Diario de Ibiza

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crisis sanitaria u reapertura del ocio nocturno

Discotecas en Ibiza: un ‘opening’ muy loco en época de ‘closing’

Cientos de personas hacen cola para bailar en el DC 10, la única discoteca que, de momento, ha abierto este año sus puertas tras la relajación de las restricciones impuestas por el Govern balear

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Cientos de personas en la apertura de las discotecas Vicent Mari

«Hermano, qué fiestón nos vamos a dar», exclama eufórico un joven a su amigo camino de la entrada del DC 10. Son de los primeros en acceder a la fiesta Circo Loco, que acaba de abrir. Son las 17 horas y medio millar de personas ya hacen cola en paralelo a los 200 metros de la valla del aparcamiento de la sala colindante con la franja de señalización aeroportuaria. Los primeros de la fila llevan allí cuatro horas: casi todos son italianos (muchos, residentes en la isla), pero también hay españoles, como Sonia y Ana, que llevan desde las dos de la tarde y llegaron ayer a las 10 horas desde Barcelona, adonde hoy regresan a las ocho de la mañana: «El domingo por la tarde decidimos venir. Nunca habíamos estado en Ibiza». Como la fiesta acaba a las 5 de la madrugada, irán directas al aeropuerto, non stop.

De punta a punta, la cola es un larguísimo botellón donde quienes allí esperan (sentados o de pie) se ponen a tono a base de coronitas y botellas de vodka y ron, que incluso conservan frescas en neveras y hasta extienden en pareos.

Alex, Callum y Stuart viajaron a la isla desde Newcastle el domingo. Regresan el viernes. Son muy jóvenes. Guardan el certificado covid (que deberán mostrar en la puerta) en el móvil. «Sólo hemos venido para esto. Es nuestro deporte favorito», cuenta Callum.

«Fiesta chicossss, fiestaaaaa», grita una mujer mientras recorre la fila. Y basta decir esa palabra, fiesta, para que todos la coreen, como Silvia, conocida por ‘Amparo’ en su peluquería de Barcelona, de donde también ha venido ex profeso para darlo todo. Llegó ayer y vuelve mañana: «Empalmo. Tal como llegaré a Barcelona, cortaré el pelo de puta madre», bromea.

Nayma, enfermera, también voló ayer desde Barcelona para bailar: «Salí de la guardia y me fui al aeropuerto, sin dormir. Aquí estoy, dispuesta a bailar. Llevo desde 2018 sin pegarme una buena fiesta». ¿No será desde 2019, replica un amigo: «No, no vengo a un closing desde 2018». Confusión lógica: es un opening, pero por las fechas parece un closing. De hecho, Circo Loco tenía programado su cierre de 2020 el 12 de octubre, justo hace un año. Porque todo en este 2021 es muy loco: este lunes comenzó el primer opening de la temporada de Ibiza, tras la relajación de las retricciones impuestas por el Govern. Circo Loco ha programado dos citas más este mes, una cada siete días. Y su closing será a finales de octubre, lo nunca visto.

Nayma, quizás por las ganas o puede que por el sueño o por ignorancia, se sorprende cuando se le pregunta qué le parece eso de tener que bailar con mascarilla: «¿Eso es real? Bueno, lo que sea con tal de bailar». «Queremos bailar, como sea. Como si nos dicen que hay que hacerlo a la pata coja», suelta uno de sus amigos. La organización ha contratado a 70 vigilantes, pero la mayoría de los clientes duda de que sean estrictos toda la noche. Media hora antes de la apertura, varios miembros de la seguridad instan a quienes guardan cola a que se coloquen ya la mascarilla, y no sólo por el polvo y las pajitas que levantan a su paso los taxis que llegan incesantemente. Fuera, en la carretera a ses Salines, empiezan a producirse la primeras retenciones de vehículos que intentan acceder al aparcamiento.-

Entre los amigos de Nayma, está Dani, tan fanático del DC 10 que tiene tatuado su logo en el bíceps derecho. Y el de la fiesta After Life. Se ve mucho vestido brilli brilli, muchas deportivas, muchas camisas de estampados frutales o hipnóticos, gafas extravagantes...

«Dos años esperando este día», suspira Antonio Carbonaro, fundador de Circo Loco, todo halagos hacia el Govern balear: «Ha sido muy restrictivo, lo ha hecho muy bien. En 2020 no era el momento de abrir. Ahora sí, porque la vacuna está funcionando. Es el momento oportuno para empezar». Y al Gobierno español: «Ha sido muy generoso con las ayudas y con los ERTE. En Italia, en Francia o en Alemania no lo han sido tanto». Pese a las restricciones de aforo (50% para interior y nada en el exterior) calcula que pueden admitir «a unas 2.700 personas». Al mismo tiempo, claro. Las entradas sólo se venden en taquilla. Ni una por internet: «Así controlamos el aforo y nos sentimos más seguros». En sólo una semana «se ha hecho el trabajo de dos meses», cuenta el dueño del establecimiento, ‘Sito’ Deogracias Lara: «Yo no habría abierto este año, pero...».

Dentro del DC 10 hay un cartel donde aparecen todos los años que se lleva celebrando el Circo Loco: 2020 está tachado en rojo y, como si fuera un grafiti, hay pintado un 2021 gigante sobre el panel. Hay tres zonas diáfanas para bailar en interior y otra para beber. No se puede consumir en barra, bordeada por un cordón, pero sí en las mesas con taburetes dispuestas en la terraza. Entre los 70 de seguridad y el staff suman unas 130 personas: «No ha sido fácil encontrar a tantos trabajadores», admite Carbonaro. ¿Merece la pena este esfuerzo para abrir sólo tres días en octubre?: «No lo hacemos sólo por un cálculo económico. Hay un cálculo de branding [gestión de marketing]. (...) Es muy importante abrir hoy para Ibiza, para el turismo y para nosotros, para dar así una señal de libertad de cara al verano próximo», explica el fundador de Circo Loco. «El turismo -agrega- viene aquí porque hay una oferta muy diversa: cultura, playa, deportes, naturaleza, gastronomía... y música. Y esta oferta musical debe volver. La gente ya está planeando las vacaciones de 2022». Catorce dj «superstars» pinchan toda la noche en el opening más raro de la historia de la isla. Que no es barato: 80 euros la entrada.

Primer día de la apertura de discotecas

Primer día de la apertura de discotecas José Miguel L. Romero

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