Es una chocante paradoja: tradicionalmente, identificamos el viaje y el ocio turístico con la libertad, pero las dictaduras europeas del siglo XX utilizaron el ocio para adoctrinar a la clase obrera y ganar adeptos a partir de actividades recreativas en el tiempo libre. Esta es la investigación que ha absorbido a la artista ibicenca Irene de Andrés (Ibiza, 1986) a lo largo de los últimos nueve meses de residencia artística en la Real Academia de España en Roma, en los que ha trabajado en el proyecto titulado ‘Después del descanso/Dopo la pausa’. De Andrés es una de los 21 residentes becados este año en esta prestigiosa entidad, donde desde ayer exponen bajo el título ‘Processi 148’ una parte de los proyectos artísticos que han desarrollado durante estos nueve meses.
“En el siglo XVIII el mar se convierte en el nuevo objeto de deseo. Comienza a gestarse el viaje turístico moderno y, posteriormente, algunos gobiernos otorgan el derecho a vacaciones pagadas para la clase trabajadora”, expone De Andrés en la explicación de su proyecto. Al mismo tiempo, “se desarrollan arquitecturas específicas como balnearios y cruceros”, escenarios clave del proyecto de la artista.
Viaje turístico y control
De Andrés ha estudiado la evolución del concepto de ocio a partir de las organizaciones dedicadas al adoctrinamiento de la clase obrera de las dictaduras europeas del siglo XX: “Su papel principal consistía en ganar adeptos a los distintos regímenes totalitarios a través de actividades recreativas en el tiempo libre. Estos sistemas de control jugaron un papel fundamental en el desarrollo del viaje turístico, donde ocio y trabajo debían estar estrictamente conectados”, explica.
La primera organización que sirvió como referencia fue Opera Nazionale Dopolavoro, en la Italia de Mussolini, que la Alemania nazi importó como Kraft durch Freude (Fuerza a través de la alegría), “que con una mayor inversión llegó a convertirse en el turoperador más grande de los años treinta”, agrega. En la España de Franco, a menor escala, se creó la organización Educación y Descanso, y en el Portugal de Salazar, Alegria no Trabalho.
“La finalidad de estos sistemas dedicados al esparcimiento y a la cultura era obtener un mayor rendimiento, además de la devoción del trabajador hacia el régimen, bajo lemas como ‘Ahora tú también puedes viajar’”, aclara la artista.
El proyecto de De Andrés incluye varias piezas fílmicas y de obra gráfica “que en forma de viaje a través del tiempo y por distintas aguas, conectan diversos hechos históricos que nos hacen reflexionar sobre el modelo de consumo turístico y el propio significado del viaje”.
Un escudo franquista olvidado
Una de las piezas más llamativas de la exposición de la Academia (que estará abierta hasta el 15 de enero) es la creada por Irene de Andrés y Alán Carrasco, que han colocado cara a la pared un antiguo escudo franquista abandonado, que había estado colgado en la fachada de la Academia. El escudo muestra su molde de cemento, unas «entrañas sucias y malformadas», lo que anima a reflexionar sobre «la relación de España con su pasado», explican ambos a Efe.
El vídeo ‘Grandiosa Fantasia’ recoge el primer y el último día en un crucero: «La síntesis del capitalismo más salvaje»
Además, De Andrés expone dos piezas en la Academia, como anticipo de su proyecto ‘Dopo la pausa’. Una es ‘Aidez et visitez’, un dibujo con tinta pigmentada y tinta china en papel Fabriano de 50 por 70 centímetros que “es la síntesis del mensaje cruzado de dos afiches emblemáticos, editados ambos en los años treinta en España. Por un lado está el famoso ‘Aidez l’Espagne’, de Joan Miró, reclamando el apoyo a la República española durante la Guerra Civil, para impedir el avance de las tropas de Franco. El rótulo de la otra cara pertenece al eslogan que el Departamento de Turismo le dedicó a distintas provincias españolas: ‘Visitez l’Espagne’. Este juego entre ambos mensajes responde al lavado de cara que supuso el turismo durante la dictadura de Franco, y cómo se sigue empleando como salvación de la economía obviando los problemas que acarrea desde hace décadas”, explica la artista. Gran parte de su obra gira en torno al turismo, siempre desde una mirada muy crítica y reflexiva.
La segunda pieza es el vídeo en dos canales ‘Grandiosa Fantasia’, de 3,20 minutos, que es el resumen de una travesía de una semana en un crucero por el Mediterráneo occidental. “Los vídeos corresponden al primer y último día de travesía, que aparecen como la síntesis del capitalismo más salvaje. Este modelo vacacional, que recibió un duro golpe durante la pandemia, regresa a nuestros puertos como si nada hubiese pasado, haciendo uso de su eslogan preferido: ‘Siéntete libre’”, explica De Andrés, que pone de manifiesto en su obra, una vez más, las paradojas y contradicciones de conceptos prefabricados al servicio del negocio y del control de las masas, como el turismo, la libertad o el paraíso. La artista advierte de que estas ideas instaladas en el imaginario colectivo en realidad obedecen a un orden establecido en el que tenemos muy poco margen de maniobra, mucho menos del que creemos.
