Vicent Ribas, nuevo obispo de Ibiza, agradeció ayer al nuncio, Bernardito Auza, «su atención» con la diócesis ibicenca: «Especialmente durante las circunstancias difíciles que hemos vivido». Momentos después, y a preguntas de la prensa, admitió que por momentos difíciles (a los que ya aludió en la ordenación de Fernando Bayón: «Ha sido un año muy difícil», dijo entonces) se refería a las denuncias por abusos sexuales contra un religioso ibicenco, que ya ha sido apartado: «Ese sacerdote ya no volverá a ejercer más el ministerio, ya no estará más en esta diócesis, no volverá a celebrar ningún sacramento. No es que se le haya trasladado, es que ha dejado el ministerio».
«Ese sacerdote ya no volverá a ejercer más el ministerio, ya no estará más en esta diócesis, no volverá a celebrar ningún sacramento. No es que se le haya trasladado, es que ha dejado el ministerio».
El obispo electo ibicenco explicó que la diócesis no quiere «interferir» en el proceso judicial que está en marcha: «Hemos estado abiertos, hemos escuchado. Este proceso lo empezó la Iglesia. Hemos sido nosotros los que hemos querido averiguar unos comentarios aparecidos en las redes sociales».