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Aulas feministas | Primera jornada

Surfeando la ola feminista en Ibiza

Los participantes en las dos primeras mesas redondas reclaman más educación en igualdad

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Aulas feministas en Ibiza Zowy Voeten

Educar en la igualdad, desde la más tierna infancia, e implicar a los hombres en la lucha feminista. Son los dos frentes principales que abordar de forma inmediata para evitar que se perpetúe la desigualdad entre hombres y mujeres y para acabar con la violencia machista, algo en lo que coincidieron los participantes en las primeras mesas redondas de las ‘Aules Feministes’, inauguradas ayer.

«Las mujeres están ya surfeando la cuarta ola feminista y los hombres estamos en la orilla, pensando si el agua está fría». La imagen de Enrique Urbano Ángel, integrante de la asociación Homes Transitant, desata los aplausos del centenar de asistentes (todas mujeres, a excepción de dos hombres) a la primera jornada de la segunda edición de ‘Aules Feministes’. Es muy visual. Se pega al cerebro como un chicle. Y es graciosa. Una pena que no hayan podido escucharla buena parte de los políticos que, dos horas antes, ocupaban las primeras filas del auditorio de Can Ventosa, ahora ya vacías.

Detalle de la primera mesa redonda: ‘Visión intergeneracional del feminismo’. | ZOWY VOETEN

Ellos han inaugurado las aulas, celebradas «en el mismo lugar en el que en 1867 hubo una revolución de hilanderas, embrión de un importante sindicalismo de mujeres», indica María Durán i Febrer, directora del Institut Balear de la Dona (organizador de las jornadas con la colaboración de los consells pitiusos y el Ayuntamiento de Ibiza) desde un atril por el que desfilan buena parte de esos políticos. El alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz —«no os voy a contar a vosotras lo cansado que es llevar las gafas violetas»—; la consellera de Igualdad de Formentera, Vanessa Perellada —«es fundamental incorporar a los hombres a la lucha feminista»—; el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí —«la igualdad no debe ser un ideal, debe ser una realidad»—; la ministra de Justicia, Pilar Llop —«la pandemia ha levantado el velo de la igualdad que creíamos tener»—, y la presidenta del Govern, Francina Armengol —«la pobreza y laprecaridad laboral tienen rostro de mujer». Intervenciones, algunas de ellas, con más tono de mitin que de inauguración de unas jornadas de las que buena parte de ellos, y sus acompañantes, se despiden en estampida (Marí y Ruiz rumbo a la reunión por las ayudas a autónomos), dejando las primeras filas diáfanas para la primera mesa redonda de la tarde: ‘Visión intergeneracional del feminismo’.

La ministra de Justicia, Pilar Llop, a su llegada al auditorio de Can Ventosa. | ZOWY VOETEN

«¿Cómo descubristeis el feminismo?», pregunta la moderadora, Tonyi Ferrer, coordinadora de la Oficina de la Dona, a las cuatro mujeres, de cuatro generaciones diferentes, que la compañan sobre el escenario. «Descubrí la desigualdad de clase y la desigualdad de género, en Vallecas, con los malos tratos de mis vecinas», explica la veterana de la mesa, Antònia Matamalas Prohens, presidenta de la asociación mallorquina Dones de Llevant. María Ángeles Ruiz Mostazo, educadora infantil (y hermana de la concejala de Turismo de Vila), asegura que lo mamó «en casa» mientras que Rocío Pavón García, del Espai Dones de Formentera, explica que fue al darse cuenta de que algunas vivencias no eran exclusivas suyas sino compartidas con las demás mujeres. Y por un libro, ‘El diari lila de la Carlota’. «Yo nací con internet, desde que tengo memoria eso está ahí», comenta la benjamina, Sofía Roig Lara, estudiante de bachillerato que profundizó de verdad en el feminismo a través de los talleres ‘Corto y cambio de rol’. Las cuatro apuntan a la educación como el principal reto del feminismo para acabar con la desigualdad. «Tenemos páginas y páginas de artistas, pintores, científicos y no hay más de cinco nombres de mujeres», indica Sofía.

Espai cultural Can Ventosa (Ibiza)

9.00-10.00 h ‘Ciutadania i igualtat: història i present’. Soledad Murillo de la Vega, profesora de Sociología de la Universidad de Salamanca.


10.00-11.00 h ‘Maternitat i feminisme’». Patricia Merino Murga, máster en Estudios Feministas y activista especializada en la dimensión política de la maternidad, fundadora de Petra Maternidades Feministas.


12.00-13.00 h ‘Igualtat i conciliació: corresponsabilitat’. Rosario Guerrero Martín, abogada, cofundadora de Themis, profesora del INAP en materia de igualdad y prevención de la violencia de género.


Insotel Hotel Playa (Formentera)

17.15-18.15 ‘Evolució jurídica de les dones en el context de la família’. Altamira Gonzalo Valgañón, especialista en derecho de familia y vicepresidenta de Themis.


18.15-19.15 ‘La pornografia, condicionant de la vida sexual de les dones i els homes joves’. Rosa Cobo Badía, profesora de Sociología y Género de la Universidad de La Coruña, presidenta de la Red Académica Internacional de Estudios de Prostitución y Pornografía.

«La implicación de los hombres es imprescindible. No vale con decir ‘yo soy feminista’ si luego eso no se palpa en el día a día»,responde, rápida, Rocío, cuando la moderadora les pregunta qué percepción tienen del compromiso de los hombres en la lucha feminista. «Hay un compromiso ideológico que no se ha llevado a la práctica», coincide María Ángeles. «Opino lo mismo. Hay chavales majos, pero una gran parte van con el discurso de que ya tenemos la igualdad, los mismos derechos, que qué más queremos. Es una ridiculez», continúa Sofía.

Esa opinión sobre la diferencia entre el feminismo de boquilla y la implicación real de los hombres en la lucha la comparten los protagonistas de la segunda mesa redonda de las jornadas: ‘La contribución de los hombres al feminismo’, que modera Belén Alvite, coordinadora del Centre d’Estudi i Prevenció de Conductes Addictives (Cepca). «¿Puede un hombre ser feminista?», les pregunta. «No sólo podemos, deberíamos ser feministas», responde Miquel Àngel Lladó Ribas, uno de los fundadores de Homes per la Igualtat Mallorca, que recomienda dos lecturas para quien no lo tenga muy claro: ‘Todos deberíamos ser feministas’, de Chimamanda Ngozi Adichie, y ‘El sexo inútil’, de Oriana Fallaci. Enrique Urbano prefiere referirse a los hombres como «aliados feministas» ya que, recuerda, los hombres no son los oprimidos y no les corresponde «ocupar espacios» que deben ser de las mujeres. «Los hombres tenemos, además, facilidad para hacerlo. Tenemos que procurar no ocupar el centro de una revolución que deben liderar las mujeres, que son las que están sufriendo esa desigualdad», reconoce Enrique Sánchez Navarrete, director insular de la Administración del Estado, que defiende que ser feminista o no serlo es «una decisión» que toma cada uno y que, insiste, no consiste sólo en decir que se es feminista, sino en actuar como tal.

Miquel Àngel recuerda que fue una amiga la que le hizo «abrir los ojos a los privilegios que tienen los hombres y que son injustos» y reconoce que alguna vez a los integrantes de la asociación les han dicho que eran «raritos». «Cuesta implicar a los hombres», reconoce. «Doy talleres en los institutos sobre amor romántico y no puedo ser muy optimista», lamenta Enrique Urbano, que destaca las «reticencias» de los adolescentes y la forma en que se ponen «a la defensiva» cuando les habla de estos temas. «Me voy contento si uno de esos chicos cambia su punto de vista, pero esto, sinceramente, pasa pocas veces», continúa.

El problema, para Enrique Sánchez, está cuando un problema como es la violencia machista se convierte en un caso cercano. Cuando alguien conoce al agresor. «¿Pepe? ¿El del quinto? Pero si es una bellísima persona... Si lo conozco de toda la vida. En ese momento deja de ser un caso de violencia», señala sacando al actor que lleva dentro antes de ponerse serio y recordar el caso de Plácido Domingo. «Veinte mujeres le denuncian, no es uno contra uno. Y le aplaudimos. Como hombre», indica mientras el público de Can Ventosa rompe en aplausos.

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