El atleta Marc Tur es sin duda el Personaje del Año de las Pitiüses: llegó a tener colgada la medalla de bronce en los 50 kilómetros marcha de los Juegos Olímpicos, el 6 de agosto, pero a sólo 200 metros de la meta se le escapó por el agotamiento extremo. La espectacular participación del marchador de Santa Eulària en Tokio se ha convertido en el mayor hito del deporte pitiuso, pues su cuarta plaza tras cerca de cuatro horas de durísima carrera y un esfuerzo sobrehumano -que casi le lleva a perder el conocimiento al cruzar la línea de meta- ha quedado ya grabada para la historia. «Al llegar a meta estaba desorientado y afectado por haber quedado cuarto pero poco a poco voy valorando lo que he conseguido. Hace un año no sabía si estaría en los Juegos y una cuarta posición está más que bien, me quedo con eso y a seguir adelante a por más», declaró el atleta de la Peña Deportiva tras su memorable actuación. 

Logró la cuarta plaza tras casi cuatro horas de durísima carrera y un esfuerzo sobrehumano

Tur, nacido en Santa Eulària en 1994, sufrió en los últimos minutos de la prueba un desfallecimiento que le privó de la medalla pero que le ha convertido en el protagonista del mayor éxito del deporte pitiuso de toda su historia. Su capacidad de sacrificio, su progresión y su constancia le llevaron de tener unas marcas alejadas de las medallas a incluso verse capaz de conseguir la plata. Tur, que también es médico, aprovechó el escaparate de los Juegos para hablar de su homosexualidad, que nunca ha ocultado, con el fin de romper tabúes y prejuicios, combatir la homofobia (que él mismo admite que ha sufrido) y poder ayudar a jóvenes y adolescentes como referente, tal y como otros personajes públicos lo hicieron con él. 

Es uno de los marchadores más jóvenes del pelotón internacional y su objetivo es colgarse una medalla en las próximas Olimpiadas, donde la distancia de 50 kilómetros marcha se sustituye por los 35 kilómetros.