En presentación de la reforma integral de la avenida Isidor Macabich, el pasado martes, la plataforma ‘A Vila en Bici’ tuvo un protagonismo indirecto. El alcalde, Rafa Ruiz, y la concejala de Vías y Obras, Elena López, hablaron de ellos cuando se refirieron a la demanda social para la creación de un carril bici en la vía, que substituirá la fila de aparcamientos del carril izquierdo de la circulación.
El portavoz de este colectivo, Pedro Guasch, ironiza al identificarse como «instigadores» de ese vial que debería convertirse en el gran impulsor de una red por toda el área metropolitana que, pese a su denominación popular, no solo es apta para ciclistas. También para patinetes eléctricos, otro vehículo que ayudaría a reducir las emisiones de dióxido de carbono.
En poco más de un año, ‘A Vila en Bici’, puede congratularse de que las administraciones toman asumen su propuesta de entramado de carriles bici y empiezan los primeros proyectos para darle forma. La plataforma está impulsada por vecinos de Vila, pero también de las zonas periféricas que forman parte de otros municipios, como Platja d’en Bossa, Sant Jordi, Jesús o Puig d’en Valls. Además, cuenta con el respaldo de 72 asociaciones y entidades cívicas.
Al igual que Ruiz y López, el Consell también mencionó a esta plataforma ciudadana al dar luz verde al proyecto del Ayuntamiento de Ibiza para habilitar un carril bici en la E-10 (primer cinturón de ronda), entre la rotonda de Can Misses y la de ses Figueretes.
Este último vial tendría carácter provisional, hasta que se lleve a cabo la conversión de la E-10, que ahora es de titularidad insular, en una avenida municipal. «Este proyecto se presentó hace ya diez años y no podemos esperar otros diez para habilitar el carril bici», incide Guasch. Un tercer tramo previsto, el de la avenida Bartomeu de Roselló, enlazaría los anteriores con el que ya existe en el puerto de Ibiza.
A partir de los plazos de obra previstos, a principios del año 2023 podría estar lista una conexión seguida desde la entrada de la ciudad hasta el puerto y Talamanca, por el este, y, a través de la avenida Sant Jordi, Platja d’en Bossa por el oeste. De esta manera, se dotaría de utilidad a algunos carriles bici que ahora quedan sueltos, que no enlazan barrios o un origen y un destino lógico, como pueda ser el del paseo marítimo, el de 8 d’Agost o el de la propia avenida Sant Jordi.
Contraproducente
Unos carriles para la movilidad individual sin continuidad no solo son un brindis al sol, sino que «son contraproducentes». «Toda la gente que se opone a ellos se llena de razón, porque ve que son inservibles», se resigna Guasch. Resalta que ellos no están en contra del coche y que su propuesta favorece la fluidez del tráfico, además de que muchos conductores comprobarán las ventajas de usar la bicicleta para desplazamientos cortos.
"Un 30% de los coches que se mueven por una ciudad no va a ningún sitio, solo buscan aparcamiento"
En su informe de presentación, para el que consultaron con diferentes técnicos de movilidad de todo el país, ‘A Vila en Bici’ recuerda que un 30% de los coches que se mueven por una ciudad «no va a ningún sitio, solo buscan aparcamiento». «Si se eliminan esos desplazamientos, sobrará sitio para aparcar», subrayan.
De igual manera, en una arteria principal, como es la avenida Isidor Macabich, el principal lastre para el tráfico son las maniobras para estacionar. «Si se elimina una fila de aparcamientos para el carril bici, la circulación se vuelve más fluida», precisa el portavoz del colectivo.
Cooperación municipal
La conexión desde el primer cinturón de ronda hasta el muelle y Talamanca, a través de Isidor Macabich y Bartomeu de Roselló, es la piedra angular de la propuesta de ‘A Vila en Bici’. Pero su objetivo es mucho más ambicioso y pretende unificar toda el área metropolitana, de manera que también se han puesto en contacto con los ayuntamientos de Sant Josep y de Santa Eulària.
El objetivo de A' Vila en Bici' es ampliar la red de carriles a toda el área metropolitana
«Los vecinos de Sant Jordi o de Jesús tienen más vínculo con Vila, donde van de compras, a repaso, a clases de inglés o por vida social», apunta. De momento, el director insular de Transportes se ha comprometido a impulsar una mesa de trabajo con los municipios implicados para avanzar en esta colaboración. Una muestra es el carril bici de la avenida Sant Jordi, un tramo que parte de la rotonda de ses Figueretes y acaba al llegar al término municipal de Sant Josep, cuando podría unir dos núcleos urbanos. «Si un niño entrena en Sant Jordi, debe llevarlo el padre o la madre, cuando podría ir seguro en bicicleta», apunta.
Guasch destaca que cada vez hay más conciencia de las ventajas de este modelo. «Tuvimos una reunión con la Pimeef y uno de los representantes nos comentó que, si se hacía un carril delante de su tienda, él querría un aparcabicis delante de su tienda. Un coche puede estar aparcado todo el día, mientras que de la otra manera, pasarían 25 o 30 personas»
