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Laboral

El paro de larga duración sigue creciendo en Ibiza y ya es un 120% superior al de 2019

La mayoría, 754, suman más de 24 meses sin firmar un contrato

Entrada del SOIB de Eivissa. | J.A.RIERA

De los datos del paro del mes de septiembre se pueden sacar dos conclusiones. La más importante, que las Pitiusas van (lentamente) camino de la recuperación, salvo catástrofes imprevisibles como otra pandemia, que nos caiga encima un meteorito o que la luz provoque el cierre de todas las industrias del país (aunque al paso que vamos no es una posibilidad tan descabellada). Sumaron 5.107 desempleados, la mitad que hace un año, pero aún es un 21% más que en 2019.

La otra conclusión es que será muy difícil corregir el elevado número de parados de larga duración ocasionado por el coronavirus, tal como ya sucedió con la crisis de 2008. En estas dos islas hay 1.881 pitiusos que acumulan más de un año sin encontrar empleo. Son un 15% más que hace un año (247 más) y un 120% más que los que había por esas fechas en 2019 (1.024 más). Es la cifra más alta desde 2014 (había entonces seis más). Tras tocar techo en 2012 (2.010), empezó a caer su número, pero muy poco a poco: en 2013 bajó a 1.989.

La mayor parte de los parados de larga duración son mujeres: hay 1.109, el 59% del total

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La mayor parte de los parados de larga duración son mujeres: hay 1.109, el 59% del total. Su número se ha disparado un 111% (más del doble) desde 2019, cuando representaban el 61% del total. Y hay 772 hombres, un 133% más que en 2019.

La mayoría, el 40%, suman más de dos años sin empleo: son 754, un 31% más que hace un año y un 71% más que hace dos. Hay, además, 577 pitiusos que llevan entre 18 y 24 meses sin ser contratados, cuatro veces más que hace dos temporadas y un 145% más que en 2020. Sólo se ha reducido la cifra de quienes acumulan entre un año y año y medio desempleados: ahora hay 550 así, un 33,2% menos que hace un año, si bien es el doble que hace 24 meses.

Si ponemos la lupa en cómo afecta el paro de larga duración por municipios, el de Sant Antoni se lleva, proporcionalmente, la palma: tiene 365 desempleados de esas características, casi un 142% más que en septiembre de 2019, mientras que en Santa Eulària suman casi un 112 % más que entonces, en Vila un 110% y en Sant Josep, un 109%.

Esos incrementos son muchísimo más elevados que los registrados en el paro en general, que en el caso de Santa Eulària (1.162) es un 26% más alto que hace dos años, en Sant Antoni (983) es un 23,5% mayor, en Ibiza (1.836) un 17,2% y en Sant Josep (770) un 17%.

Indefinidos al alza

Las contrataciones (4.960) han mejorado sustancialmente respecto a 2020 (40% más) y se acercan a las de 2019 (-13%), cuando se firmaron 5.708. Pero lo interesante de esta estadística es que se han recuperado con fuerza los contratos indefinidos, una senda que comenzó en junio. Se han firmado 1.118 puestos de trabajo indefinidos, un 34% más que hace un año por esas fechas y muy cerca de los 1.185 tramitados antes de que estallara la epidemia de covid (-5,6%).

La mayor parte (67%) de esos contratos indefinidos son de fijos discontinuos, de los que se signaron 751, un 50% más que hace 12 meses y casi los mismos (sólo seis menos) que hace 24. Se han estabilizado, pues, tras recuperar con fuerza al comienzo de esta temporada el fuelle perdido en los peores meses de la pandemia.

A las contrataciones temporales les cuesta más remontar. Se firmaron 3.837, un 41,8% por encima de las de 2020, pero un 15% por debajo de las registradas en 2019. Es el peor dato desde el año 2013. Esta es, precisamente, una de las peculiaridades de esta crisis: ha golpeado la temporalidad en unas islas donde siempre ha tenido un peso relevante. Eso se nota especialmente en las contrataciones por menos de un mes: hubo 891 en septiembre, el doble que en 2020, pero un 20% menos que en 2019. No había tan pocas desde el año 2009, en plena crisis económica. En 2017 se llegaron a tramitar 2.160.

Y ojo, la actual bolsa de desempleados podría ser más voluminosa si se tuvieran en cuenta los trabajadores que aún siguen en ERTE, que no son pocos teniendo en cuenta que alrededor del 25% de la planta hotelera no abrió este verano. Ni el 100% de las discotecas. Parte de esos empleados a los que se ha aplicado un expediente de regulación temporal de empleo aparecen dentro de las estadísticas de demandantes de empleo, de los que en septiembre había 12.138, un 52% menos que hace un año pero aún un 85% más que los 6.542 que había en 2019.

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