentencia.

La vinculación de esta estirpe con el mar llegaba más lejos. Entre sus antepasados también se encontraban varios mestres d’aixa y su padrino fue uno de los dos creadores del legendario café caleta. Paradójicamente, él no empezó a dedicarse profesionalmente a la pesca de la mano de ningún Pujolet, sino con su suegro, Pep d’en Pou.

De bien pequeño, Pujolet acompañaba frecuentemente a su padre a pescar. También recuerda con cariño cuando, «con diez o doce años», le acompañaba al sorteo de las pesqueras en el muelle de Vila. «En unos papeles se ponían los nombres de las barcas y en otros las zonas de pesca, Cala Llentrisca, Cala Mestella, Grum de Sal, sa Cova d’en Cabrit, Cala Saona, es Vedranell y todas las demás. Los niños sacábamos los papeles y, si a alguien le tocaba una pesquera buena que le interesaba, igual te premiaba con 25 pesetas», recuerda.

Una nueva vida

Paralelamente a la pesca, fue despertándose su interés por los aparatos con motor, «siempre desmontaba coches y motos», y con solo 14 años ya empezó a trabajar como mecánico, además de cursar esa especialidad durante dos cursos. Pero un trágico incidente trastocó sus planes.

«Mi compañero murió en un accidente y me afectó muchísimo. Llevábamos cuatro años trabajando juntos, nos hicimos muy amigos y no era capaz de seguir», relata afectado. Tenía 25 años, necesitaba un cambio y se fue a faenar con su suegro y el hermano de este, Toni d’en Pou, a bordo del ‘José Antonia’, su medio de vida durante más de tres décadas.

«El ‘José Antonia’ ahora debe tener 60 o 61 años, como yo», calcula. Cuando su suegro se retiró, Pujolet se quedó su parte del llaüt y luego compró la mitad de Toni d’en Pou cuando le llegó la jubilación. Desde entonces, siguió en solitario, salvo algunos veranos de pesca abundante en que le acompañaba algún otro pescador.

El 'José Antonia', en la procesión del Carmen de 2016. V. Marí

Pesquera codiciada

«Una vez llegamos a pescar 100 sirvias en Cala Llentrisca, otra vez 50 kilos de calamar y, en Formentera, hasta 90 kilos de langosta en dos días», detalla con asombro. «Es un oficio muy bonito cuando sacas tanto pescado y, aunque es duro, te ganas bien la vida».

Pujolet aún recuerda que llegaron a coincidir hasta siete pescadores con base en Cala Llentrisca. Al ser una de las pesqueras más codiciadas de la isla, se decidía por azar a quién le tocaba faenar allí cada año. Con el tiempo y la progresiva reducción de profesionales, dejó de ser necesario el sorteo. Solo quedaba otro pescador en la zona, su hermano Toni con el ‘Genoveva’, así que cada año se iban alternando en esa pesquera.

Además de Cala Llentrisca, Pep Pujolet contaba con pesca garantizada en varios puntos más allá de Formentera que guarda en secreto. «Alguna vez me llegaron a seguir para saber dónde estaban», confiesa. Pero lamenta que la burocracia dificultaba tanto su trabajo que, aunque hubiera continuado, optó por jubilarse a los 59, cuando tuvo oportunidad.

Sus tres últimos años como profesional los cubrió a bordo del ‘San Gabriel’, un llaüt de 7,5 metros de eslora que requería menos cuidados y trámites. «El ‘José Antonia’ tenía más de diez metros, había que pasar la ITB cada año y necesitaba una reforma a fondo». Así que acordó cambiar las barcas con otro pescador.

Su hermano Toni también se ha jubilado, así que ya no queda ningún pescador profesional en la zona de es Cubells. «Cerca, queda uno en sa Caleta y otro en Cala Vedella». Tampoco ningún Pujolet sigue la saga. «Claro que da pena y me gustaría enseñar el oficio a cualquier joven interesado», confiesa.

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